Me he levantado con hambre y he decidido que me compraría unos plátanos en una frutería cercana, pero estaba cerrada y he dado unas cuantas vueltas buscando un establecimiento donde poder comprarlos, pues mis músculos pedían una ingesta de potasio.
He desayunado como un rey. Tostadas con paté, tostadas con mermelada, muesli con leche, los plátanos.
Con la barriga llena he puesto una lavadora, me he instalado en la gran mesa de la habitación y he vuelto a retomar la actividad.
Todo iba más o menos bien hasta que se me ha ocurrido mirar el estado de las pistas de Manzaneda, el que tenía que ser mi próximo destino, para descubrir como una mancha de nieve demasiado pequeña se dibujaba en la webcam. He empezado a ver como no había mucha nieve en las estaciones y a pensar qué hacer.
Si lo hubiera mirado antes muy probablemente me hubiera ido a Barcelona, para pasar el día de Reyes con la persona que amo, pero ahora ya es demasiado tarde.
Un poco frustrado he decidido que lo mejor que podía hacer era cerrar y salir del hostal a conocer Salamanca.
Quiero escuchar música y pienso que alguna coral hará un concierto siendo el día antes de Reyes, pero no he tenido suerte.
He salido del hostal con la cámara colgando y el mapa en las manos, donde iba apuntando todo lo que capturaba. Y así he recorrido Salamanca, una ciudad que me ha fascinado y que tendré que visitar otra vez, con más tiempo y el servicio y asesoramiento de un guía a quien poder machacar a preguntas.
Y es que no podía hacer más de unos pocos pasos que aparecía una punta de iglesia por encima de los tejados, o veía escudos sobre las puertas de las casas, o la belleza de los balcones, las plazas, las calles. San Marcos, Casa de las Conchas, Universidad Pontificia o el huerto de Calixto y Melibea son algunos de los nombres sobre lugares que me han robado el corazón y me han hecho venir ganas de investigar sus orígenes.
Está oscureciendo y la ciudad adquiere unos tonos mágicos, con los edificios más emblemáticos iluminados, que se recortan en la oscuridad de la noche.
Voy a buscar un supermercado para comprar comida.
Llego al hostal y me preparo un poco de cena. Me meto en la cama con el ordenador sobre las piernas, pero el sueño me vuelve a ganar la partida.
5-1-2011 Víspera de Reyes. Menudo regalito
Me he levantado con hambre y he decidido que me compraría unos plátanos en una frutería cercana, pero estaba cerrada y he dado unas cuantas vueltas buscando un establecimiento donde poder comprarlos, pues mis músculos pedían una ingesta de potasio.