29-12-2010 Marchar de Teruel

29-12-2010 Marchar de Teruel
Hacia las once me voy a ver a Nacho, que está aprovechando para pintar el bar y charlamos un rato mientras él trabajando. Al cabo de un rato decido volver a la habitación y trabajar yo también.
Quiero aprovechar la mañana para subir a la red todo lo que me interesa.

Hacia las once me voy a ver a Nacho, que está aprovechando para pintar el bar y charlamos un rato mientras él trabajando.
Al cabo de un rato decido volver a la habitación y trabajar yo también.

A las dos cierro definitivamente la puerta para dejarla libre. Quiero despedirme de él, pero no lo encuentro y empiezo a caminar hacia la carretera que va a Valencia, donde me pongo a hacer dedo.

Pasa el rato y no tengo la suerte que quisiera, o sea que intento aplicar el plan B: coger el autobús urbano, la parada del cual se encuentra a un centenar de metros y que pasa por la estación de autobuses. Pero resulta que ni pasa ni pasará a la hora que yo espero, con lo que no puedo llegar a la estación para coger el de las 16:30.

Resignado a coger el de las 19:00 lo veo pasar en dirección a El Pinar; tengo diez minutos de margen para llegar a la parada.
El autobús empieza a dar vueltas por las calles de Teruel y cuando reconozco el edificio de la estación y le digo al conductor si puede detenerse me dice que no, que no es parada y que él continúa.

Vuelvo a hacer el mismo recorrido que había hecho en mi intento frustrado de llegar a Valdelinares (y yo que pensaba que no volvería a ver estas calles).

Con miedo de que se hayan agotado los billetes llego a la taquilla donde el señor de detrás del cristal se ríe cuando le pregunto si hay plazas; acabaremos llenando el autobús tres personas más el conductor.

A punto de llegar a Valencia recuerdo que tengo el teléfono de un amigo, antiguo compañero de trabajo en Arcalís, Raúl, a quien llamo para saber si le irá bien quedar.

No recordaba el deplorable estado de la estación de autobuses de Valencia, pero ha sido verla y volver atrás unos diez años, no me explico como me podía haber olvidado.

Al cabo de un rato llega Raúl. Vamos a Aldaia y cenamos en el bar de un amigo suyo, el Orta. Después me lleva a un piso donde montamos la cama donde pasaré la noche.
Tengo que rechazar la invitación de salir porque tengo un poco de dolor de cabeza y tengo sueño, aunque iré a dormir tarde poniendo al día el trabajo atrasado.

0 Comentarios Escribe tu comentario


    Escribe tu comentario





     

    Si este mensaje tiene un solo insulto, no te molestes en enviarlo, porque será eliminado.
    AVISO: La IP de los usuarios queda registrada

    Los comentarios aquí publicados no reflejan de ningún modo la opinión de Con un par...de esquís. Esta web se reserva el derecho a eliminar los mensajes que no considere apropiados para este contenido. AVISO: La IP de los usuarios queda registrada, cualquier comentario ofensivo será eliminado sin previo aviso.



    Lo más leído: