Me he puesto los esquís con las pieles y he intentado distinguir la traza, dañada por las condiciones.
No he esquiado solo. Me acompañaba Ice, el perro del refugio, que no se ha separado de mí en todo el rato, menos cuando se iba monte arriba, en busca de quien sabe que.
He dado una vuelta por llanos, haciendo fotos al dolmen y a las formaciones rocosas que me rodeaban. El viento me ha estado a punto de tirar un par de veces
De vuelta, el viento me empujaba y casi no tenía que hacer esfuerzo alguno para subir.
Cuando he llegado al refugio, he puesto a secar botines y pieles. Han aparecido un par de chicos de Pausoka MT que querían hacer la cara norte del Bisaurín, pero el viento les ha hecho desistir. Marchaban, pero no iban a Hecho, o sea que no servía de mucho que bajara con ellos.
La tarde ha ido pasando. He salido un momento a caminar por los alrededores del refugio y a fotografiar como se escondía el Sol tras las montañas, aunque el viento que hacía estrellaba pequeñas partículas de nieve contra mi cara.
Han llegado un par de chicos, conocidos del refugio y al final hemos acabado charlando de un local de Valencia que conocíamos, el desaparecido Longtrack.
Poco más. He hecho unas fotos de las estrellas cuando ya estaba oscuro, cuando el viento había dejado de soplar para enseñar el típico cielo vacío de contaminación, amortiguada la oscuridad por una Luna cada vez más llena.
Charo debe ir mañana hasta Hecho y me llevará. Seguimos haciendo ruta
