19-2-2011 La Pinilla. 3er dia o no marchar ni con agua caliente

Hace bastante mal día cuando me levanto, pero a las siete estoy en la base de la estación. Justo en el momento en que veo cómo Víctor marcha y me dice que ahora baja.

Al cabo de veinte minutos vuelve y me dice que sólo sube hasta la cafetería y que además está lloviendo.

Un poco cabreado me vuelvo al albergue.

A las diez y media estoy sentado en la cafetería frente al ordenador y viendo como no para de llover. Me pregunto si hoy llegaré a Soria.

Al cabo de una hora aparece un chico, Javier de la Fundación También, con quien hablo un rato. Me dice que es una lástima que me vaya hoy porque mañana viene un grupo de personas con discapacidad.
El resto de la mañana transcurre sin pena ni gloria.

Recojo la mochila y lo dejo todo listo para devolverle las llaves a Carlos.

Hablando con Carlos me propone que no me vaya hoy y que me quede una noche más, ya que marchar hoy para quedar empapado es tontería.
Me lo pienso un rato, porque tenía previsto irme de La Pinilla al mediodía, pero la lluvia no parece que quiera parar y la decisión más sensata es quedarse donde tengo cobijo, así que ...

Paso por el Mont Blanc para comer los suculentos platos de Carmen y luego me vuelvo a instalar en mi despacho donde paso el resto de las horas.

A media tarde vienen los huéspedes del hotel, que también tienen el mismo buen criterio que yo al elegir las mesas que están más cercanas a la terraza. Siento, egoístamente, que invaden mi espacio vital de trabajo. Además hablan a un volumen innecesariamente alto y me molesta un poco, pero lo soluciono poniendo una música suave en el ordenador y concentrandome un poco más.

La mesa de al lado queda vacía por poco tiempo ya que se ponen dos familias con niños.
De repente oigo un ruido de reproducción enlatada.

Le pido a Paco un plato de lacón, un capricho que me quiero y puedo permitir. Está increíble. Está tan bueno que dudo si acabarmelo hoy o pedir que me pongan lo que no me acabe en un tupper para mañana.

No consigo saber de dónde viene el ruido (creo que están jugando con el móvil) hasta que me han traído el plato de lacón que me ha hecho cambiar de asiento. Entonces veo que en la mesa de al lado tienen un dvd portátil para entretener a los niños mientras comen.
Lo critico interiormente, pero después me doy cuenta que estoy comiendo delante del ordenador, lo que no difiere mucho en la digestión entre ellos o yo.

Vuelvo al albergue. Parece que mañana hará mejor día.