Es fundamental vestirse con tres capas de ropa si quieres estar seco, caliente y protegido.
La primera capa es la ropa que va pegada a la piel (camisetas térmicas, mallas, guantes térmicos, calcetines…) que debe absorber el sudor y alejarlo de nuestra piel para evitar la sensación de humedad y que nuestro cuerpo se enfríe. Lo ideal es que sea ropa de materiales sintéticos no absorbentes, como el polipropileno. Hay que evitar las camisetas de algodón, ya que se mojan con facilidad y tardan mucho en secarse así que generan sensación de frío.
La segunda capa debe aislarnos térmicamente. Aquí encontramos los productos de polar, como chaquetas, pantalones, gorros. Estas prendas deben retener el calor que genera el cuerpo e impedir que este se enfríe, al tiempo que facilitan la evacuación del sudor.. Lo más importante es que las prendas, además de abrigar y pesar poco para favorecer la comodidad, expulsen la humedad corporal hacia afuera.
La tercera capa, o capa exterior: Esta capa debe ser impermeable para protegerte del viento, además de ser transpirable, ya que su función es protegernos de la humedad exterior manteniéndonos seco en condiciones de lluvia y nieve. Es importante que esta última capa sea lo más transpirable posible, ya que nuestro sudor podría mojar la ropa y llegar a causarnos una hipotermia al enfriarse. Es importante también que las prendas de esta tercera capa sean resistentes a la abrasión, las rozaduras y los desgarros, ya que estarán en contacto con las botas, y tal vez con rocas, ramas o cualquier otro elemento exterior. Entre las prendas de esta tercera capa podemos encontrar chaquetas, pantalones y guantes con membrana impermeable (de Gore-Tex, dermizax, etc…).