El bastón se puede clavar antes, durante o después de la fase de cambio, es decir, el momento en que terminamos una curva y empezamos la siguiente. Además, se puede plantar de tres maneras diferentes: una clavada enérgica, un simple toque, o nada más que el gesto sin que lleguemos a rozar siquiera la nieve. Pero todo esto quizás sobre, porque lo importante de clavar el bastón no es cuándo ni cómo, sino DÓNDE.
En esta foto se aprecia cómo la actitud de clavar a la máxiam pendiente nos proporciona diversos beneficios: nos adelanta, nos anticipa y nos da buenos ángulos para aplicar más presión en el esquí exterior. Esquiador Richard Berger, Hochkar, Austria, 2006. Foto cortesía del libro “Esquí, Rendimiento y Emoción, Desnivel 2008. © Carlos Guerrero Castillo.
En efecto, el bastón se clava a la máxima pendiente y, con saber eso, ya debería ser suficiente, pues el modo o el momento en que clavemos ocurrirá de manera natural a poco que lo tengamos un poco entrenado. Siempre se ha dicho que el bastón se clava delante de las espátulas, lo cual, siendo cierto en la mayoría de las ocasiones, puede resultar confuso si hay mucha pendiente o si tenemos los esquís muy atravesados a ésta. En cualquier caso, sin embargo, tener la voluntad de clavar a la máxima pendiente nos hará ejecutar el gesto en su justo momento, con una buena actitud hacia la pendiente y la siguiente curva.
Aunque pueda parecer que el bastón se clava delante de las espátulas, esto no es siempre así, dependiendo de la pendiente y del efecto direccional que hayamos dado a nuestros esquís. Resulta, pues, más efectivo y menos confuso, pensar que clavamos a la máxima pendiente. Esquiador Richard Berger, Hochkar, Austria, 2006. Foto cortesía del libro “Esquí, Rendimiento y Emoción, Desnivel 2008. © Carlos Guerrero Castillo.
El clavado de balanceo nos hace proyectarnos hacia la máxima pendiente, es decir, hacia la siguiente curva, con gran fluidez y economía de energías. Esquiador Hannes Zöchling, Hochkar, Austria, 2006. Foto cortesía del libro “Esquí, Rendimiento y Emoción, Desnivel 2008. © Carlos Guerrero Castillo.
Y este es nuestro consejo de hoy. Concentrémonos en clavar a la máxima pendiente y, así, tendremos esa buena actitud cuesta debajo de la que hablo en tantos artículos. Además obtendremos varios beneficios: estaremos más anticipados, tenderemos a echarnos hacia adelante, obtendremos buenos ángulos en la cadera y su consiguiente presión en el esquí exterior.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2010