Como cada año, llegan las disputas entre amantes y detractores de la nieve primavera que terminan casi siempre como empezaron. Vamos a ver si hoy somos capaces de contar algo que no se haya dicho ya.
Empecemos por que hay muchísimas formas de nieve primavera. Si no te gusta, igual es que solo has conocido algunas y no esa fabulosa de la que todos los amantes hablan maravillas. A mí me gustan todas, aunque hay que reconocer que unas son más agradecidas que otras, y no solo por su grado de deslizamiento, sino porque puede presentar mil variaciones, como el terreno que haya debajo, huellas antiguas y diferencias de textura a lo largo de la misma bajada. Veamos brevemente una a una.
- Cuando ha helado, por la mañana la nieve primavera está dura. A veces muy dura. Eso es porque todo lo que se ha derretido el día anterior, se hiela por la noche. Es una nieve ideal para aprender a esquiar mejor y para familiarizarse con las pistas duras, porque agarra bastante bien y, de propina, ese nivel de atención que exige, te hace esquiar infinitamente mejor cuando empieza a ablandar unas horas después.
- A medida que le da el sol, se va derritiendo, haciéndose cada vez más fácil. Hay que ser observadores e imaginar dónde se va a encontrar antes esa ladera, normalmente más baja y orientada al esto o el sureste, que se ha ido transformando.
- No hay un lugar concreto ni una hora del día a la que se encuentra la famosa crema, ya que dependerá de la insolación y las temperaturas de la noche anterior y de ese día. Si conoces la estación la encontrarás fácilmente, si no, tendrás que fijarte, sin más, probar, hasta dar con esa ladera que está en el punto perfecto de fusión que la hace tan sumamente fácil y agradable.
- Efectivamente, tarde o temprano aparecerá la nieve papa, esa que todo el mundo odia. Muchos tienden a pensar que en primavera todo es papa, pero, como hemos descrito arriba, esa nieve va apareciendo paulatinamente donde horas antes había una extraordinaria. A mí no me desagrada en absoluto. Es una nieve lenta, por tanto, más segura de lo que se suele creer. Eso sí, hay que esquiar suave, cortando con el canto como hemos explicado en otros artículos y evitando las brusquedades, juas, en el fondo, exactamente igual que en todas las nieves.
- Finalmente, fuera de pista se puede encontrar nieve podrida, que es una primavera profunda, pastosa y donde te hundes, ya que tiene un porcentaje enorme de agua y aire debido a las temperaturas altas continuadas. Lo cierto es que esa es mejor evitarla salvo que te gusten los desafíos o no tengas más remedio. Al igual que en el resto de las nieves con mucha fricción, lo mejor es esquiar paciente y progresivamente, poniendo mucha atención en dejar correr los esquís lo más posible. Como ya hemos comentado en algún artículo, tal vez sea de las pocas nieves en las que sea recomendable retrasarse levemente, aunque, si ya tiendes a esquiar retrasado, como el noventa por ciento de la gente, no te hará falta exagerarlo más, jaja.
Como vemos, hay muchas nieves primavera y, dependiendo de donde estemos y de lo que nos pida el cuerpo, podremos planear el día de esquí en esas fechas sin encontramos apenas malas nieves. Frecuentemente, justo al contrario. Es cierto que las condiciones en la montaña cambian casi a cada metro, y no va a ser lo mismo una cremita con ondulaciones o huellas que totalmente lisa, pero, en general, la nieve primavera nos hará esquiar mejor y, por supuesto, disfrutar con un grado relativamente alto de seguridad.
¡Buenas huellas!
Carolo, abril de 2025