El otro día un forero me preguntaba si me había servido de algo todos estos años en Nevasport. Contesté que sin duda. Nevasport me permitió seguir en el mundo de la nieve cuando ya trabajaba en otra profesión mucho más cómoda y lucrativa. Volver y poder hacer casi todo lo que me había propuesto, además de otras cosas que no esperaba. Llegar lo más allá que uno pueda en el esquí no es exactamente lo mismo que en otros trabajos pero, salvando esas diferencias, internet me ha permitido hacer mucho más de lo que había imaginado. Principalmente, tener voz y que esa voz haya podido llegar a tantos rincones, devolviendo un eco de valor incalculable.
Gracias a ese eco, la mayor ganancia no ha sido profesional, sino personal. Interactuar a diario en los foros, y con los lectores que comentan las entradas de un blog, da una perspectiva de una riqueza que, difícilmente, pueda obtenerse por otros medios. Los beneficios han sido variados pero, fundamentalmente, he crecido en lo humano a través de los innumerables errores, algunos aciertos y la retroalimentación continua - positiva, negativa, neutra, por acción y por omisión - del resto de la comunidad de Nevasport.
Si la Navidad, como llamamos en esta parte de Occidente a estas fiestas, es una época para hacer reflexión, acercar posturas y compartir obsequios y buenos deseos con quienes nos rodean, no veo mejor personificación de ello que este lugar virtual en el que convivimos. Un año más, al hacer repaso e imaginarme unido simbólicamente a las personas reales que son lectores virtuales, veo que no puedo sentirme más dichoso y agradecido de haber tenido esta suerte, todos estos años.
¡Buenas huellas y feliz Navidad!
Carolo 2015