El otro día hablábamos de uno de los beneficios de concentrarse en el centro de gravedad al esquiar en la pista; hoy vamos a ver que esto también puede ayudarnos en otras circunstancias. El caso mejor conocido por todos es, obviamente, el de los baches, donde el terreno irregular nos obliga a tratar de permanecer equilibrados por encima de cualquier otra cuestión técnica. Como de baches, absorción y equilibrio hemos hablado ya bastante en este blog, hoy nos fijaremos en uno de esos detalles que diferencian a los baches modernos de la técnica tradicional: el cambio por rolido de los pies, en lugar del bien conocido cambio por pivotamiento.
En los baches modernos se trata de conducir algo más que antiguamente, evitando en lo posible el exceso de derrapaje. Como todos sabemos, tanto en la pista como fuera de ella un comienzo limpio y controlado de la curva es crucial para que el resto de ella sea también preciso y eficiente. Pues bien, si nos centramos en nuestro centro de gravedad, podemos ayudar a nuestros pies a llevar a cabo ese cambio de manera más eficaz. En primer lugar porque estaremos mejor equilibrados y, en segundo, porque ello facilitará que mordamos con los cantos tempranamente en cuanto hayamos absorbido y estemos dirigiendo nuestros pies hacia la siguiente bañera.
Obsérvese el "rolido" de los esquís al desencadenamiento del viraje, tras la cresta del bache. Al estar canteados, conducirán mejor por el surco de la bañera, a medida que extendemos las piernas. Foto Andras Végh
Es una simple cuestión biomecánica: al empujar el centro de gravedad hacia adelante para llevar una línea agresiva "cuesta abajo", nuestra cadera se adelanta y, por así decirlo, "pasa por encima" de nuestros pies haciendo a los esquís adoptar un buen ángulo desde el mismo inicio de la curva. Ello nos permitirá, por supuesto, mantener un mejor control desde lo alto de la bañera.
El truco es no dejar que nuestro centro de gravedad se retrase o, si no podemos evitarlo, al menos, al inicio de la curva (tras la absorción) tratar de moverlo hacia adelante, cuesta abajo, de manera enérgica. Esto, por supuesto, será mucho más sencillo si ya hemos trabajado en la clavada de bastón moderna y el truquillo que comentábamos el otro día sobre mantener los pies siempre bajo nuestro centro de gravedad.
¡Ah! Por supuesto, antes de que se me olvide: esto es un gesto, digamos, " ideal" y, como tal, aunque hay que intentarlo y trabajarlo, no siempre será posible llevarlo a cabo; y menos en el complicado terreno de los baches, donde lo importante es buscarse la vida, mantenerse equilibrados dentro de la línea y, sobretodo, ¡divertirse!
¡Buenas huellas!
Carolo © 2007