Mejorar el nivel de esquí no es obligatorio si lo hacemos por placer y, mientras sea sensato, uno puede vivir disfrutando de la montaña sin preocuparse de hacerlo necesariamente bien todo el rato. No obstante, para aquellos que desean desarrollar sus habilidades, he aquí tres consejos que tal vez puedan ayudarles este año que empieza

1. Crea unos hábitos realistas
Tan malo es plantearse objetivos muy modestos como demasiado ambiciosos. Lo mismo podemos decir de los hábitos de entrenamiento, tanto para las sesiones de esquí en las pistas como para las que llevemos a cabo en casa o en el gimnasio: los altibajos, las "palizas" y la inconstancia serán normalmente nuestros enemigos y una muestra de poco realismo en nuestros planteamientos.
Calcula de cuantos días dispones para mejorar, y también cuántas horas vas a dedicar al aprendizaje cada uno de ellos. No vale con “todos los días y todas las horas”, pues terminaremos saturados y resultará contraproducente. Además, juas, es posible que nuestra familia o amigos no nos lo perdonen. Recordemos que el descanso y disfrutar despreocupadamente de nuestro deporte son tan importantes como la propia práctica. Planea bien para no pasarte, elige horarios en los que estés más fresco y motivado, cumple con la agenda prevista y dedica el resto del tiempo a disfrutar de la rica experiencia de subir a la montaña.
2. Se simple pero exigente
No elaboremos planes de entrenamiento muy complejos pues ante la dificultad tenderán a ser incumplibles. Eso sí, seamos exigentes con ese programa simple o, al final, no obtendremos grandes resultados. Haz primero lo que menos te gusta, crea un protocolo que favorezca la concentración en la sesión de entrenamiento y, sobretodo, seamos constantes y pongamos durante el tiempo fijado toda la carne en el asador para que cada esfuerzo se sume con eficacia al anterior.
No olvidemos tampoco los principios de la fluencia para elegir retos suficientemente ambiciosos aunque accesibles. Elaboremos una lista de esas cosas que nos parecen desafiantes y hagamos que superarlas esté dentro de nuestro plan.
3. Mide tus progresos
Si tu plan no contiene hitos y objetivos claros no sabrás a ciencia cierta si los estás cumpliendo o no. Sin embargo, si llevas bien “las cuentas”, aparte de controlar mejor tus progresos e introducir posibles modificaciones, aumentará tu motivación. Mide de la manera más objetiva posible tus avances (colores de pistas, desniveles, inclinaciones, etc.) y hazte al menos un vídeo al principio y otro a la mitad de la temporada, para observar visualmente tu esquí desde una perspectiva externa. Si alguien puede ayudarte objetivamente en el análisis, mejor.

Finalmente, celebra tus éxitos, escríbelos, grábalos, compártelos y “toma posesión” simbólicamente de ellos. No sólo te pertenecen, sino que exteriorizarlos y contrastarlos reflexivamente con el mundo exterior te ayudarán a interiorizar mejor las habilidades que has aprendido.
Espero que estos consejillos nos ayuden todo el resto de la temporada
¡Buenas huellas y feliz Año!
Carolo © 2014
Más consejos sobre la mejora de nuestras habilidades en el libro Aprender a esquiar
Fotos Patricio Williams, Hochkar, Austria 2013.