Seguimos hablando de la técnica de baches, aunque para esto, ja, ja, quizás sería más adecuado visitar el blog de Robert Puente, nuevo colaborador de Nevasport que estuvo en el Equipo Nacional, participando en pruebas de la Copa de Europa y del Mundo y que atesora, entre otros títulos, varios campeonatos nacionales. En fin, mientras nuestro amigo se decide a publicar sus trabajos sobre freestyle, nosotros seguiremos aportando nuestro modesto granito de arena. La semana pasada hablaba de las razones por las cuales es mejor bajar los baches con los pies más juntos; hoy, le toca a uno de los elementos más importantes y controvertidos de las bañeras: la absorción.
Como mis lectores saben por artículos anteriores, considero que, en contra de lo que suele creerse, la absorción no es lo primero que hay que aprender en los baches, pues antes será necesario tener una buena técnica de base en la pista, clavar correctamente el bastón y saber mantener una postura sólida y equilibrada hacia la máxima pendiente. Eso sí, cuando tengamos un dominio suficiente de la línea y sepamos encadenar una serie razonable de bañeras, una buena técnica de absorción será la diferencia entre poder bajar rápido o despacio y, desde luego, entre ser capaces de mantenernos en la línea o no con seguridad, eficiencia y sin riesgo de lesiones.
Se suele creer que para absorber se suben las rodillas hacia el pecho, pero esto no es exactamente así. Ahí mismo, donde estamos sentados en nuestra silla, fijémonos en que las rodillas están flexionadas como si estuviéramos absorbiendo una bañera, pero nuestro centro de gravedad está...¡retrasado! (claro, ja, ja, estamos literalmente "sentados"). Sin embargo, movamos los pies hacia atrás intentando llevar los talones hasta nuestro trasero y veremos que, de este modo, las masas de nuestro cuerpo quedan un poco mejor equilibradas. Hay una gran cantidad de movimiento articular en nuestras rodillas que podemos utilizar para mantener una mejor posición esquiando en las bañeras y mejorar nuestra técnica de absorción.
Así, cuando absorbamos, trataremos de notar, no sólo que doblamos las rodillas, sino también que nuestros pies "se mueven hacia atrás", con lo que conseguiremos esa dosis extra de equilibrio que comentaba arriba. Además, de manera natural relajaremos las articulaciones y la absorción se verificará de manera más funcional. Esto es más fácil si, por ejemplo, lo combinamos con la clavada de bastón que describo en otros artículos sobre las sutiles variaciones de la técnica para bajar por terrenos ondulados.
Por supuesto que tan importante como absorber es distender las piernas luego; pero esto ya será el tema de otro "articulín". Hasta entonces...
¡Muy buenas huellas!
Carolo © 2007