Tememos mucho a los errores, pero son parte ineludible del proceso de aprendizaje y de la práctica de cualquier deporte. Sin ellos no podemos comparar los gestos correctos con los que no lo son y, sin ellos, sin imprevistos, sin equivocaciones, sin incertidumbre, el deporte pasaría de ser una actividad emocionante a un aburrimiento colosal.
Este verano también podemos emplear la retrospección para pensar en esos momentos en los que perdemos el control, y la visualización nos va a permitir, precisamente, diseñar planes para corregir los errores y programarnos para hacernos con las situaciones complicadas que nos encontremos en la Montaña.
Hagamos un registro, pues, de todos aquellos errores que solemos cometer, de los escenarios que se nos resisten o en los que perdemos el control. Imaginemos cómo vamos superando las dificultades y empleando gestos eficaces, dirigiendo adecuadamente nuestro diálogo interno – tal como hemos aprendido en otros articulillos - sustituyendo los pensamientos disruptivos por un foco adecuado.
Seamos sistemáticos, perseverantes y pacientes, concediendo tiempo suficiente a cada problema y a cada dificultad, hasta que automaticemos en nuestra mente las respuestas adecuadas. Probablemente, cuando nos pongamos de nuevo a nuestro deporte, descubriremos que nos focalizamos más fácilmente en los gestos y los estímulos idóneos, y ello nos ayuda a salir más airosos de las situaciones comprometidas.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2012