Carving y trucos: El desencadenamiento del viraje

Actualmente se suele estar de acuerdo en que hay tres modos de desencadenar un viraje, por extensión, por flexión y neutra. Nosotros no nos complicaremos mucho en los pormenores técnicos e intentaremos ver que cualquiera de estas formas puede aprenderse de manera natural. Lo que a nosotros nos importa es que pretendemos cambiar de dirección, y que trataremos de hacerlo de la manera más sencilla y dinámica posible. 

El otro día decía que el balanceo lleva incluido el gesto de la extensión, ya que, al pasar las masas de nuestro cuerpo de un lado a otro, nuestros miembros inferiores se flexionan y distienden en busca de una posición equilibrada. ¿Os habéis fijado en los patinadores, cómo se balancean al pasar de un pie al otro? Nosotros, haciendo paso de patinador con los esquíes, vamos a hacer un ejercicio sencillo que nos ayudará a desencadenar el giro partiendo de un buen apoyo. 

Saldremos en un llano haciendo este tipo de paso – sin clavar los bastones – nos apoyaremos bien en el canto y, de ahí, nos impulsaremos acompañando el movimiento con los brazos. Al tratar de hacer esto en una leve pendiente (cuesta abajo), si en vez de patinar, intentamos girar, veremos cómo este movimiento de acompañamiento nos ayuda a regular ese balanceo al interior del giro (lo que facilitará el equilibrio durante la inclinación y, por ello, una toma de cantos más segura) pero, sobretodo, al terminar cada viraje, comprobaremos cómo la sola intención de desplazar el cuerpo hacia la siguiente vuelta ya nos hace trasladar el apoyo dominante al pie contrario... como hace el patinador. 

Con este ejercicio básico habremos aprendido lo que antes se llamaba “el cambio de pesos” gracias a que, en el gesto del balanceo, se lleva a cabo una extensión natural e inconsciente para regular el equilibrio mientras se va de un lado al otro. Como los brazos acompañan el giro y la mano del valle desciende en dirección a la espátula, lo que estamos haciendo, sin darnos cuenta, es agruparnos un poco y angular la cadera, lo que nos dará ese buen apoyo que necesitamos tanto para conducir como para tener una plataforma sobre la que desencadenar el siguiente viraje. 

Pero esto es demasiado básico, y el desencadenamiento del viraje necesita de gestos más complejos a mediad que aumenta la velocidad, así que la semana que viene veremos cada una de las formas de hacerlo. 

¡Buenas huellas! 

Carolo © 2002

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