Cuando uno vuelve de Irán lo primero que trae es una sensación de fracaso. Durante un tiempo vive de los comentarios de amigos y conocidos que repiten eso de "¡estas loco, Irán!". Uno mismo, a pesar de haber leído y haberme informado a conciencia sobre el pais descarta los tópicos pero se va envolviendo involuntariamente en la idea de que es un viaje de aventura en el que va a tener que estar dando explicaciones a los Basiji en cada esquina y que va a tratar de tejer urdimbres arriesgadísimas para zafarse de nosecuantos secuestradores y terroristas. Lo más importante con lo que tener cuidado es con que no te pongan sin que te des cuenta una cabeza nuclear en la maleta o que al llegar al hotel encuentres en la habitación una planta de enriquecimiento de uranio para fines bélicos.
No. Irán no es así. Irán es un país muy seguro para el viajero y absolutamente desconocido para los españolitos de a pie, cuando ateniéndonos a las informaciones que dan las televisiones generalistas y sus informativos es un nido de terroristas, con un Gobierno satánico y una población exprimida y con el coco lavado a los que tratan de sacar hasta los higadillos.
Al que quiera seguir con esa idea, le recomiendo que no siga leyendo por que se le van a desmontar todos los mitos preestablecidos.
Ahora bien, si quieres descubrir un país con una historia apasionante, con unos paisajes desde el imaginado desierto, zonas fértiles hasta picos de casi 6.000 mts. y con unos habitantes que te van a sorprender en cada momento por la hospitalidad, así como muchísimas mas sorpresas alejadas de nuestras preconcebidas y distorsionadas ideas sobre este país, bienvenido. Sigue leyendo.
A pesar de una antiquísima cultura, posiblemente la civilización más (o al menos una de las mas) antigua sobre la tierra y una de las mas poderosas, equiparable al Imperio Romano, Irán es un país misterioso por desconocido a los ojos de los no estudiosos, siendo victima de los peores tópicos y la mayor de las ignorancias. Es un país absolutamente seguro para viajar si cumplimos determinadas normas de respeto y sobre todo, no viajamos a algunas zonas como Beluchistán o algunas otras zonas fronterizas. Con climas entre el subtropical del Caspio, el desértico y el seco estepario al gélido de las montañas Alborz o Zagros. Una heterogeneidad cultural, racial e idiomática increíbles, con culturas diferentes como la baluchi, azerí, turkmena, kurda, armenia o judía, religiones minoritarias distintas, aceptadas y respetadas como el judaísmo, zoroastrismo, cristianismo, etc. e idiomas como el azerí, arabe, armenia, etc. si bien y el persa (en diferentes formas) es el mayoritarimente usado.
Un país que vive entre la férrea dictadura religiosa de los ayatollahs y el libertinaje en muchas fiestas. Donde todo está prohibido (alcohol, parabólicas, drogas, sexo fuera del matrimonio -especialmente si no eres musulman-, prostitución, etc. Pero donde todo se consigue demasiado fácil y sin un riesgo excesivo, según parece con cierta permisividad del Gobierno para contentar a las clases mas conservadoras y mas liberales, a la vez. Paradójicamente lo que genera es el descontento de la gran mayoría porque la crítica al Gobierno en sus diferentes formas e intensidades es fondo de la conversación en la calle y la mejor forma de desahogo.
Lugares por donde se puede pasear a las 2 de la mañana con una Canon de 1500 € por una calle de un barrio oscuro, teniendo una posibilidad infinitesimalmente menor de que seas victima de un robo que si lo hicieras en la Castellana o en la Pza. de España de Sevilla con bastante mas luz y donde sin embargo debes tener especial cuidado si demuestras demasiado tu cariño por un amigo o amiga o si se desliza tu hijab o pañuelo algo mas de lo considerado razonable. Sin embargo y aunque oficialmente la homosexualidad no exista oficialmente, también en la calle es patente y claro que existe. Una mayoría de aproximadamente un 70 % de la población por debajo de los 35 años que viven entre la pasión por los móviles de ultima generación aunque paradójicamente no hay GPRS, los ordenadores, el flirteo e internet (es el 4º país del mundo en número de blogs) y entre los rezos diarios, la tradición y la vida familiar conforme al Islam chiíta.
Con un tráfico tremendo en vías de 6 carriles en los que caben 10 coches y donde el simple hecho de cruzar una calle bien debería dotar de una beca para estudiar en Cambridge o al menos una beca deportiva en los EE.UU. para mejorar en nuestras habilidades con los 3.000 obstáculos. Un parque móvil mayoritariamente copado por Peykan (un equivalente a nuestro 1430 que se ha dejado de fabricar hace dos años) e Iran Khodro Samand y Peugeot 405 “iranizado” en el caso de las clases medias mas favorecidas. En Teherán, en lo barrios altos es mucho mas normal ver coches coreanos y japoneses básicamente, junto con algunos europeos de lujo y menos lujo. Es interesante saber que los coches de lujo tributan cerca de un 200 % en impuestos y a pesar de eso se ven con bastante normalidad por las calles. En esos mismo barrios encontramos manzanas y manzanas con edificios de viviendas que solo podríamos encontrar en el barrio de Salamanca o en el ensanche barcelonés.
Desgraciadamente el Gobierno no quiere y no le interesa un turismo masivo y no hace mucho por las visitas, vaya a ser que se contaminen de las ideas sucias de Occidente. En determinados hoteles del Estado en estaciones de esquí principalmente, a pesar de la voluntad del personal por hacerte la vida agradable, es patente que no hay voluntad de mejorar desde los ultimos 30 años. Muchos iraníes tras las preguntas de rigor (Mi origen, si soy turista o trabajo allí, si viajo con un grupo o solo y sobre la opinión que tengo sobre el país; esto es matemático) comentan que el país ha retrocedido 30 años. En cualquier caso un viaje sin agencia y organizándote por tu cuenta los hoteles y los trayectos no es excesivamente difícil si disponemos de algo de voluntad y en algunos momentos nos olvidamos de algunas comodidades, no siempre necesarias, como un colchón duro, un lavabo que no baile o determinados baños públicos y no públicos sin olores.
A pesar de estas pequeñas cosas y sobre todo para las mujeres, la necesidad de llevar siempre el cabello casi cubierto, teniendo este “casi” un margen de error del +- 100% dependiendo del lugar, la cercanía de algún Basiji o si estamos en un lugar público o privado, es un destino que bien merece la pena. Nuestro viaje surgió como un viaje de nieve pero hay cosas que te tocan de lleno como una historia, arquitectura, humanidad, sensibilidad, gentileza y hospitalidad maravillosas y que hacen que se convierta en un destino repetible y a poco que se tenga un poquito de interés e inquietudes, convertirse en material para lectura o estudio.
Un país donde el gusto por los jardines, la poesía o el cine te hace sentirte un inculto y donde el sentimiento nacionalista orgulloso de su impresionante historia se nota en múltiples campos. Posiblemente el sistema donde mas policías y militares de diferentes uniformes he visto, pero que en principio no asustan (salvo los Basiji) y donde sin embargo ser invitados a hacer un reportaje fotográfico por los organizadores de la manifestación para la celebración del 29 aniversario de la Revolución Islámica entre políticos, mullahs e imanes, sea relativamente fácil como nos sucedió a nosotros, sin necesidad de sacar el pasaporte o pasar un mínimo cacheo.
Ligar es fácil y se liga. Determinadas películas están prohibidas pero si preguntas por ellas te las sacan del almacén. Se encuentran drogas con relativa facilidad e incluso hemos visto notables abueletes fumando marihuana en la terraza del Hotel de Shemshak. Las pipas de agua han sido recientemente prohibidas pero se encuentran en casas de te y en los autobuses se sientan las mujeres detrás y los hombres delante pero se pueden hacer colas conjuntas en los remontes de las pistas de esquí y hasta compartes un telecabina minúsculo con dos chicas sin que haya problemas con los roces habituales.
En definitiva, el como un destino de nieve se va convirtiendo en destino turístico y poco a poco ese interés deja de ser turístico y se convierte en cultural, político, fotográfico, histórico y hasta antropológico. Y como torna de algo exótico y peligroso a algo seguro, fácil, relativamente cómodo y sorprendente en cada momento y deseas retornar en cuanto puedas para volver a ver a quien hayas conocido y descubrir y esperar nuevos lugares y gentes.
Esto es Irán. (Y mucho más).