El aeropuerto internacional de Ushuaia recibe vuelos provenientes de tres orígenes en el país: Buenos Aires, Rosario y Córdoba. Los locales se quejan de la escasa conectividad con el continente. Creo sin embargo que la oferta aérea es más que decente en cuanto a cantidad de vuelos y horarios. El precio, es cierto, puede significar una desventaja, ya que la distancia a cubrir no es poca. Los paisajes, sobrevolando cercanías de la ciudad, empiezan a justificar cada peso invertido.
Ya en la ciudad, donde la oferta hotelera es lo suficientemente variada para todo tipo de presupuestos y pretensiones, sólo quedaba esperar la primer jornada de esquí. Cerro Castor se encuentra a 26 km de la ciudad. Para los turistas, las opciones son alquilar vehículo o contratar servicios de minibus. No existe transporte público hacia el cerro.
Y primero, a cumplir un sueño: atravesar la ya mítica "brecha" ese paso entre la roca que nos lleva a pistas rojas y negras, y a algún fuera de pistas accesible incluso para esquiadores de nivel medio. Telesilla del Bosque, Telesilla del Parque, Telesilla del Filo... ¡y ahí está!.
Éstas en un día de sol. Parece una puerta a lo desconocido...
Aún cuando se nubla, los paisajes se perciben sobrecogedores
Cumplido mi capricho de comenzar este artículo con "La Brecha" y las fantásticas vistas desde la Cota 870, altura a la que llega la "Telesilla del Filo", paso a contarles qué es, cómo es Cerro Castor.
La base del Cerro es pequeña, pero con encanto y totalmente funcional. Alquiler de equipos, tiendas de venta de indumentaria y material de esquí y snowboard, locales de gastronomía y lockers están a disposición de quienes lo requieran.
Nuevos lockers integrales calefaccionados en la zona de la pista de patinaje sobre hielo. El alojamiento en el Cerro es limitado en cantidad de plazas, pero de primer nivel. Un conjunto de cabañas y un Restaurant de fama en toda la ciudad configuran la pequeña Villa, que se completa con la recientemente inaugurados pista de patinaje sobre hielo de 20x40 m, con equipo de congelamiento propio, y el Sports Bar. Cruzando el puente sobre el río Larsiparsabk, se encuentra, entre árboles, este rincón de cuentos.
También es famoso Castor por ser elegido por numerosos equipos nacionales de esquí para los entrenamientos del verano boreal. Se destinan con exclusividad para ellos, dos de las pistas más emblemáticas del centro de esquí, "El Cóndor" y "Halcón Peregrino", y ocasionalmente alguna más. Recién promediando mediodía se abren nuevamente al público, lo que constituye tal vez la principal queja que los usuarios tienen para con el centro de esquí. Ello no quita que el grado de conformidad de snowboarders y esquiadores para con el producto que les ofrece Castor sea muy alto.
Los paradores en la montaña (son cuatro, con otros tres en la base) están estratégicamente ubicados. Tienen una oferta de productos razonable, incluídos alimentos para celíacos, con precios esperables tratándose de un centro de esquí, y una calidad superior a la media, al menos en la opinión de quien esto escribe. Todos ellos evidencian cuidado por los detalles, comenzando por los edificios mismos, construídos en madera y piedra locales.
Mención especial para "Viejo Castor". En un rincón apartado de las pistas, al pie de los telesquíes del Sol y del Este, rodeado de bosques, pequeño, impoluto, y delicadamente ornamentado con fotografías de la familia Begué (responsables de la operación del cerro) y su larga relación con el mundo de la nieve. Imágenes omnipresentes, pero no invasivas. Queda la sensación de haber sido invitado a comer en el living familiar (aunque el ticket de la tarjeta recuerde que no fue así jajaja).
Los medios de elevación no escapan al perfil general del Castor. Están estratégicamente ubicados para servir a la montaña de manera eficiente. Los "fundamentalistas" amantes del Castor no se cansan de repetir el inexacto concepto de "medios de elevación modernos". En realidad, Cerro Castor tiene los medios de elevación correctos. Ninguna cabina, ni silla desembragable, mucho menos sextuples desembragables con capota de bajada/subida automática y butacas calefaccionadas. En su lugar, cuádruples del viejo diseño de siempre, con el más que probado a través de décadas y confiable sistema de "pinza fija", factura del mundialmente reconocido fabricante Poma. De fabricación posterior a la mayoría de los medios de elevación en funcionamiento en Argentina, también tienen sus años. La diferencia la hace como dijimos, la ubicación estratégica, a lo que podemos sumar el excelente funcionamiento (no es común que salgan de operación por deficiencias mecánicas) y su dimensionamiento correcto en cuanto a la cantidad de esquiadores a transportar. Casi no se debe esperar para subir, y eso es lo que los usuarios buscamos. Tres teleskíes (dos, "Del Este" y "Del Sol", bien merecen ser reemplazados por una silla, aunque sea doble) completan el parque de medios.
No voy a describir las pistas una por una. Para detalles, uno no menor tratándose de un centro de esquí argentino: El mapa de pistas de Cerro Castor no miente. Apenas se puede decir que ya no existe el puente sobre la ruta 3 que continuaba la pista "Halcón Peregrino" hasta la base y silla "Del Río". Vaya una pequeña primicia, es el próximo trabajo de mantenimiento y/o mejora que se va a encarar.
Así, 32 km de trazados esperan al visitante. Desde largas verdes hasta accesibles negras (no hay muros infranquebles en el Castor), hay de todo, y para todos los gustos. El diseño del cerro es un diseño inteligente. Se aprovechó la limitada superficie para ubicar no solo medios como ya dijimos, sino también pistas que aunque cercanas unas a otras, tienen personalidad propia, no redundan ni saturan.
En Castor tienen muy clara la diferencia entre pista y camino. Así, hay verdaderas pistas entre los árboles, conectando diferentes sectores de la montaña. Los caminos están indicados como tal en el mapa de pistas, y son lo suficientemente anchos y bien mantenidos. Sin sorpresas.
El área de aprendices también es muy completa. Tiene cuatro "Magic Carpets" de diferente longitud y pendiente (dos de ellas con cubierta tubular de policarbonato). Numerosos recién iniciados en la "pasión nívea" dan sus primeros pasos con total seguridad.
Como conclusión, puedo decir que Cerro Castor justifica buena parte de la fama ganada. Viajé en busca de nieve (¿quién no?) aunque sea en cantidades mìnimas para seguir disfrutando de una temporada que avanzó tambaleante (cuando no murió prematuramente) en el resto de los centros de esquí del país. Esperaba conocer un lugar austero, bien plantado pero sin mayores pretensiones. Me voy con mucho más de eso. Encontré algo espléndido.
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