Dejé algunas palabras perdidas al final de mi último artículo (Recuperación fractura de meseta tibial), en el cual decía que había tomado la decisión de irme a Austria. Y así fue; partí al Tirol austriaco con un nuevo proyecto entre manos. Me encuentro viviendo desde hace tres meses y medio en el Valle de Stubai (Stubaital) a 20 km de Innsbruck. Hacía cuatro años que no hablaba alemán, así que me pareció buena idea venir antes para retomar el idioma. Una vez aquí me dí cuenta que había tomado la mejor decisión, pues en Stubai el dialecto es “terrible” aunque intento aprender en la medida de lo posible. Me estoy adaptando bien. Vivo en la montaña en un pequeño pueblo llamado Medraz (Fulpmes) y actualmente trabajo en una cafetería en Innsbruck aunque no por mucho más tiempo ya que en breve comienza la temporada de esquí en el Glaciar de Stubai (Stubaier Gletscher).
Uno de los motivos que me impulsaron a elegir este lugar es que hay nieve prácticamente todo el año (desde octubre hasta junio), y me siento orgullosa de decir que la Escuela de esquí de Neustift cuenta plenamente conmigo.
Mi rodilla está prácticamente recuperada. Empecé a correr con muchísimo cuidado, pero hacerlo por montaña me ha fortalecido más. Tengo respeto a volver a ponerme los esquís. Ese pequeño temor a volverme a romper. Pero han sido para mí unos meses tan largos que no hay miedo que valga. Se dice que nunca el tiempo es perdido y es verdad. Yo creo que en esta pausa, si es que así se le puede llamar, he ganado una dosis de tranquilidad que necesitaba. Vuelvo fresca y con un extra de energía renovada.
Ya no queda nada para que comience el otoño y de hecho empieza a notarse un aire más fresco. Ha sido un verano intenso y qué mejor que compartir algunas imágenes del lugar donde me encuentro. Montañas que en breve, comenzarán a cubrirse de blanco.
Hasta dentro de muy muy pronto :-)