Pues si, me ha costado pero aquí estoy con todos los sentidos de vuelta. Y es que la temporada en Chile ha sido una experiencia difícil de dejar atrás. Volví emocionada haciendo cumbre en Volcán Osorno un día antes de volver a España, algo que deseé desde el primer día que lo ví. Pero la vuelta fue extraña... una estancia breve de 2 semanas en Madrid y de nuevo en Vielha para preparar la temporada en Baqueira. Digamos que el tiempo de asimilación ha sido reducido y hasta hace una semana creo que no terminé de aterrizar.
Me preguntan cómo he sentido hacer doble temporada y qué me he llevado de ella. A nivel profesional siento una evolución. Mantenerme diariamente con los esquís puestos, en contacto con la nieve y con el frío ha tenido sus frutos. Y tal vez el principal fruto ha sido más interno y psicológico que cualquier otra cosa, pues la seguridad en mi misma aumentó y eso se tradujo en un mejor desenvolvimiento y una mayor capacidad de afrontar situaciones.
Hablo de un contacto permanente con el frío y más concretamente ese frío húmedo y helado que encontré. No es ninguna tontería pues sólo mi entorno sabe lo extremamente friolera que era. El frío siempre fue una de las cosas que más me mermaban, pues aunque lo aguantaba lo sufría mucho debido a mi metabolismo. Son de esas "pequeñas cosas" que tal vez nunca he dado a conocer a lo largo del blog. Pues bien, a los dos meses de estar allí sin parar de decir “tengo frio” y acostumbrándome prácticamente a no sentir los pies durante horas, mi cuerpo milagrosamente terminó adaptándose, jaja. No es una forma muy alentadora de acostumbrarse a algo, pero desde luego ahora disfruto muchísimo más de la montaña y la nieve pese a dificultades meteorológicas.
¿Qué me he llevado a nivel personal? bueno... si empiezo no acabo. Pero destacaría que ha salido de mí una energía increíblemente mayor. Sencillamente ese Volcán, la gente y todo lo que lo rodea ha sacado lo mejor de mí. Físicamente estoy más fuerte que nunca. Si bien es cierto que a medida que pasan los meses de esquí hay un desgaste físico importante llegando a sentir fatiga, yo puedo constatar que tras una semana muy intensa de descanso al volver, cuando retomé mis habituales entrenamientos de carrera empecé a romper esquemas.
De ello deduzco, y teniendo en cuenta que esto es una valoración personal, que hacer doble temporada ha mejorado mi capacidad física pese a que no he entrenado y a que conscientemente he hecho infinitamente menos que en etapas anteriores de preparación física intensa. Y digo conscientemente porque evidentemente sin darme cuenta el movimiento constante en la nieve y la montaña así como posiblemente las condiciones climáticas, han suplantado en parte esos entrenamientos que siempre he seguido de forma más organizada.
¿Y ahora qué? Pues ahora a seguir la triple temporada con intención de continuar con una cuádruple. Como objetivo importante he apostado por mi formación como Técnico deportivo de esquí alpino nivel II, la cual he acogido con decisión.
Nos mantenemos a la espera de las primeras grandes nevadas. De momento, me mantengo disfrutando de este precioso paisaje otoñal en los parajes de Vielha :-)
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