Técnica de base

Técnica de base
Todos podemos aprender a esquiar. Ser un buen deportista no es sinónimo de ponerse los esquís, controlarlos y de buenas a primeras lanzarse montaña abajo. Ni mucho menos. El esquí es un deporte muy técnico ya que entre otras cosas, sus movimientos no se realizan de forma natural.

INTRODUCCIÓN

Todos podemos aprender a esquiar. Ser un buen deportista no es sinónimo de ponerse los esquís, controlarlos y de buenas a primeras lanzarse montaña abajo. Ni mucho menos. El esquí es un deporte muy técnico ya que entre otras cosas, sus movimientos no se realizan de forma natural. Sin embargo, su práctica requiere de cierta exigencia física (mayor o menor dependiendo de nuestros objetivos). Además, las personas que realizan deporte generalmente poseen una mayor coordinación, asociando mejor los movimientos a cada parte del cuerpo. Algo que en el esquí es fundamental.

Debido a esto es aconsejable partir con unas buenas condiciones físicas previas. Tanto si vas a esquiar durante un corto periodo de tiempo (fines de semana, 5 días, semana blanca,...) como si no, recomiendo una mínima preparación: haciendo ejercicio al menos 3 veces por semana y básicamente  aumentando nuestra resistencia y fortaleciendo nuestra musculatura.
Resistiremos mejor a la fatiga disfrutando más de su práctica; asimilaremos mejor la técnica; seremos menos propensos a sufrir lesiones; y definitivamente progresaremos más rápido.

Pero si esto no fuera posible no es motivo de renuncia. ¡De ninguna de las maneras!.
Este deporte está hecho para todos. Lo practican personas de todas las edades y niveles.
Márca tu propio objetivo, ajústalo a tus capacidades y al espacio de tiempo del que dispones y deseas emplear, y ya sólo te quedará lo más importante: ¡disfrutar!


TÉCNICA DE BASE

No pretendo dar una clase de esquí virtual. La cantidad de ejercicios es infinita y no se realizan como si siguiéramos un libro de instrucciónes. Cada uno de ellos se adapta a las necesidades y evolución de cada persona. De ahí la gran función de un buen profesor.
A continuación, visualizar bien la postura y los movimientos. Al estar sobre la nieve deberéis intentar plasmarlos. Pero lo más importante de todo será sentirlos.
Visualizar, plasmar, sentir.

  1. Posición base
  2. Cuña
  3. Descenso directo
  4. Giro en cuña
  5. Giro en cuña acabado en paralelo


POSICIÓN BASE
Todos los movimientos que se realizan en el esquí parten de esta posición. Sin ella, serás como un edificio sin cimientos. Podrás construir 1 piso, 2 pisos, 3 pisos...¿pero podrás llegar al cuarto? Lo ideal sería que le dieras la importancia que le corresponde. Al principio puede que te resulte un tanto ortopédica. Pero una vez que la identifiques sentirás seguridad.
Antes de ponerte los esquís, intenta que no te invada la impaciencia. Practica la posición sólo con las botas. Verás que transferencía más buena.

1. Los esquís deben estar separados y en paralelo, coincidiendo con la anchura de las caderas.
2. Miramos hacia delante. Tenemos tendencia a mirar nuestros esquís.
3. Flexionamos las rodillas y tobillos inclinando el cuerpo ligeramente hacia delante. Debemos notar como el empeine se apoya en la parte delantera de la bota. Intentaremos  distribuir presión en toda la planta del pie.
4. Cogemos los bastones de manera que las manos se sitúen por delante de las caderas. Siente los hombros relajados.
* Al principio de nuestro aprendizaje los bastones tienen una función limitada. Los usamos sobre todo para empujarnos, para equilibrarnos cuando estamos en parado y para sacar la bota del esquí (podéis mirar el artículo CONSEJOS ÚTILES). Más adelante es cuando adquieren su máxima utilidad.
5. Para conseguir una buena postura de nuestro tronco superior, imaginamos que recibimos un golpe en el estómago y lo endurecemos.

 

 

 




DESCENSO DIRECTO
Subimos a una pendiente con muy poca inclinación para poder parar sin necesidad de frenar. Si encontramos una contrapendiente mucho mejor.
Se trata de descender manteniendo la posición base. Sentiremos una ligera presión sobre la bota, en la parte delantera de los pies. La falta de confianza hace que reaccionemos retrasando el cuerpo. Mientras éste queda atrás, nuestros esquís siguen deslizandose hacia delante terminando en posibles caídas. Sin embargo manteniéndo la posición correcta (dirigiendo nuestro cuerpo ligeramente hacia delante), se crea un apoyo seguro pese a que nuestros sentidos nos digan lo contrario.




CUÑA
Es el momento de aprender a frenar. La cuña, aparte de controlar la velocidad, nos aporta la estabilidad necesaria para bajar por la pendiente.

1. Lo primero que debemos hacer es adoptar la posición base.
2. Nos delizamos  sin perder la postura y hacemos una ligera abertura de los talones hacia afuera.
3. Sentimos como la parte interna de los pies ejercen presión sobre las botas simétricamente.
De esta forma se meterán los cantos internos del esqui que nos ayudarán a frenar.
4. Abrimos progresivamente manteniendo las rodillas separadas.

 

 

GIRO EN CUÑA
Una vez controlada la cuña, llega el momento de poder tomar la dirección que deseémos.

1. Nos encontramos en posición de cuña y queremos girar  hacia nuestra derecha.
Anteriromente lo que hacíamos es presionar las dos piernas simétricamente, pero esta vez lo que haremos es presionar el esquí de nuestra pierna exterior (el esquí izquierdo), cargando el peso de nuestro cuerpo y evitando inclinarlo hacia el lado interior de la curva.
2. Sentimos como poco a poco giramos sin perder la posición ni la flexión de nuestras rodillas.
3. Terminada la curva dirigimos nuestros esquís en cuña hacia la pendiente.
4. Comenzamos a presionar con la pierna exterior (que ahora será  la pierna derecha).
5. Y sentimos de nuevo como giramos hacia el lado contrario.


* Uno de los ejercicios que más me ayudaron fue hacerlo sin bastones y poniéndo las manos sobre las rodillas. Así, cuando quieres hacer presión en el esquí externo  puedes apretar con la mano en la pierna haciendo la fuerza necesaria para que se produzca el giro.


GIRO EN CUÑA ACABADO EN PARALELO
Vamos a deslizarnos un poquito más sobre la nieve y llegado a este punto me gustaría comentar algo.  Este giro es una introducción directa al paralelo, del cual muchos  principiantes deciden prescindir. Quiero insistir en que seamos un poquito pacientes. Muchos esquiadores no saben hacer bien la cuña y esto influye en que no esquíen todo lo bien que podrían hacerlo.

Disfruta de tu cuña con la que ya podrás hacer esas pistas azules que tanto quisiste.  Asiéntala y cuando te veas preparado será el momento de comenzar ese deseado paralelo.
 
1. Partimos de la posición de cuña
2. Giramos hacia nuestro lado izquierdo presionando sobre el esquí derecho.
3. Llegando al final de la curva dirigimos nuestro esquí interior colocándolo paralelamente al esquí exterior.
4. Nos dejamos deslizar en paralelo.
5. Desde esta posición volveríamos a adoptar la posición de  cuña para realizar los mismos movimientos hacia el lado contrario.
 
 
 




* Si es la primera vez que esquías recomiendo tomar clases. Tal y como estamos hoy en día es una opción complicada para muchos de nosotros. Soy bastante consciente de ello.  Pero si puedes permitírtelo,  es un gasto que compensa tanto a largo como a corto plazo.  Avanzarás desde el primer momento y te darán las herramientas necesarias para disfrutar de tus días en la nieve. Descarta la opción de quedarte eternamente en la cafetería. Y si es posible que te recomienden a un profesor; mejor que mejor.

No quiero ser malvada pero lo sé: tu amigo te ha dicho que esquía igual que anda. Y por supuesto te ha asegurado que él te enseñará. De veras que no dudo del corazón y de las buenas intenciones de tu amigo.  Pero me gustaría contaros un caso muy cercano a mí:

Un amigo mio fue un día a esquiar con su grupo de colegas. Días atrás él había comentado que no sabía esquiar. Pero uno de sus amigos le dijo que no se preocupara; que él le enseñaría.
¿Y que pensáis que ocurrió? que su amigo, que quería disfrutar a tope de su largo día en la nieve, le explicó todo lo que consideró imprescindible durante 5 minutos. Tras la "extensa explicación" le dejó, como se suele decir, en mano de dios.
Como resultado mi amigo no lo pasó muy bien... Todo le resultó tan complicado que no ha vuelto a esquiar en su vida.

Es una pena que esto no sea un caso aislado. Ocurre a menudo. Así que cuando tu amigo, hermana, hijo, etc... te digan que te enseñan, sencillamente concédete el minuto de la duda :-)

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