 |
La velocidad y el contacto con la naturaleza ofrece sensaciones únicas a los alumnos que acuden a disfrutar de la experiencia.
A José Manuel González le gustan los toros y esquiar. Son gustos que no deberían sorprender en un joven de 27 años como él, pero José tiene una enfermedad congénita que le ha provocado una falta de movilidad casi total. Se puede afirmar que su grado de dependencia es del cien por cien. Sentado en su silla de esquí, perfectamente ataviado con su casco y secundado por su inseparable monitor, Quique, su cara se transforma cuando comienza a descender a toda velocidad por las pistas de Sierra Nevada.
Dicen los expertos que el esquí ofrece unas sensaciones difíciles de explicar. Deslizamiento, velocidad, naturaleza, paisajes de ensueño. Quizá sea por eso que a las personas con alto grado de dependencia física el esquí les aporte autoestima y seguridad en sí mismos. Es lo que asegura Eduardo Perujo, que lleva más de once años en la dirección técnica de la Fundación Deporte y Desafío, donde ha enseñado a esquiar a cientos de personas.
'Duby', que es como se conoce a este especialista en Sierra Nevada, todavía se sigue emocionando al ver a sus alumnos disfrutando a toda velocidad. Le pasó hace unos días cuando veía la cara de Álvaro, un chico con un grado de dependencia que a penas puede mover sus brazos. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Lo que se veía por la pequeña pantalla de una cámara de vídeo deportiva instalada en la silla-esquí de Álvaro era la felicidad plena. Sobran las palabras. «Álvaro no tiene control sobre su cuerpo. Sin embargo, él podía colaborar conmigo echando el cuerpo hacia un lado y otro. Ha sido tanto el control del cuerpo que ha desarrollado que había momentos en los que tumbábamos mucho gracias a su actividad. Se notaba que iba entusiasmado», explicaba 'Duby' tras el vertiginoso descenso.
Inclusión en el deporte
Las primeras bajadas de la temporada han sido posibles gracias a un programa organizado por la Fundación Deporte y Desafío. La Caixa, Escuela Oficial de Esquí, Cetursa y Fegradi. El primer objetivo, tal y como explica 'Duby', es que los chavales disfruten a través del deporte, «por eso buscamos que en el futuro lo puedan hacer con sus familias y llegar a ser independientes esquiando». Coincide totalmente la trabajadora social que acompaña a los esquiadores por parte de Fegradi, Celia Gualda, «este deporte les aporta mucha seguridad en sí mismos, merece la pena». El deslizamiento nos ofrece unas características que no dan otros deportes, la velocidad da sensaciones con las que disfrutan. A la pregunta de si esquiar en silla es mejor o peor que hacerlo de pie puede responder bien la propia Celia, que no dudó en probar unas bajadas en la silla de la mano de 'Duby'. Su respuesta no dejó lugar a dudas, extraordinario. En total serán 32 personas con discapacidad funcional las que puedan subir a esquiar durante tres días (seis horas de cursillo).
La mejor adaptada
No sería igual si estos deportistas viviesen cerca de una estación de esquí que no fuese Sierra Nevada. Los expertos aseguran que esta es la que mejor adaptada está de toda España y de las mejores de Europa. «Desde que la persona llega al aparcamiento hasta la nieve no tiene que pasar ningún obstáculo y el personal de Cetursa está instruido para facilitar el acceso. Tenemos más de 70 profesores capacitados para enseñar a esquiar a personas con diversidad funcional y eso es algo que no ocurre en otras estaciones», asegura 'Duby', que con miles de alumnos en su trayectoria profesional dice «la actividad tiene un cien por cien de satisfacción».
El esquí en silla fue introducido en España, a través de Sierra Nevada, por Jorge Pérez de Leza. Comenzó así un camino que hace posible que hoy día sea la estación granadina la única del país en la que se pueda obtener el título de monitor de esquí adaptado, para el que se requiere previamente, como mínimo, tener el de Técnico en Deportes de Invierno de nivel 1. Además de silla, también se practica de pie para personas con amputación. Es una técnica diferente en la que, una vez más, Sierra Nevada es referente, entre otras cosas, por tener el primer monitor con una pierna amputada habilitado para impartir clases de esquí a personas con y sin discapacidad. Se trata de Salvador Navas, como no, discípulo de 'Duby'.
.