Seguro que alguna vez has echado de menos ser aficionado al running o a la natación, en lugar de al esquí. Unas zapatillas, un pantalón corto, una camiseta, un bañador, el gorro, las gafas… todo esto cabe sin problemas en una bolsa de mano.
Los esquiadores lo tenemos un poco más complicado: anorak, pantalón, ropa interior, casco, máscara, guantes, botas, bastones… y lo más voluminoso de todo, los esquís. En nuestro caso, la citada bolsa de mano es una gran maleta, a la que se suma lo que coloquialmente denominamos el material duro. Un abultado equipaje que convierte el momento de montarse en el coche en una interesante sesión de Tetris que, normalmente, implica llevar los esquís en el exterior.
¿Qué opciones tenemos para viajar con los esquís a cuestas?
Hemos curioseado por la web de Cruz, una firma española con 60 años de trayectoria y una oferta muy completa (y que, además, es cliente de Esquí Pro). Su catálogo nos permite repasar las diversas posibilidades que tenemos para transportar el material en el coche.
Portaesquís fijos
El clásico portaesquís ‘de toda la vida’ es la opción más extendida para llevar los esquís. Sólidamente instalado en el techo del coche o en la parte posterior -en el caso de furgonetas o todo terreno-, nos permite cargarlos de manera rápida, fácil y cómoda. Y en la mayoría de los casos, segura, gracias al cierre con llave que ofrecen muchos de los modelos disponibles en el mercado.
¿Inconvenientes? El principal es que los esquís no van protegidos de la intemperie y se ensucian (especialmente bajo la lluvia), algo que no es bueno ni para las suelas ni para los mecanismos de las fijaciones.
A FAVOR
|
EN CONTRA
|
Barras
Es la opción más universal y básica. Unas simples barras de techo, donde podemos cargar, no sólo esquís sino otros ‘juguetes’ (la tabla de surf cuando hay buen parte de olas…) y también instalar adaptadores como un portabicis o -valga la redundancia- un portaesquís.
El uso de barras requiere más trabajo por nuestra parte, para asegurar convenientemente el material -con correas, no con pulpos-. La ventaja respecto del portaesquís es que podemos transportar el material en una funda, evitando que se ensucie. Pero hay que asegurarse de que los sujetamos correctamente; y tendremos que estar pendientes de posibles robos por parte de los ‘amigos de lo ajeno’.
A FAVOR
|
EN CONTRA
|
Portaesquís magnéticos
Son la elección más interesante para necesidades puntuales: por ejemplo, si tenemos el material en una segunda residencia y sólo nos hace falta cubrir el desplazamiento de ida y vuelta a pistas. En este caso su facilidad de montaje y desmontaje, sin herramientas, es un punto a favor.
Por supuesto también se pueden utilizar en desplazamientos largos; pero si eres de los que pisa el acelerador, debes tener en cuenta que tienen un límite de velocidad.
El pasado invierno probamos el Ski Roof de Cruz y nos gustó mucho. Un buen portaesquís magnético está protegido para no dañar la pintura del coche y tiene cierres de seguridad para evitar robos de los esquís y del propio portaesquís.
Evidentemente, por su sistema de sujeción magnética es necesario que el techo del coche sea de chapa de acero; no se pueden utilizar en carrocerías de aluminio o fibra, ni en techos acristalados.
A FAVOR
|
EN CONTRA
|
Cofre
Si habitualmente transportas mucho material, un baúl es la mejor solución. El cofre es, sin duda, la elección idónea para familias numerosas. Por su capacidad de carga, por su facilidad de manejo y porque los esquís van perfectamente protegidos, tanto de la intemperie como de posibles robos.
Pero también es la más aparatosa de todas: su montaje es complejo, es voluminoso -por muy aerodinámico que sea su diseño-, incrementa la altura libre del coche y acentúa las inercias.
También es la opción más cara de todas.
A FAVOR
|
EN CONTRA
|
En el interior
Queda, por último, la posibilidad de transportar los esquís dentro del coche. No son pocos los que optan por llevarlos en el interior, especialmente en desplazamientos cortos -del hotel a pistas-. Evidentemente es un ahorro en cuanto a que nos olvidamos de instalar un sistema en el techo y no tenemos resistencia aerodinámica alguna, pero es importante -muy importante- tener en cuenta los contras, especialmente en lo que se refiere a seguridad.
Los esquís no pueden ir sueltos, ni de cualquier manera; hay que llevarlos en una funda, colocados de modo que no molesten a la conducción ni interfieran con el campo de visión del conductor. Hay que sujetarlos firmemente, para evitar que salgan proyectados en caso de accidente, con el obvio riesgo para los ocupantes.
Es una alternativa cuando viajamos solos o tenemos suficiente espacio (algo que no siempre ocurre en desplazamientos a la montaña), pero el sentido común tiene que primar para garantizar nuestra seguridad.
A FAVOR
|
EN CONTRA
|