Fotos: colortriggerphotograpy.com
La suela es la responsable del buen deslizamiento de nuestros esquís. Cuanto mejor la conservemos, mejor se comportarán. En la alta competición se miman, se cuidan y se enceran a diario; de ellas dependen unas centésimas que serán decisivas ante el cronómetro.
En mi opinión, la reparación de la suela es la operación más delicada de todas las que vamos a hacer en nuestros esquís, porque requiere de herramientas que trabajan a altas temperaturas -para fundir el cófix- y de otras con un alto poder de desbaste, para el acabado y pulido de la reparación.
Antes de empezar: como ‘herramienta’ de inicio de todos los trabajos que vamos a realizar, en este y en próximos artículos, contaremos con los guantes protectores. Posiblemente me olvide mencionarlos en los siguientes artículos, pero doy por hecho que los llevamos puestos… ¡aunque en las fotos yo no los utilizo! No me lo tengáis en cuenta, después de tantos años preparando esquís, mis manos llevan “guantes incorporados”. Os recomiendo encarecidamente que siempre los utilicéis, ¡os ahorraréis unas cuantas averías en los dedos como las que llevo yo!
Entrando en materia, nos vamos a centrar en reparar esos pequeños desperfectos provocados por el uso diario. Cuando el trabajo es más serio, lo mejor es ponerse en manos de un buen taller, con profesionales y maquinaria específica, que no sólo repararán el daño sino que rectificarán, estructurarán y encerarán la suela, además de repasar el afilado y los ángulos de los cantos.
Preparación
En primer lugar, debemos sanear y limpiar la zona afectada. Es un trabajo relativamente sencillo, que podemos realizar con un cutter. El objetivo es eliminar elementos que impidan la adhesión del cófix y a su vez permitir que pueda penetrar lo máximo posible. En muchos casos nos veremos obligados a ampliar la zona a reparar, porque los daños pueden encontrarse en partes que no vemos a simple vista.
Dejar con una ligera rugosidad la zona a reparar mejora el anclaje del cófix; esto lo podemos hacer con un pequeño cepillo metálico, limpio, igual que el que utilizamos para limpiar las limas. Pero si la rugosidad es excesiva, es probable que se creen burbujas de aire en el momento de aplicar el cófix fundido, lo que provocará problemas en su adhesión.
Es indispensable que la zona a reparar esté perfectamente seca. Si estamos trabajando en un ambiente de mucha humedad o simplemente no disponemos del tiempo necesario para dejar secar completamente el esquí, podemos utilizar un secador de pelo o alguna fuente de calor que no necesite estar en contacto con la suela.
Aplicación del cófix
Como os explicábamos en el artículo de las herramientas para trabajos en la suela, si aplicamos el cófix quemándolo se pierden sus propiedades de elasticidad y resistencia a la fricción. Fundirlo con un soldador de estaño es, en mi opinión, una de las mejores formas de trabajar con precisión y garantizar una correcta aplicación del material de reparación. Para evitar el riesgo de tocar la suela con el soldador, podemos protegerla colocando cinta de carrocero alrededor de la zona a reparar. Cuanto más finos seamos aplicando el cófix, es decir, poniendo la cantidad necesaria y en la zona precisa, más fácil será después el trabajo de desbaste.
A medida que vamos fundiendo el cófix, es necesario ejercer presión antes de que solidifique con un elemento antiadherente -como puede ser la rasqueta metálica- y así garantizar la máxima penetración. En este caso debemos utilizar algún aislante entre la rasqueta y nuestras manos, para evitar quemarnos.
Si la avería es profunda y sobrepasa la suela, dejando al descubierto partes metálicas, nos veremos en la necesidad de utilizar metal-grip. Debemos aplicar una capa fina (también con el soldador de estaño) y después terminar de rellenar con el cófix, ya que el metal-grip por sí solo no es un material de reparación.
Desbaste
Antes de iniciar la operación de desbaste debemos asegurarnos de que el cófix se haya enfriado y solidificado correctamente; en caso contrario será bastante complicado que las herramientas de desbaste realicen cortes limpios. Los tiempos de enfriamiento vendrán determinados por la cantidad de material que hemos aplicado y por la temperatura ambiente del lugar de trabajo.
Debemos ser bastante cuidadosos con las herramientas de desbaste que vamos a utilizar para eliminar el sobrante de cófix, bien sea lima devastadora o rasqueta metálica, para no dañar las zonas de la suela que no hemos reparado.
Es importante trabajar con movimientos longitudinales y evitar los desplazamientos laterales que puedan producir marcas no deseadas, en sentido diagonal o perpendicular con respecto al eje longitudinal del esquí.
En el caso de utilizar rasqueta metálica, la única guía de la que disponemos son nuestras propias manos, por lo que debemos intentar, en la medida de lo posible, buscar algún tipo de referencia para mantener siempre la misma dirección de trabajo.
Con la lima devastadora es más fácil establecer una guía de referencia de los movimientos que debemos realizar, manteniendo los dedos de la mano con los que hacemos tracción pegados a la pared lateral del esquí.
Con cualquiera de estas dos herramientas debemos evitar ejercer excesiva presión, pero sujetándolas de manera firme ya que, cuando entren en contacto con el cófix, notaremos resistencia al movimiento longitudinal.
Acabado
Con las herramientas de pulido, como el papel de lija o la fibra scotch, debido a que son elementos blandos, nos ayudará utilizar como soporte un bloque rígido de plástico o madera, que nos permita sujetarlos firmemente y a su vez trabajar con cierta planeidad.
Actuaremos de la misma forma, sin ejercer excesiva presión, con movimientos longitudinales y no necesariamente rápidos, para evitar que se produzca un exceso de calor por fricción que pueda interferir en la eficacia del trabajo. De hecho, cuando el cófix no ha enfriado lo suficiente o hemos producido mucho calor con las herramientas, es muy común que el acabado quede rugoso.
Lo que es prácticamente imposible es que podamos recuperar la estructura de la suela (ese dibujo geométrico que mejora su comportamiento). Así que, ante la duda, no dejéis de acudir a vuestro taller de confianza, para que sean ellos los que realicen la reparación y a su vez rectificar la suela y recuperar o modificar la estructura.
Es normal que surjan muchas preguntas y dudas con respecto a todos los tipos de trabajos en suela. Aquí hemos hablado de lo que podría ser una reparación básica, que podemos hacer en casa, con herramientas fáciles de encontrar y no excesivamente caras. Aun así, existen otros métodos de reparación y otras formas de desbaste y pulido que podemos utilizar, por lo que os ruego no dudéis en ponerlo en los comentarios y compartir cuanta más información mejor.
Un saludo y nos vemos en el próximo artículo.