A Valdesquí se le queda corto lo de desestacionalizar y ha decidido que cuanto más se pueda esquiar, mejor. Así, además de anunciar que no tienen fecha de cierre y que mientras haya nieve ellos seguirán abriendo, han decidido aprovechar algunas tardes para el esquí nocturno. Esto no sería una noticia si no fuera por el modo de hacerlo, con pistas sin iluminar y con los esquiadores con frontal.
Os dejo mi vídeo del Snowled para que veáis mi experiencia hace una semana.
No os voy a repetir todo lo que ya contó hace poco en su artículo, ingeniquitecto. La organización del evento funciona como un reloj, todos los participantes reciben las normas básicas antes de empezar y el personal comprueba que tenemos el equipo básico:
- Frontal para iluminar.
- Brazalete led para identificarnos: rojo para esquí. azul snowboard.
- Chaleco reflectante.
Hicimos la primera subida sobre las 20:45. Todavía había bastante claridad, pero poco a poco entraba la noche. La zona de pistas comprende un par de telesquís, pero la zona esquiable abarca varias pistas y se pueden hacer bajadas hasta de 1Km si bajamos por la Solana y Pradera III. Las dos pistas de Noruego son azules, casi rojas y tienen una inclinación constante y ancho que eran las más disfrutables.
La experiencia de esquiar a oscuras es única, en términos de esquí se parece a esquiar un día de algo de niebla, ya que no ves el relieve mucho más allá de 2 giros. Pero la sensación de que todo alrededor desaparece en la oscuridad es muy especial.

Poder pararte en la pista a un lado, apagar el frontal y ver la montaña iluminada solo por la luna, alguna máquina pisapistas que trabaja incansable y ocasionalmente algún esquiador que pasa cerca es algo indescriptible. Llevamos tanto tiempo esquiando en la estación que en cuanto nos cambian algo, la experiencia es totalmente diferente.
Dejando un lado la mística, este tipo de iniciativas por parte de Valdesquí me encantan. Han entendido que tener Madrid, y sus 6 millones de habitantes a una hora de distancia, puede provocar problemas las mañanas de finde soleadas. Pero son un público potencial para casi cualquier cosa que se inventan relacionado con la montaña, la naturaleza y el esquí.

Y lo mejor es que la gente responde y ellos aprovechan el feedback. Ya se estaban planteando abrir otra zona de la estación para el Snowled, concretamente el telesquí de Valdemartín. Poder asomarse a ver Madrid a las 11 de la noche, o disfrutar de la puesta de sol que se ve desde esa ladera, con La Bola del Mundo en frente puede ser algo mágico.
Valdesquí no se cansa, y yo tampoco. Tengo ganas ya de escribir mi reportaje esquiando en la estación en Mayo. ¿Hacemos kedada de cierre?