El esquí de baches, conocido como moguls en inglés, es una disciplina competitiva que combina técnica, precisión y espectáculo. Forma parte del freestyle bajo la Federación Internacional de Esquí (FIS), junto a otras modalidades como el slopestyle o el big air. Como siempre, os dejo todo en vídeo y os sigo contando.
Las pistas de baches se diseñan específicamente para las competiciones. Tienen una estructura rígida: una zona corta de baches inicial, un primer salto, una sección de baches más extensa, y un salto cercano a la meta.
¿Cómo se puntúan las competiciones?
La puntuación total es de 100 puntos, divididos en:
- 60 puntos para los giros.
- 20 puntos para los saltos.
- 20 puntos para la velocidad.
Los giros son clave, y los jueces evalúan aspectos como mantener las piernas juntas, un tronco relajado y giros agresivos pero manteniendo los esquís en la nieve en todo momento. En cuanto a los saltos, se permiten rotaciones fuera de eje como corks o rodeos, pero con restricciones (nada de doble backflips). La velocidad, por último, otorga el máximo de puntos a las bajadas que se realicen a una velocidad aproximada de 40Km/h.
De los 70 a los Juegos Olímpicos
El esquí de baches nació en los años 70, cuando el freestyle era puro caos creativo. Con el tiempo, se establecieron reglas claras y pistas estandarizadas, llevando la disciplina a ser Deporte Olímpico por primera vez en 1992, en Albertville. Se llevaron el primero oro olímpico el francés Edgar Grospiron en hombres y la estadounidense Donna Weinbrecht.
Figuras como Jonny Moseley marcaron un antes y un después. En Nagano 1998, el americano se llevó el oro con una bajada que mezclaba técnica y creatividad, influenciada por el snowboard, añadiendo un grab a uno de sus trucos. En 2002, en Salt Lake City, innovó con el primer Dinner Roll en unos JJOO, una rotación fuera de eje que abrió la puerta a los trucos más espectaculares.
Técnica extrema y material especializado
Hoy, esta disciplina es una de las más técnicas y exigentes del esquí. Los esquiadores utilizan material muy específico:
- Esquís estrechos (65 mm de patín) para facilitar los giros.
- Espátulas pequeñas para evitar enganches.
- Bastones cortos que ayudan en los clavados.
Aunque es una modalidad minoritaria, sigue siendo un espectáculo fascinante para quienes lo practican o lo disfrutan como espectadores.
Una pequeña reflexión sobre los baches
Personalmente creo que no hay nada más divertido que medir tu propio nivel de esquí con una pista llena de bañeras. Es una pena que en Europa lo hayamos apostado casi todo al carving, exigimos pistas lisas como alfombras y anchas como autopistas. Y claro, hemos aprendido a carvear de película, pero hemos perdido recursos por el camino.
En Norteamérica la cultura de una montaña menos alterada hace que muchas diamante y doble diamante(su equivalente de pistas rojas y negras) no se pisen de forma habitual. Esto las convierte en pistas realmente difíciles de bajar, al menos de forma ágil y contínua. Exigen un nivel físico y técnico alto. Es común caerse, pero normalmente se afrontan con poca velocidad y las caídas son inconsecuentes.
Las pistas difíciles en Europa muchas veces lo son porque tienen nieve dura y compacta y mucha inclinación, lo cual en mi opinión es todavía más peligroso e intimidante. Si te caes, muchas veces no paras hasta abajo. Esto crea una barrera grande de progresión entre las pistas que es muy dificil de salvar.
Creo que dejar más pistas abiertas sin pisar, no solo contribuiría a que el nivel del esquiador habitual subiera, si no que además potenciaría un esquí más lento y divertido que apenas existe entre los esquiadores de "alto nivel".