El camp de Freestyle que organiza Freexki se está convirtiendo ya en un clásico del verano para mí. No solo me vale para no olvidar lo poco que sé saltos, grabs y trucos si no que son unos días de desconexión total, días de conocer gente nueva y reencontrarme con amigos. Pero en general son días de aprender cosas, y cuando aprendes cosas, te lo pasas bien.
Como siempre os dejo el vídeo, este año más cortito, para que veáis como es un día del camp.
No voy a volver a dar la turra con lo mucho que creo que aporta a cualquier esquiador el freestyle, que ya lo expliqué el año pasado. Pero esta vez me gustaría centrarme en varias de las realidades de aprender freestyle.
Te vas a caer. Eso es así. En el camp se genera una sensación de comodidad y motivación grupal que te incita a explorar tús límites. Y en el límite, está el progreso, pero también los fallos. No siempre sale todo bien, te caerás del slackline o en las camas elásticas sin consecuencias (casi siempre) o en la nieve en algún módulo nuevo o practicando algún truco de entrada.
Lo importante es que esas caídas formen parte del proceso de aprendizaje. Una de las mejores cosas del camp es que los profes, Oscar y Alex, dan feedback instantáneo, pero además graban muchísimo y las sesiones de videocorreción son tremendamente útiles. Yo el segundo día pensaba que estaba planchando los 360s hasta que ví que llevaba una mano por el aire haciendo nosequé. Ese mismo día en la nieve ya estaba corrigiendo el error y teniendo sensaciones mucho más positivas.
Hay que ir protegido. Como decía antes, te vas a caer, pero además de aprender de ello, es importante que no sean caídas graves. Para ello tienes a los profes, que te piden cosas para las que te ven preparado y además te frenan si sugieres otras para las que claramente no te ven.
Aún así, unas buenas protecciones, culera, espaldera y casco me parecen casi imprescindibles. La nieve en el Xanadú está bastante dura aunque no lo parezca, y cuando caes de lado, los costados sufren. La mayoría de los que visitamos Nevasport no nos caemos mucho en estaciones y ya casi no recordamos lo que es una caída descontrolada, no el típico interior. Estoy seguro que si os pregunto no salís ni a una media de 1 caída por 5 días de esquí. Pues esto está bien, pero progresando en freestyle no es habitual.
Por último, otra de las realidades de aprender freestyle es que a veces entras en un estado de flow o de concentración máxima y te sale todo. Es difícil describirlo, visualizas el truco o movimiento que quieres hacer y símplemente te sale. Es como estar en completo control de tu cuerpo y tener clarísimo los movimientos que necesitas hacer para que salga.
Y lo que suele pasar es que cuando tu cuerpo entra en ese estado, no quieres salir de él de ningún modo. No haces nada que lo pueda alterar porque disfrutas con cada salto y cada truco. Y en mi caso me lleva a que a pesar de llevas 3 cámaras encima, no grabe nada. Porque no quiero romper esa magia pensando en donde colocar la cámara, si está grabando o si está con los ajustes correctos.
Simplemente quiero seguir saltando y planchando los trucos. Así que aquí solo puedo dar gracias de nuevo a Oscar y Alex que grabaron un montón y gracias a ellos tengo material de sobra para ilustrar todos los días del camp. En próximos días subiré más vídeos, estad atentos a mis redes porque quizás espere a tener todo el camp subido para hacer un nuevo post aquí en Nevasport.
Por último, tengo que animaros a todos los que os apetezca un nuevo reto. Al camp se ha apuntado gente de todas las edades y niveles, todo el mundo es bienvenido. ¿Quién se apunta para el año que viene?