Esquís
De cara al verano lo primero que tenemos que tener en cuenta es dónde vais a guardar vuestros esquís. Si tenéis un sótano, trastero, buhardilla o cualquier otro sitio de guardar cosas (almacenar trastos), donde sospecheis que pueda haber la más mínima humedad este paso es crucial. Hay que proteger los cantos de la corrosión, que si os acordáis, ya os expliqué en un artículo anterior por qué se oxidan los cantos y cómo podemos arreglarlo.
La idea es darles un encerado básico que no vamos a rascar, e intentaremos que haya cera de sobra para que cubra los cantos. Como cualquier otro encerado, lo primero es limpiar bien las suelas, y para ello lo mejor es el limpiador específico de suelas de esquí. Extended el material por toda la suela y dejad que actúe unos minutos. Se tenéis varios esquís para preparar, lo ideal es ir rotando.
Para limpiar la suciedad usaremos una rasqueta de plástico y papel de cocina. Haciendo varias pasadas veremos como va quedando suciedad en el papel hasta que esté completamente limpia.
Una vez tenemos la suela limpia, toca encerar. Para hacerlo podéis usar una cera universal, recordad que las ceras tienen distintas durezas en función de la temperatura de la nieve sobre la que vais a esquiar, o sea que en este caso; como no vais a esquiar, mejor usar una universal que suelen ser más baratas. No solo estamos hidratando la suela, si no que además la estamos protegiendo y vamos a evitar que se acumule polvo en la suela del esquí.
Si sois de guardar los esquís en vuestra habitación o en un armario dentro de casa, podéis optar por llevarlos a una tienda para que os los preparen: que os hagan la suela, os la planifiquen, la enceren bien y os hagan los cantos. De esta manera los tendréis perfectos para el primer día de nieve. Eso sí, a la hora de guardarlos intentad dejarlos en vertical, sin peso apoyado encima y sin que estén deformados. Si los tenéis que dejar en horizontal es mejor que los dejéis separados para que el peso de uno no esté sobre el otro.
Fijaciones
Alrededor de las fijaciones hay mucha mitología y hay varias corrientes de opinión. Algunas marcas, como Marker, recomiendan bajar el DIN al mínimo. Otras marcas no dan recomendaciones oficiales. Y en general la opinión de los skimans profesionales es que para esquiadores turistas, que no llevan el DIN al límite de su fijación no suele ser necesario bajarlas.
Yo comparto esta última opinión pero por un motivo distinto. Es súper habitual olvidarse de volver a subir el DIN el primer día de esquí. Esto se traduce en una apertura prematura, que suele implicar una caída en la primera bajada del primer día de temporada y eso es comprar billetes de lotería para una lesión. Respecto a dejarlas cerradas o abiertas, dejadlas abiertas, el muelle de la pretensión está con menos tensión cuando no tiene una bota, por lo que si las cerráis sin bota, el muelle ni se inmuta, pero va a ocupar más espacio en el armario.
Las fijaciones también es importante limpiarlas, podéis usar un cepillo de dientes viejo para llegar a todos los recovecos y si tenéis grasa para fijaciones, aplicadla con el mismo cepillo. Por último estaría bien que repasarais los tornillos que notéis que están un poco sueltos de la fijación, las vibraciones cuando esquiamos toda una temporada pueden ir aflojándolos poco a poco, pero no os paséis al apretar, porque podéis llegar a dañar el núcleo del esquí.
Si tenéis fijaciones de travesía, la posición correcta para almacenarlos es cerrada, es decir, como si tuvieras la bota puesta. En este caso, los muelles están en una posición más relajada en esta posición
Botas
Igual que con los tornillos de las fijaciones, podéis revisar los de las botas, pero los más importante, obviamente está por dentro. Sacad los botines, sacad las plantillas, y sacad las alzas que suelen ir debajo que es fácil que se quede ahí humedad. Dejad que seque todo bien, un día por ejemplo y luego simplemente volved a meterlo todo y acordaos de dejar siempre cerrados los ganchos. Esto es muy importante, el plástico si no se deforma y luego probablemente tengáis problemas con las botas.
Un buen truco para secar las botas es el papel de periódico, no solo para esta hibernación, si no para secarlas de un día para otro de esquí. Un par de hojas viejas, hechas una bola y bien adentro absorberán gran parte de la humedad y podéis secar mejor las botas.
Ropa de esquí
La ropa de esquí se lava. Lo voy a decir otra vez. La ropa de esquí hay que lavarla y no se estropea. Es más hace falta lavarla de vez en cuando para evitar que las membranas exteriores se bloqueen de suciedad y no nos permitan transpirar bien. Recordad que las membranas funcionan como un colador, si bloqueamos por completo los agujeros, se pierden las propiedades.
Para lavar la ropa de esquí hay detergentes específicos, yo uso uno de la marca Nikwax que tiene un par de productos muy interesantes. El Tech Wash es un detergente que mantiene la impermeabilidad, que es el que suelo usar con prendas más sucias o al final de temporada.
Con prendas más viejas que quizás no estén sucias, pero están perdiendo la impermeabilidad podéis usar el TX-Direct Wash in, esto no lava la suciedad tanto, si no que está enfocado a reimpermeabilizar. Si tenéis un anorak viejo, que notáis que cala en seguida probad a darle un lavado con este producto que suele funcionar bastante bien.
Para lavarla, seguid los consejos de la etiqueta de la ropa, pero ya os adelantó que los puntos básicos que tienen casi todas las prendas en común y que debéis seguir son:
- Agua fría. 30ºC o menos.
- No usar suavizante ni lejía.
- Limpiar bien los restos de lavados anteriores, con un lavado en vacío si es necesario.
- Detergentes específicos para la ropa de esquí o neutros.
- Lavar del revés, como cualquier otra prenda delicada.
- No secar en secadora.
Con esto tenéis garantizado que no os váis a cargar vuestra chaqueta. Eso sí, recordad vaciar los bolsillos antes, si no queréis perder esos 10€ olvidados que teníais para emergencias.
Material de seguridad
Si tenéis una mochila antiavalancha, lo mejor es que consultéis el manual para ver si tiene algún modo de hibernación. Las mochilas con disparadores o con sistemas electricos suelen tener algún modo de almacenaje que es interesante seguir para que el próximo invierno estén listas para funcionar con seguridad.
Para el ARVA mi consejo es que le saquéis las pilas, y las dejéis en la funda o pegadas a el. No sólo evitáis el posible calentamiento de las baterías que podría dañar el dispositivo si no que además probablemente os acordéis el primer día de invierno que lo vayáis a coger de cambiarlas por unas nuevas. Si aún así os olvidáis, al menos tendréis unas pilas que probablemente conserven carga para sacaros del paso el primer día.
Bastones
Si tenéis bastones extensibles, dejadlos sin cerrar. De esta manera no presionáis el material y los distintos tramos no estarán forzados, por lo que alargaréis la vida útil del material.
Como siempre, os dejo todo esto en vídeo para que lo veáis mejor ilustrado: