Cuando retiramos la bolsa de vacío tenemos los esquís practicamente pegados a los moldes, es necesario ayudarse con una cuña de madera para separarlos. Hay que tener cuidado porque la fibra de carbono está muy dura y puede cortar con facilidad.

Cuando sacamos del molde el esquí se pueden ver los cantos por debajo perfectamente, pero es necesario retirar todas las rebabas para dejar el esquí con su forma definitiva. Se pueden apreciar restos de resina pegados a la suela, que también será necesario lijar para poder encerar las suelas con normalidad.

Para llegar hasta el canto primero se recorta con una radial la mayor parte del material sobrante. Después se hace un lijado basto para acercarse al canto. Finalmente un lijado fino deja el canto seguro para manejar con las manos y con la forma definitiva.

Cuando el esquí se saca, se aplica un control de calidad, en el que se miden distintos parámetros de torsión y flexión para comprobar que el esquí cumple con el objetivo de diseño que buscamos desde el principio. Esta parte es de vital importancia y si el esquí necesita algún reajuste, se puede realizar añadiendo o quitando material.

El modelo Kodachi, que hemos construído en esta serie de vídeos lo he podido probar y como véis en la foto, funciona a las mil maravillas. A continuación os dejo con el vídeo con todos los detalles.