El primer paso para fabricar un esquí a medida es hacer un diseño en el que se refleje el nivel del esquiador, su condición física y los objetivos del esquí en sí. Estos factores influyen principalmente en dos conceptos: el diseño conceptual y el diseño específico.
El diseño conceptual está marcado por las cotas o sidecut del esquí y el perfil, que es la combinación de rocker y camber. Esto define el objetivo de ese esquí, todos sabemos que un esquí para nieve polvo tiene diferente forma que un esquí de slalom.
El diseño específico viene definido por la rigidez a flexión y torsión y su distribución a lo largo del esquí. Esto marca el comportamiento del esquí, todos conocemos esquís en versión normal y versión Ti que añaden titanal a la construcción y tienen un caracter totalmente diferente.
Todos los esquís se fabrican para un punto de diseño. Si dejamos a un esquí hacer su giro natural, ese giro en el que apenas hacemos esfuerzo, estamos llevando el esquí a un radio dinámico que es para el que está construído. Ese es el punto de diseño.
Parámetros que afectan al punto de diseño.
Una vez que se define el punto de diseño, se define la geometría del esquí deformado. A través de herramientas de diseño se traslada a una forma plana, en la que será construído.
Hay conceptos como la forma de la punta de los esquís de freeride que ha evolucionado mucho en los últimos años y buscan mejorar el comportamiento en nieve polvo. En muchos casos se importan conceptos como el de casco plano de los barcos o se prueba distintas geometrías para buscar el mejor esquí para fuerapista.
Distintos tipos de puntas de esquís comerciales
Aquí os dejo el vídeo que explica más en detalle todos estos conceptos.