Hace ya algunos años leí un libro sobre esquí en el que encontré una reflexión sobre el porqué de la competición que me llamó mucho la atención. La idea principal era que la competición es inherente en el ser humano. Uno de los ejemplos que ponían para defender tal afirmación er que si, por ejemplo, nos fijamos en el recreo de un colegio, veremos que generalmente los niños se organizan para competir los unos contra los otros. Pocas veces se buscan juegos colaborativos en los que no haya un ganador y perdedor.
Evidentemente hay personas más y menos competitivas pero, como idea generalista, estoy bastante de acuerdo en que somos competitivos por naturaleza. Entonces, si me permitís el generalizar y partimos de esa idea, ¿por qué no explorar y potenciar todo lo positivo que nos puede aportar la competición?
En general, la competición bien entendida nos puede aportar mucho a nivel personal, nos ayuda a generar rutinas de entrenamiento sanas, nos enseña a sacrificarnos para conseguir un fin, nos ayuda a conocernos mejor y a superarnos y rendir en situaciones de presión, nos enseña a perder y, sobretodo, nos enseña a ganar.
Si nos centramos en el esquí, un buen entrenamiento de competición nos dará un ‘plus’ sobre nuestro nivel inicial de esquí, nos dotará de infinidad de nuevos recursos y nos hará crecer como esquiadores. Debemos pensar que no es lo mismo esquiar en pista libre por nuestra cuenta y riesgo que esquiar con un entrenador pendiente de cada bajada que hacemos y de cada punto de mejora en nuestro esquí. Con los años un corredor aprende a esquiar con diferentes tipos de esquí y en diferentes tipos de pendiente, nieve y trazado. Aprende a gestionar la velocidad y a sacar el máximo rendimiento de cada curva tanto dentro como fuera de los trazados.
Pero, si hay algo que remarcaría sobre lo que la competición de esquí nos puede enseñar, es que el esquí es un deporte de equipo en que se compite individualmente.
Pero entonces, volviendo un poco al título del artículo, si la competición nos puede aportar tanto, ¿por qué hay tanta gente reticente a apuntarse a un club de competición?
Yo creo que todo proviene de lo que creo que es la competición mal entendida (o mal aplicada). El problema son los egos de aquellos que se sienten superiores por llevar una traje de un club o equipo, el problema son los entrenadores que no entienden que un entrenador de club no deja de ser un entrenador de ‘deporte de base’ y que no ajustan correctamente el nivel de presión y de exigencia sobre los corredores, el problema son los padres que intentan realizarse a través de los logros de sus hijos, el problema es que, a veces, nos fijamos más en el reducido % de profesionales que trabajan ‘mal’ que en la inmensa mayoría que trabaja ‘bien’…
Supongo que cada persona tendrá una percepción diferente de esta temática que, en gran parte, se deberá a su experiencia personal pero si me permitís daros la mía creo que el entrenamiento de competición bien entendido y planteado es muy enriquecedor para los niños (y los no tan niños) y es una experiencia que, como mínimo, vale la pena probar.
Imagen de uno de los camps que he realizado en los últimos años, concretamente el camp de Soelden con Carolo y JoSchi
Winter is coming!
www.nevasport.com/winteriscoming/
www.facebook.com/blogwinteriscoming/
https://twitter.com/blgwintercoming
Sam Suarez,
Técnico deportivo superior