Hay veces que lo esperas todo y no obtienes casi nada. Y veces que no esperas casi nada y te llevas una sorpresa.
Queridos amigos, de vez en cuando, aunque son muy pocas veces al año, tienes buen polvo. Ya sé que puede parecer que hablamos de otra cosa, pero ¿qué preferirías? Es un artículo que escribiré algún día, cuando sea mayor para hablar de estas cosas en público ;-)
Hoy os voy a contar cómo lo pasamos un grupito de amigos el pasado sábado en Grandvalira. Ya os avanzo una cosa, tenéis que ver el video para saberlo. No es largo, y casi seguro que se os hará corto.
¿Sabes esas mañanas en las que sabes que pasará algo? Pues era una de esas. Totalmente por sorpresa, porque hasta que no subí a la base de El Tarter no fui consciente de lo que podía pasar.
Como vi que había nevado algo cogí los SKY7, más que nada por las ganas que tengo de darles caña, que hasta ahora, los nuevos, solo los había cogido para pasearlos un poco por pista y ver cómo iban.
Calentamos un poquito y nos fuimos arriba, donde debía estar lo bueno. Y estaba, ¡Y cómo estaba! Muy sorprendente el estado de las pistas con bastante más de un palmo de nieve fresca.
Pero fresca es fresca, esa nieve bonita y blanca que se levanta con un leve soplido. Esa nieve con la que llevas meses soñando. esa nieve que te puede dar lo que te mereces, lo que está dentro de ti y lo que no puedes contar a nadie porque no tienes palabras para hacerlo. Esa, exactamente esa, era la nieve que nos estaba esperando.
Y empezamos a esquiar.
Aquí os hago un resumen de 4 minutos de esos momentos, en mi modesta opinión, sobran las palabras:
Reflexión:
Después de haber esquiado con unos esquiadores excelentes, que lo son, y que dominan la estación en la que esquían A DIARIO, o sea, que saben lo que hay, tengo que echarles la bronca un poquito y lo quiero hacer en público, aunque ya lo he hecho en otras ocasiones en privado. Y lo quiero hacer en público porque quiero que sirva para los demás. Así que espero que no se enfaden conmigo y piensen que nos sirven a los demás de ejemplo: hay que llevar equipo de seguridad. Lo sabemos todos, también nos lo recordaba Aymar Navarro esa misma tarde en la entrevista que le hice (aquí os dejo el enlace).
Y os digo una cosa, MOLA UN MONTÓN hacer algún curso de “Freeride” en el que aprender (escuchad a Aymar si no me queréis hacer caso a mí).
Domingo.
Pues con el domingo pasó como el sábado, pero más. Pero más y mejor.
Quizás no fue la sorpresa inicial del primer día de la temporada de polvo, pero fue mejor: ya acostumbrado al material, a las botas, al patín ancho, a la nieve suelta… Madre mía, digo nieve suelta y me sube un cosquilleo de los pies a la cabeza.
Pues fue un día en el que combinamos pista y fuera pista a partes iguales… Pero nos fuimos a unas palas que estaban para nosotros, blancas y limpias, con solo una huella, … Solo deciros que estuvimos todo el día hasta que dejamos la montaña trillada del todo.
Ahí no hubo cámaras ni gritos, hubo solo esquí y complicidad con mi amigo Joan, y sonrisas y consejos a media voz de los que te entran muy profundo. Ahí estuvo la esencia del esquí compartida de una manera muy sencilla, muy tranquila, muy buena.
Espero que disfrutéis estos días del esquí, yo os espero aquí mañana, en una cita muy especial para mí.