Desde 2015 cuando me aficioné de manera loca al mundo del Snowboard, soñaba con el momento en el que iba a dar el salto de nivel a Pirineos. Aparcamos momentáneamente a un lado a mis vecinas estaciones de Javalambre y Valdelinares, para embarcarnos en un viaje Cuenca-Andorra de más de 700km hasta una gran estación de los Pirineos. Siempre me he imaginado como serían sus pistas, sus desniveles y sus grandes cumbres nevadas. Muchos videos de Youtube y los grandes consejos y opiniones de mis compañeros del grupo de Whatsapp “Foro Javalambreros” eran mi fuente de ilusiones. No tenía una gran predilección por una estación en específico, sino que seguí las opiniones generalizadas de esta web. Elegir Grandvalira como destino final no es que sea la mayor arriesgada de mi vida. Sinceramente es apostar a caballo ganador. El hecho que implica ir a Grandvalira es conocer otro país como es Andorra, en lo que ayudó en la decisión.
Mi reportaje no pretende ser un repaso a las características de la estación, (sobre este aspecto hay múltiples artículos y muchos más completos de los que podría realizar yo) sino mi experiencia personal en ella.
El día 23 de Marzo, Eva (mi pareja) y yo comenzamos la andadura. Un viaje largo pero con la ilusión de un niño pequeño. Personalmente era mi primera vez en Andorra, para ella la tercera, pero había pasado mucho tiempo desde entonces.
El gran dominio esquiable de Grandvalira, su desnivel y variedad de pistas hace de esta estación una de las joyas de la Península. Sus 210km esquiables te ofrece un abanico de posibilidades dantesco sin olvidar el rápido y cómodo acceso a sus pistas.
Unas semanas antes del viaje pensé en destinar uno de los 5 días de esquí, a visitar la estación de esquí de Vallnord Ordino Arcalís. Desconocía personalmente la estación, pero la opinión unánime que tiene en el mundo de la nieve es de ser una autentica joya. Tal fue el amor que pude coger al conocerla que quisiera destinar un reportaje exclusivo a esta estación. Por tanto, esta experiencia se dividirá en dos partes.
Andorra la Vella fue nuestro lugar elegido para hospedarlos. Un tanto alejados de las pistas, pero con una gran variedad de ocio y disfrute. Ubicados en Hotel City M28 en la misma Avenida de Meritxell, pudimos disfrutar de la ciudad en todo su esplendor ya que nos encontramos en todo el centro neurálgico de la ciudad.
Valoramos las diferentes opciones para llegar a la estación de esquí. El TC Funicamp ubicada en la localidad de Encamp era la más rápida y cómoda. En menos de 15min estábamos en el parking del edificio. Decir que este parking es de pago. Su precio es de 5€. Creo que es la mejor opción si te hospedas en Andorra la Vella, evitando así una carretera sinuosa hasta los siguientes pueblos (Canillo, Tarter, etc).
En un recorrido aprox de 15min el TC Funicamp te sube desde el Sector de Encamp a 1300m hasta los 2500m entre los sectores de Soldeu y Grau Roig. Lo primero que sorprende cuando te bajas, es el paisaje montañoso en el que te encuentras. Rodeado de cumbres que superan los 2700m sorprende visualmente a cualquier esquiador.
Otro detalle más que sorprendente fue la cantidad de nieve que había en pistas y entorno montañoso. No olvidemos que llevaba sin nevar de manera decente prácticamente un mes. Eso hace que apreciemos lo vital e imprescindible que resulta la existencia de los cañones de innivación y del buen trabajo de los maquinistas en cuanto al estado de las pistas.
Fueron los días 25, 26, y 28 de marzo los que pudimos disfrutar de la estación. Los kilómetros esquiables en esos días rozaban los 200km así que prácticamente todo el dominio estaba abierto. De igual manera, todos los remontes estaban en funcionamiento. Todo esto acompañado de un cielo completamente despejado y unas temperaturas muy agradables para la práctica del esquí ayudaron a que las vacaciones se convirtieran en todo un lujo.
En cuanto al estado de las pistas, la gran mayoría de ellas y en todos los sectores de la estación, se encontraban en un estado muy aceptable. Los espesores se encontraban entre los 110-50cm. A primeras horas de la mañana la nieve se encontraba dura, con más incidencia en cotas altas. Según pasaban las horas la nieve mejoraba ostensiblemente. La producción de nieve, en determinadas zonas, durante la noche ayudaba al estado de las pistas.
Respecto al señalizado general de las pistas encontré algunas dificultades para determinar por donde discurría una determinada pista una vez que se cruzaba con otra o se bifurcaba en dos. Este hecho nos hacía parar la marcha constantemente (principalmente el primer día) y mirar el mapa. Era usual que el señalizado de las pistas (color y nombre) se encontraba posterior al cruce de pistas lo que una vez tomada la pista no había opción de volver. En mi opinión, unos postes de madera con flechas indicando la dirección, nombre y dificultad en puntos clave ayudaría al esquiador principiante o que lo visita por primera vez hacer sus descensos más fluidos.
Por el contrario, encontré una información muy visible y de fácil entendimiento en lo que respecta a los sectores a los que va a dar cada pista y los diferentes remontes que puedes encontrar. Personalmente me llamó la atención esa diferencia. En cuanto a los sectores de la estación la única zona que observé que se tenía que tener especial atención fue entre los sectores de Grau Roig y Soldeu donde por la orientación de la pista podían conducir a error y acabar en el sector no deseado.
Los remontes que podemos encontrar son realmente buenos. Los telesillas son muy modernos y en su gran mayoría son desembragables de 4 a 6 plazas. Los telecabinas son amplios y rápidos, especialmente el Funicamp ya que debe recorrer una larga distancia hasta la cota alta de la estación. Su distribución por la estación es muy adecuada y puedes moverte fácilmente entre sectores sin ningún problema. También hay gran cantidad de telesquís que te dan acceso a diferentes zonas más específicas como un Snowpark o zonas de aprendizaje.
Las zonas de restauración, entretenimiento y ocio eran muy amplias y completas. Tanto la zona de Riba Escorxada en el sector del Tarter como la de Espiolets en el sector de Soldeu ofrecían un gran abanico de posibilidades, desde descansar en la zona de Chill Out con música ambiente en el primero, como una zona de ocio para los más pequeños en el segundo. Ambos se encontraban con restauración y centros de actividades lúdicas para los más pequeños. En nuestro caso, preferimos la zona de Riba Escorxada ya que el ambiente era más favorable para relajarte y comer algo de manera más cómoda.
La variedad de pistas y su dificultad en los diferentes sectores ayudan a disfrutar de su totalidad sin tener la necesidad de estar cambiando la zona en relación al nivel de cada uno. Pienso que solo Pas de la Casa tiene un dominio de mayor dificultad, aunque lo veo muy adecuado porque de ese modo “delimitas” un nivel de esquí alto en una zona adecuada.
A lo largo de estos 3 días nos movimos entre los sectores de Grau Roig y Canillo donde descubrimos una variedad de pistas infinita. Destacar los sectores de Soldeu y el Tarter como los más completos en este sentido. Su posibilidad de combinar diferentes pistas se convertía en un largo y duradero descenso desde Cortals (sector Soldeu 2500m) y Tosa de la Llosada (sector Tarter 2560m) hasta las bases de sus respectivos sectores (1800m y 1710m).
En cuanto a las pistas destaco la combinación de Obaga-Bosc Fosc-Ós-Gall de Bosc en el sector de Soldeu como una de las mejores para poder disfrutar de un descenso largo y muy entretenido. Combina una parte alta con vistas al valle con una zona arbolada una vez que te adentras en Bosc Fosc hasta la base de ella.
En este mismo sector de manera más individual enfatizo en Fura (azul) y Serra de les Solanelles (roja) como una de mis preferidas. Sobre el sector de Tarter destaco la pista Esquirol (azul) y las rojas Tamarro y Esparver. Tambien destacaría la pista Rossinyol en el sector Canillo que por su visual y su trazado la hace muy atractiva para el esquiador. No podría acabar de nombrar diferentes pistas sin recordar la roja Camí de Pessons en el sector de Grau Roig. Posiblemente en la que más disfruté.
Tras una breve opinión sobre mi experiencia en Grandvalira, toca mostrar unas imágenes de estos días tan increibles.
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Artículo escrito por David Algarra (Skyline de la Serranía)
Fotos: David Algarra (Usuario: Berlok). Realizadas con una GoPro 5 Black
