No todos los días son perfectos en montaña. Ya sean días de viento o de nieve, muchas veces las condiciones no son las idóneas para la practica del freeride. Los remontes están cerrados y solo queda abierto algún arrastre protegido de la tormenta. Eso es exactamente lo que nos ocurrió con Dani Fornell esta temporada, cuando después de una gran nevada el viento se puso a soplar con fuerza en la estación de Arcalís, en Andorra.
Foto arriba: Dani Disfrutando del polvo en el bosque
Arcalís se ha convertido en uno de los centros de freeride más importantes del Pirineo. La zona de Cataperdís, Cabeyrou y Tristaina han creado una verdadera atracción en los amantes del fuera de pista. Sin embargo, el acceso a estas zonas no es siempre posible. En particular, los días de fuerte viento, la estación cierra los remontes que dan acceso a estas míticas crestas de la estación.
En nuestro caso, a mediados de febrero, habíamos quedado con Dani Fornell para una sesión de freeride. Pero al llegar a la estación el viento nos tumbaba, debido a su fuerza. Primero pasamos un rato en el bar, tomando un café y esperando que el vendaval amaine. ¡Pero no fue el caso! Así que nos preguntámos que íbamos a hacer durante el día. Cuando vimos que el único remonte abierto era el del Hortell.
Este arrastre ofrece un acceso a dos zonas de fuera de pista protegidas del viento por el bosque. La primera es la zona del túnel, muy conocida por todos los freeriders de la estación. Pero la segunda es una zona que ha prácticamente caído en el olvido de los esquiadores más “core” de Arcalís. El Woodpark fue construido hace unos años por la estación y ahora está prácticamente en ruinas, ya que dejaron de mantenerlo hace tiempo. La zona es algo plana, pero si se mira con atención aún es posible usar buena parte de los modulos.
Entre dos modulos hay que disfrutar de unos buenos giros en el bosque
Los modulos sin mantenimiento ofrecen una versión muy “roots” del Woodpark. Primero hay que hacer una ronda de reconocimiento e ir descubriendo poco a poco los diferentes modulos que se encuentran por el bosque. Algunos están complemente derruidos, pero otros son muy factibles. Otras veces hay que reajustarlos un poco, para poder usarlos. Pero cuando hay mucha nieve, con muy poco trabajo e imaginación, conseguimos hacer unas lineas muy divertidas que mezclan giros de bosque y modulos de madera.
La verdad es no siempre necesitamos hacer lineas agresivas en la montaña para pasarlo bien. A veces simplemente con un arrastre abierto y un bosque repleto de modulos derruidos es suficiente para que un día de viento o tormenta se convierta en un gran día de esquí.
A veces hay que retocar un poco los modulos antes de darle
Muchas veces no hay otra opción que de salir recto
Entrando con velocidad en la zona de modulos