Caminar no es más que desplazar el centro de gravedad hacia adelante (o hacia atrás) a la vez que vamos dando pasos. Si no desplazo adecuadamente mi centro de masas, realizaré apoyos sucesivos con los pies pero no irán acompañados de avance, por lo que no serán verdaderos pasos. Así es como “andan” los mimos... o los debutantes de esquí que al sentirse inseguros, impiden inconscientemente el desplazamiento del tronco hacia delante y aunque echan los pies no avanzan nada!Esto de acompañar con el cuerpo lo que hacen las piernas parece una obviedad, sin embargo es el quid de la cuestión...
Vamos a ver... Observemos qué ocurre cuando estoy descendiendo por un camino empinado como por ejemplo ”La Senda de los Cazadores”, en el Valle de Ordesa: Para avanzar adecuadamente en un terreno así es necesario que el tronco y las caderas sean capaces de adelantarse y descender adecuadamente; cosa harto difícil ya que nos ocurre igual que en el esquí y nos vamos quedando retrasados, huyendo de la pendiente, sin darnos cuenta.
Falta ”ANTICIPACION” y por ello el centro de masas se va quedando atrás (y por tanto alto) y no se produce un equilibrio estable (aquel en el que la proyección vertical del centro de gravedad recae sobre la superficie de sustentación...). Esto con frecuencia acaba en una caída “de culo” hacia atrás. El típico resbalón que se evitaría haciendo un esfuerzo consciente de esquiar, perdón quería decir de andar...con una posición correcta.La posición correcta será con mi tronco y pelvis siempre hacia adelante y hacia abajo, que es precisamente hacia donde quiero ir...Así mantenemos un equilibrio dinámico pero a la vez estable. Esta postura se debe mantener, siempre en función de la inclinación que nos vayamos encontrando.
Vamos a llamar CENTRALIDAD a la capacidad de realizar continuamente pequeños reajustes de mi equilibrio para no perder nunca esta posición ideal, es decir que es algo que debe ser fluido y cambiante como la inclinación del propio terreno..
Ahora nos interesaría diseñar un sistema que dirigiese esta centralidad de una forma sencilla y natural; ya que controlar el centro de gravedad no es tan evidente; hablamos de una zona cercana al ombligo, de la que no es fácil tener consciencia, propiocepción, en definitiva (Y que os conste que controlar la pelvis, algo que hacen muy bien los bailarines, en general es una habilidad más extendida entre las mujeres que entre los hombres y se llama consciencia pélvica). Pero la naturaleza, como siempre, ha diseñado la solución y se llama... manos.
En todos los deportes, recordad que siempre EL CUERPO SIGUE A LAS MANOS. Pensad: cómo os tiráis a la piscina? Con las manos por delante... verdad? y en esquí? y en una cama elástica? etc...
Asi pues si yo consigo mantener las manos y los brazos adelantados y ligeramente bajos; seré capaz de mantener una posición agrupada hacia adelante: con flexión de tobillos, rodillas y caderas... es decir lo que Carolo, el colaborador de Nevasport.com, llamó en uno de sus artículos POSICION GORILA. Todo esto es relativo, tampoco hace falta que vayáis con las manos como los sonámbulos o como Herman Maier en un Supergigante...Realmente estamos extrapolando conceptos de esquí para la marcha en descenso en montaña y nos estamos quedando tan anchos... Y es que la física es la misma siempre.
Y qué ocurre entonces en las subidas? Pues será lo contrario, no? Pues analicémoslo un momento. En efecto en las subidas todos tenemos tendencia a querer avanzar con el cuerpo más de lo que lo hacemos con las piernas. Esto es así porque instintivamente el cuerpo, que es conservador, huye de la pendiente para no caer hacia atrás, que sería el peor accidente posible. También porque nos creemos que vamos a avanzar más y lo que hacemos es gastar energía y desequilibrarnos. Siempre parece mas fácil inclinarse hacia delante que estar a lo que estamos y dar el paso y subir todo el peso del cuerpo hacia arriba, verdad? Pero... a que cuando un ciclista sube bien de verdad y tiene poder en las piernas va sentado...? También puede ser que estemos dando los pasos demasiado largos y por eso tengamos que inclinarnos en exceso hacia delante; o incluso que no podamos con la mochila...
En definitiva, que al subir hay que evitar avanzar el centro de gravedad más de lo preciso y en una postura algo mas erguida, con el peso más a plomo sobre los pies, dar el paso más o menos corto en función de la pendiente y de nuestras piernas...
Recordad siempre que al subir vamos despacio y que por tanto no es necesario trabajar con mucho énfasis la anticipación. Es tan malo ir adelantado como ir retrasado.
Como veis en definitiva los errores habituales en la marcha en montaña son instintivos y los mismos que en esquí: Tiramos hacia el monte y huimos del valle.
Dicen que la cabra “tira al monte”; no seáis cabras y andar como dios manda...
Seguimos la semana que viene hablando de cosas de esquí, de montaña, de biomecánica... y de lo que vaya surgiendo!
Un abrazo amigos. Ah, y muchas gracias por seguir ahí…
Carlos Marcos
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