Cañoneando en Grandvalira

Estamos a punto de cerrar el 2015, hemos pasado ya unas Navidades y un puente de la Purísima en que los cañones han sido pieza clave en el funcionamiento de las estaciones, entre ellas una de las que mejor ha superado este trago ha sido Grandvalira con sus más de mil cañones de producción de nieve.

Así ha evolucionado la temporada en cuanto a kilómetros y pistas abiertas en Grandvalira - Vía Infonieve.es

Para llegar a este punto la estación empezó su andadura con la producción de nieve allá por los años 80, de la mano de un visionario y mito del sector como fue Quico Viladomat en Pas de la Casa - Grau Roig. Allí se instaló una de las primeras redes de cañones automáticos, Viladomat vio un cañón funcionando en Andorra de la mano de la familia Farré en el parador de Canaro allá por el año 1976, a partir de aquí Francesc Viladomat no paró hasta tener su propia instalación de producción de nieve.

Antiguas cabezas de los cañones

Si bien el primer cañón en Andorra fue instalado en el Parador de Canaro fue en Pas de la Casa - Grau Roig donde se instaló la primera red de cañones en Andorra. Esta instalación fue, una vez más, pionera en los Pirineos, siendo muchos de sus vecinos los primeros que se interesaron por una instalación de estas características.

Antes de entrar en materia vaya por delante que mi objetivo no es enseñar como funciona físicamente un cañón, la idea es ir un poco más allá y ver como se gestiona una instalación de estas características y el trabajo que implica.

Llegamos a primera hora de la mañana a Grau Roig, allí se encuentra el centro de control de producción de nieve de SAETDE, sociedad explotadora de Pas de la Casa - Grau Roig. Jesús nos recibe, es un personaje importantísimo en la producción de nieve de la estación, este granadino lleva ya varios decenios afincado en Andorra y trabajando para SAETDE, ha pasado por muchos puestos en la sociedad hasta convertirse en el responsable de uno de los puntos más importantes de la estación.

Puesto de control de cañones en Grau Roig

La nieve de cultivo o producida es uno de los puntales del funcionamiento de toda estación hoy en día, es un punto en común a todos los que trabajan en el sector, lo de nieve artificial es un concepto que no les gusta, suena mal y es por ello que siempre los oirás habla de nieve producida o de cultivo y jamás de nieve artificial.

Jesús controla desde estas pantallas todo el sistema

Jesús nos enseña el centro de control, a día de hoy es “relativamente” sencillo pues todo está controlado desde un ordenador central. Jesús es un pozo de sabiduría, una persona de esas que siempre tiene una historia que contar pues ha vivido por y para la nieve desde muy joven. Comentando el tema del centro de control nos indica que antaño no era todo tan sencillo, nos habla de cómo en sus inicios los cañones debían controlarse manual e individualmente mediante dos reguladores de caudal, uno para el aire comprimido y otro para el agua, que regulaban la mezcla para controlar la cantidad y la calidad de la nieve cultivada, eran otros tiempos.

Las instalaciones también han sufrido un importante cambio, entre ellos el mejor aprovechamiento de los recursos tanto hídricos como energéticos, lo que supone dos ahorros muy importantes, evidentemente, uno de ellos el económico pero no menos importante es el medioambiental. Conseguir innivar lo mismo que antes consumiendo mucha menos electricidad es un beneficio para todos, saber a ciencia cierta cuando se puede innivar también supone un importante ahorro en estos dos ámbitos. Los cientos de sondas que pueblan el dominio facilitan esos datos y a día de hoy es incluso posible elegir que calidad de nieve se quiere producir. En este sentido nos indica como aquí cada empresa y cada momento tiene su calidad, por ejemplo a principio de temporada interesa producir una nieve más pesada y húmeda puesto que con las temperaturas bajas de las noches se conseguirá una base sobre la que trabajar la nieve que caiga del cielo o de los cañones, así pues se trabaja con una nieve de menor calidad puesto que lo que interesa principalmente es la cantidad.

A media mañana se reúnen en las instalaciones los responsables explotación del sector, allí sobre un mapa de la estación se deciden los puntos donde es prioritario producir nieve para mantener el estado de las pistas dentro de los estándares de calidad que exigen los usuarios de un gran dominio como Grandvalira, así como mantener la seguridad de explotación de las pistas.

Aquí se decide que pistas es prioritario innivar

Estas reuniones son cruciales puesto que allí, en esa pequeña sala, se aúna todo el conocimiento adquirido a pie de monte para decidir qué y cómo hacer en lo que respecta a la nieve producida, obviamente todo esto con el permiso de los elementos incontrolables: La temperatura y la humedad principalmente, pero también otros elementos como la dirección y velocidad del viento tienen su importancia.

Edificio de compresores y bombas en Grau Roig

Las instalaciones han sufrido un importantísimo cambio en los últimos 30 años, hemos pasado de cañones que necesitaban gran cantidad de electricidad y agua para funcionar a equipos cada vez más eficientes, si bien estas instalaciones son extremadamente caras y por tanto sus substitución es paulatina como se puede comprobar en Grau Roig donde conviven instalaciones con la tecnología más puntera así como alguna instalación más antigua pero totalmente funcional y adaptada a los nuevos tiempos que corren.

Antiguos compresores

En el edificio de compresores que encontramos al lado del telesquí Coma III visitamos lo que antaño fue una moderna instalación pero que hoy ha quedado parcialmente en desuso, la antigua instalación de refrigeración del agua ya no se usa pero el edificio si que está aprovechado. Esta instalación contenía una torre de refrigeración, es el típico edificio que podéis observar con un gran ventilador en su fachada bajo una torre que se levanta por encima del edificio, tal como podéis ver en la foto, el agua circulaba por el interior de esa torre y con un sistema de recirculación y ventilación se rebajaba su temperatura hasta el punto óptimo antes de enviarla por los kilómetros y kilómetros de tuberías que recorren la estación. Actualmente esta operación se realiza de una forma mucho más eficiente lo que permite tanto ahorrar espacio como consumo eléctrico, y es que cada KWh cuenta.

Antigua torre de refrigeración en Grau Roig, hoy en día el ventilador ya es parte de la historia

Y tan importante es que el agua tenga una temperatura baja como lo es con el aire comprimido. Este último solo puede refrigerarse de forma forzada puesto que la presión a la que se genera hace que su temperatura sea demasiado elevada como para poder trabajar en la producción, es por esto que la eficiencia de los nuevos sistemas precisamente redunda en el uso de la menor cantidad posible de aire puesto que así no solo se ahorra electricidad en producirlo sino también en refrigerarlo. Como comentábamos el agua también es interesante que tenga una temperatura no demasiado elevada. Así pues aparte de por motivos de moderación de costos en el bombeo también es interesante almacenarla en altura pues así se reduce el costo energético de tener que refrigerarla, si bien esto tiene un problema y es que el agua estancada se congela rápidamente, es por ello que normalmente en todas las balsas que se usan para la producción de nieve el agua está en constante movimiento para mantener una temperatura lo más homogénea posible en la balsa y evitar también la congelación de esta. No es que siempre estén llenando la balsa, sencillamente se mueve el agua por este motivo anteriormente expuesto.

Balsa junto al telesquí Coma III en Grau Roig

Desde Grau Roig nos trasladamos a el Tarter, allí Óscar nos enseña las instalaciones de producción de nieve de ENSISA, sociedad que explota el sector de Soldeu - el Tarter - Canillo. Al contrario que lo que sucede en SAETDE donde se trabaja in situ principalmente durante la jornada de operaciones de la estación, fuera de estas se trabaja en remoto, en ENSISA se opera con dos equipos que trabajan uno durante el día y otro durante la noche en lo que ellos conocen como “la torre”.

Modernas bombas de agua gestionadas por variadores de frecuencia en el Tarter

Óscar es el máximo responsable del trabajo de producción de nieve, durante el día su base de operaciones se encuentra en el Tarter y durante la noche en un edificio de servicios situado a pocos metros del Pla dels Espiolets. Son días tensos, llevan varios días sin poder producir nieve, esto preocupa puesto tampoco cae del cielo y la suma de factores hace que cada día se vayan deteriorando las pistas por el paso de miles de usuarios, sin embargo este día una sonrisa corría por todo el equipo de cañoneros de la estación puesto que las previsiones hacían albergar un hilo de esperanza: La temperatura y la humedad han de bajar esta noche era la frase más repetida.

Óscar en su mesa de trabajo, no penséis que siempre está por aquí, su lugar está en las pistas, a nuestra cita llegó esquiando

Como podéis ver en la foto, del 29 de diciembre, la Copa del Mundo de Esquí Alpino era ya una de sus prioridades, de hecho se hizo un trabajo especial en esa pista, tanto en lo que innivación se refiere como a otros trabajos para asegurar la calidad de imagen de la estación, en este vídeo podéis ver al equipo desmontando uno de los cañones que estaban en la zona de llegada para asegurar que no molestaba lo más mínimo durante la competición.

En la torre, así se conoce este punto de trabajo en altura, se empieza a trabajar a eso de las 7 de la tarde y se acaba ya bien entrada la madrugada o más tarde si es necesario, el equipo que trabaja de noche está formado por Jordi, Xarly, Lluís y Txumba. Su principal cometido es asegurar que la instalación esté siempre en perfecto estado de revista en pos de asegurar la máxima calidad de nieve, así como asegurar que en situaciones de escasez de precipitación se aproveche para producir nieve cada minuto de buenas condiciones, de hecho la noche que estuve con ellos se llegó a fabricar nieve durante unos escasos 45 minutos, la temperatura acompañó toda la noche, la humedad variaba a lo loco arriba y abajo mientras no se perdía ojo de la pantalla donde las decenas de sondas repartidas por la estación volcaban los datos que captaban.

Reparando la cabeza de un cañón

Hasta que las condiciones no son las óptimas para la producción de nieve toca realizar tareas de mantenimiento, esa noche tocaba repasar la cabeza de un cañon situado al final de la pista Bosc Fosc tocando con la pista Eslàlom. Reemplazar una de estas cabezas no es una tarea difícil, si bien si que es muy entretenida. Primero toca desplazarse hasta el lugar donde hay que trabajar, para ello el equipo comunica a los maquinistas hacia donde quiere desplazarse y por qué camino, los maquinistas confirman la posibilidad de realizar dicho trayecto con seguridad, así mismo las máquinas cercanas están atentas para evitar posibles accidentes.

Llegan ya los primeros "verdes", finalmente parece que se podrá innivar, toca ponerse en marcha

Una vez situados en posición toca desmontar el cañón, primero hay que introducirse en el registro del mismo para desconectar todo lo necesario y evitar que se pueda dañar el delicado material electrónico que gestiona el cañón, hecho esto toca bajar la pértiga que comunica toda la maquinaria interior del cañón con la cabeza y finalmente desmontarlo y sustituirlo por uno de los de recambio que tienen ya preparados para acelerar el proceso, tras la pertinente prueba de funcionamiento y una vez comprobado que todo está en orden toca volver a colocar el cañón en su posición, conectarlo todo de nuevo, tapar el registro y volver a proteger el cañón con su colchoneta. Aquella era una noche plácida, de luna llena y no muy baja temperatura... ideal, pero no siempre es así.

Desde la torre nos desplazamos hasta el Forn de Canillo para comprobar la calidad de la nieve producida durante el trayecto

Mientras volvemos a la torre por radio llegan los primeros síntomas serios de alegría, en la radio oímos como comienzan a llegar más "verdes" a la pantalla, en este momento se debe decidir si se inniva o no, ponerse a innivar conlleva un proceso de preparación, no basta con darle a un botón, bueno si, pero es algo más complejo que encender un ordenador o una televisión. Primero se debe situar el agua allí donde se vaya a bombear, este paso es básico puesto que si no se podría poner el sistema en marcha y tenerlo que parar por falta de agua para servir a los cañones. Esto es un paso previo pero muy importante, no se puede hacer así por qué si puesto que implica un coste y se deben limitar los gastos energéticos, sobre todo si van a ser inútiles. En tanto se realiza esta operación se debe insuflar presión de aire a las tuberías, de poco nos servirá llenarlas de agua si posteriormente no hay con que empujarla por las cabezas de los cañones.

Una vez el conjunto está presurizado y el agua en el lugar idóneo se procede a activar los cañones en función de las necesidades, en este caso la necesidad era en todos los sectores por lo que tocaba activar todos los cañones posibles y a una calidad de nieve alta para cubrir las pistas con nieve de la mejor calidad posible, la cantidad era escasa entonces pero suficiente como para primar la calidad sobre la cantidad como se suele hacer a principios de temporada donde lo que interesa es generar esa base que vaya permitiendo asentarse a la nieve natural o producir nieve de más calidad posteriormente.

Zona de debutantes del Tarter a las 3 de la mañana

Es un trabajo duro, más allá de la soledad, aunque siempre sean un mínimo de tres personas allí arriba, los días de mal tiempo se convierten en un suplicio, un suplicio que solo ciertas personas están dispuestas, y quizás más importante, capacitadas para soportar. Se mueven en motos de nieve por todo Soldeu, El Tarter y Canillo, esto conlleva sus peligros, en días de ventisca y de noche es fácil desorientarse y poder llegar a perderse, meterse en la caja de registro de un cañón o acabar chocando con el cabrestante de una ratrack, si bien los maquinistas y los cañoneros viven en contacto permanente por radio, son posibilidades que aportan a este trabajo una cierta épica. Luego hay momentos más duros física que mentalmente, momentos como el de palear la nieve para dejar accesible la tapa de un registro o en casos extremos la pértiga de un cañón también tienen su complejidad, imaginaros a vosotros mismos a las tres de la mañana sin más compañía que la de un walkie-talkie en medio de una estación desierta con la pala en ristre... mi más profunda admiración merecen estos chicos.

¿Qué añaden al agua para producir nieve? Esta es una de las grandes preguntas que de forma recurrente se hacen cuando se habla de nieve de cultivo, Jesús nos responde con contundencia y mucha claridad:

¿Cuánta agua se gasta para producir nieve? Esta es otra de las grandes preguntas que se suelen hacer, la respuesta que nos da Óscar está basada en algo que todos estudiamos en Ciencias Naturales o lo que los más jóvenes conocen como Conocimiento del Medio:

¿A qué temperatura se puede producir nieve? Esta es otra de las grandes preguntas del mundillo. La respuesta que nos da Jesús viene marcada, a grandes rasgos, en esta sencilla rueda que podéis ver en la foto, si bien hay otros factores que influyen en la producción.

Antaño, a falta de poderlo controlar con ordenadores y sensores esta era una herramienta básica