Lo cierto es que La Molina acredita el primer remonte instalado, en 1943 en Fontcanaleta y que, a efectos de nuestro reto de esquiar todo en una temporada, lo que hemos encontrado ha sido una gran estación que respira tradición y conocimiento del esquí por todos sus poros. Una estación que ha sabido sobrevivir y adaptarse sobre todo por su temprana apuesta por la nieve de cultivo, que data de 1985. “Fuimos la primera estación española y de todo el Pirineo (incluído el francés) en apostar por la nieve artificial”, nos explica Toni Sanmartí, director de La Molina y buen conocedor de los sistemas de producción de nieve de cultivo, ya que procede de ese sector.
Gracias a esos cañones, que cubren el 54% de la estación, podemos esquiar hoy por amplios pasillos blancos pese a estar rodeados por terreno parduzco y verde, fruto de este invierno tan seco y cálido. “A futuro, más que aumentar ese 54%, lo que nos gustaría es poder empezar la temporada ya con ese 54%, es decir, no tener más cañones, sino poderlos usar todos a la vez cuando se abre una ventana climática para la producción”. Sanmartí no pide más armas, sino más potencia de fuego.
Bajamos desde la cita más alta hoy abierta en la estación, Puiglançada (2.406 metros) y llegamos hasta la base por la pista más bonita de las que pudimos hacer, la Volta a la Muntanya Sagrada, que llega por un pequeño cañón. En el ascenso respiramos historia viendo por ejemplo los antiguos trampolines (el corto y el largo, patrocinado por Titanlux…), una parte abandonada de una estación que tiene vocación de todo: el superpipe más grande de los Pirineos, recorridos de esquí de montaña, dos snowparks, pista de hielo, pista de cronometraje y videoanálisis, pista de trineos, nueve escuelas de esquí y snow, bikepark…
“Nosotros no somos una estación de esquí, sino una estación de montaña”, aclara Sanmartí, que explica que La Molina es una estación pública (en Cataluña, La Molina, Vall de Nuria, Vallter 2000, Espot y Port Aine son de la Generalitat a través de FGC, Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya). “Como estación pública queremos acercar la estación a los ciudadanos y generar riqueza y trabajo en la zona”. Y de ahí el reto más importante: “Desestacionalizar la estación, que la montaña pueda disfrutarse todo el año y podamos tener actividades todo el año”.
La falta de nieve nos ha impedido ayer y hoy disfrutar conjuntamente Masella y La Molina, unidas a través del forfait y el dominio Alp 2.500 para reunir 135 kilómetros esquiables a 140 kilómetros de Barcelona… Pero la conexión está cerrada por falta de nieve. Ambas estaciones comparten el mismo sueño a futuro: dos remontes (uno en cada estación) hasta la misma cima de La Tosa (2.535). En el caso de La Molina permitiría ampliar el dominio esquiable y conectar mejor con las pistas del vecino.
Este fin de semana se inauguraba también otra de las grandes novedades del año. La 4Motion, una pista cronometrada gratuita para todos los públicos (sin desniveles imposibles, junto a la zona de debutantes), donde además de saber tu tiempo, puedes descargar el vídeo de tu bajada y ver tu estilo… Muy útil para los amantes del posturno y las redes sociales, pero también muy importante para el aprendizaje. Nosotros nos lo perdimos por la falta de nieve, igual que la visita al impresionante superpipe…
La Molina tiene vocación de competición y ha albergado una centena de competiciones internacionales desde que en 1921 llegara el tren a este pueblo pirenaico partido en tres por la influencia de la estación. “Aquí se puede venir en tren desde Barcelona hasta pie de pistas”.
Aunque a algunas sillas les falta una actualización, la verdad es que La Molina ha sabido pasar del blanco y negro al color, renovarse y seguir despertando ilusión en cada bajada gracias lo que Sanmartí abandera como el mejor activo: “La experiencia. Nuestros maquinistas forman a los maquinistas de Cataluña, gran parte de los catalanes han aprendido a esquiar en Pista Llarga, somos expertos en nieve artificial porque fuimos los primeros…”.
Y hemos visto algo que nos ha encantado… Muchos esquiadores discapacitados. Todo está preparado para ellos, desde el acceso a los telecabinas con entradas de doble anchura y flaps a rampas e instalaciones adaptadas por todas partes… Uno de los esquiadores discapacitados nos comentó: “aquí nos toman en serio de verdad”. Fue fantástico compartir bajadas con él y atender juntos a una chica que se había estampado.
Como siempre, tenemos que dar las gracias a los amigos de Nieveplus, nuestro partner en este Reto Full Activity de esquiar las 33 estaciones peninsulares. Si vas a venir a La Molina, o a cualquier otra estación de esquí de vacaciones, te recomendamos los servicios de los amigos de Nieveplus, los mejores especialistas en ofertas de vacaciones en la nieve.
Nuestro próximo destino: Vall de Nuria.