Mencionar Baqueira produce en las personas que lo escuchan distintas reacciones, todas ellas muy diversas y en muchos casos opiniones encontradas. Tan amada y querida por unos, rozando el fanatismo, hasta el más puro rechazo por representar algo que a veces, creo yo, no se conoce.
Así pues, aunque ya había visitado una vez esta estación, en aquella ocasión la visité de rebote como consecuencia de la escasez de nieve de otra estación cercana como es la de Cerler, también en un puente de la Inmaculada, y visto el estado actual de las estaciones, de nuevo repitiéndose la escasez de nieve, no me ha quedado más remedio que visitarla de nuevo, pero esta vez sin prisas y varios días para formarme mi propia opinión y no basarme tanto en comentarios u opiniones ajenas o por el hecho de haberla visitado en una sola ocasión.
La única vez que visité la estación, viniendo desde Cerler, se me hizo el camino eterno, pues a pesar de la cercanía, el camino es angosto y tortuoso y cuando llegamos al valle nos encontramos un atasco a la altura de los de Munich.
Aún así, aquella vez, a pesar de la gran aglomeración, pudimos encontrar sitio en el parking de Beret, lo que ya me indicaba, y es algo que he podido corroborar en esta ocasión, es que los accesos a la estación no están bien optimizados y por otra parte, también indica la gran capacidad que tiene la estación para albergar a tanto visitante.
En este puente, en el que decidimos alojarnos en el encantador pueblo de Bagergue, pude corroborar que los atascos se siguen produciendo, al menos en días de gran afluencia de público. Gracias a la privilegiada situación de este pueblo y a pesar de las colas, apenas tardábamos 10 ó 15 minutos en llegar a la estación, pues si bien reptábamos como una serpiente multicolor por la sinuosa carretera que nos guiaba a nuestro destino, al llegar a la estación no se producían los clásicos embotellamientos y se distribuía bien la llegada de visitantes.
Decidimos aparcar en el parking de pago situado en la cota 1.500 (parking de Ruda), que por 10 € diarios, nos facilitaba enormemente la logística al tener que coordinarnos con nuestras dos acompañantes que se alojaban en Arties y subían a la estación en autobús para luego allí, ponerse el equipo que les llevábamos nosotros en el coche.
Decidimos que esquiaríamos tres días y el martes, festivo nacional, regresaríamos tranquilamente para evitar los atascos de vuelta y en el peor de los casos, dispondríamos de todo el día para regresar “haciendo amigos”.
El forfait, de tres días, ascendía a la cantidad de 133 €, sin seguro, ya que estamos federados. Cómodamente sacamos los forfaits desde el confort que podía proporcionarnos la habitación de nuestro acogedor hotel, vía internet, lo que nos evitó al menos media hora de cola en taquillas.
^^Vistas desde la habitación del hotel.
Una de las primeros estereotipos con los que se califica a la estación y su entorno es que es un sitio muy caro para lo que ofrece y de hecho, el forfait así lo acredita. Pues bien, nuestro hotel, de tres estrellas, nos costó para cuatro noches unos 300 €, más 24 € de parking, lo que sin ser un chollo, creo que es un precio bastante aceptable. Evidentemente no son los 25 € por cabeza que puedas encontrar en las estaciones austriacas en un alojamiento similar, pero tampoco es un precio excesivo.
Bien es verdad que cuando me dispuse a buscar alojamiento, no se muy bien si es porque lo hice con menos de una semana de antelación, encontré precios que en algunos casos superaba los 100 € por persona, claro, a pie de pistas, bueno lo que en España se cree que es pie de pistas, un concepto que sólo en Francia se cumple, pero si que es verdad que permite olvidarte del coche durante la estancia. Los lujos, como un remojo en SPA, se pagan aparte. Supongo que son éstas las ofertas que generan el estereotipo de estación elitista.
En un principio, Mercedes y yo íbamos a viajar solos en un viaje de relax que incluiría el esquí, por supuesto. Pero una amiga de Mercedes y forera y su amiga, también forera, se quedaron sin coche justo antes del viaje, por lo que les ofrecimos el nuestro y “ya sieso” nos apañaríamos porque nos alojábamos en hoteles distintos situados en pueblos distintos. Al final no estábamos tan lejos los unos de los otros e hicimos el apreskí y las cenas posteriores juntos. Por las mañanas, ellas tomaban un autobús en Arties y las dejaba en Baqueira 1.500 y allí, en el parking antes mencionado, nos veíamos y equipábamos.
^^Componentes del harén
El parking, de dos plantas más otra dedicada a los hoteles, estaba situado en las plantas inferiores de un inmenso recibidor de suelo enmoquetado y entorno aclimatado para no pasar frío dentro de él, en el que se encontraban las entradas a algunos hoteles y varias tiendas. La verdad es que esto me sorprendió gratamente, era muy cómodo andar sobre la moqueta a pesar de las botas de esquí.
Saliendo de este recibidor, se accede a un telecabina en el que bien apretados, caben hasta nueve personas o al menos así lo acreditaban los letreros situados en un rincón de cada cabina. No disponen de asientos, pero sí una protuberancia que te permite apoyarte sobre él para estar relativamente cómodo.
El telecabina tenía gran capacidad de transporte porque a pesar de la inmensa cola, que se formaba lógicamente al ser uno de los accesos principales a la estación, esta cola avanzaba rápidamente y en unos cinco minutos aproximadamente ya estábamos subidos en el mismo.
^^Menos masificación de la esperada.
Una de las cosas que noté de la estación, que muchas personas comentan y que yo creía que eran exageraciones, es la amabilidad del personal. No se veían caras amargadas, todo el mundo te saluda amablemente, y si hay un problema como por ejemplo, con la lectura del forfait, se trataba de solucionar. Una sensación que más tarde nos lo ratificaría en una agradable tarde de cervezas y “pintxos” un amigo y novio de una reconocida forera, trabajador de la estación, que lleva un sólo año trabajando en la misma, pero que ha trabajado ya en otras estaciones.
El ambiente de trabajo es bueno y eso es fundamental a la hora de tratar con los clientes.
Nos comentó, además, que la gestión es eficaz, que en un sólo día son capaces de abrir 80 km. esquiables a partir de la nada, que es lo que ha ocurrido este año en la apertura de noviembre y que sí, que se trabaja a destajo, pero eso no importa cuando tu trabajo es reconocido y se te trata bien. Desde luego, se les veía contentos, porque no sólo la estación, sino que todo el valle funciona bien y como nos dijeron, lo único que hace falta son ganas de trabajar. Así que si estáis pensando en cambiar de vida, sin duda, este valle es una opción a tener en cuenta.
Como no se puede bajar esquiando hasta la cota de 1.500, el telecabina dispone de una parada intermedia un poco más arriba, que permite subir a los esquiadores que han bajado esquiando hasta la parte baja de la estación a través de una pista roja que, a buen seguro, ha conocido mejores momentos, ya que la calidad de la nieve en esta pista dejaba mucho que desear y, además, asomaban piedras que mordían los esquís como tiburones al acecho.
Nuestras dos acompañantes eran grandes conocedoras de la estación, por lo que nos la pudieron mostrar en todo su esplendor. El primer día, nos llevaron a la parte de La Bonaigua, pasando por Argulls.
^^Nuestras acompañantes guiándonos.
Sorprendentemente, y a pesar de lo amenazante de la cola inicial a juzgar por lo que se veía tanto en taquillas como lo que se veía a la entrada del telecabina, las pistas no estaban saturadas y tampoco se formaban colas destacables. Las pistas más orientadas al oeste sufrían los rigores de este otoño tan seco y caluroso que estamos sufriendo, pero nuestras cicerones con sus grandes conocimientos de la estación, nos llevaron a algunas pistas y fuera pistas cuya nieve estaba increíblemente suelta y en muy buen estado. Toda la zona de la Peülla estaba increíble. Tanto es así, que hasta ellas mismas se aventuraron a esquiarlas, cuando su nivel no es precisamente el más adecuado para los fuera pistas.
Por lo que he podido ver, el tamaño que está adquiriendo Baqueira, la hace estar a la altura de las estaciones de tamaño medio de los Alpes, pues este primer día sólo nos dio tiempo a visitar este sector de la estación y muy rápidamente la zona de Orri. La sensación que tuve era parecida a la sensación que tengo cuando visito estas estaciones alpinas, de estar en varios sitios cada vez que cambiábamos de sector, no hay una continuidad como en otras estaciones lo que lo hace más divertido.
^^Vistas desde el mirador
Me gustó esta zona, supongo que la calidad de la nieve tuvo mucho que ver, y también vi, aunque no caté, unos fuera pistas muy interesantes en la zona de la cresta de la Bonaigua hacia Argulls, fuera pistas ratificados por las diversas huellas que habían marcado el terreno algunos afortunados que pudieron disfrutarlas en mejores condiciones hacía tan sólo una semana.
^^Al fondo los fuera pistas mencionados
^^Al fondo los fuera pistas mencionados
Otra de las cosas que noté es que las pistas, algunas, son largas y permiten disfrutar de un buen rato de las bajadas, aunque hay que reconocer que en este caso, las estaciones alpinas, incluso las pequeñas, superan por mucho a Baqueira en este aspecto. Pero si las comparamos con las de los Pirineos, la verdad es que se puede decir que sí las supera en longitud en la mayoría de los casos, y están al nivel de, por ejemplo, las de Piau Engaly.
También noté que las pistas son muy anchas, lo que en muchos casos facilita el esquí sobre todo a aquellas personas que tengan una técnica más limitada.
El primer día acabó con unas cuantas cervezas en un sofisticado local de copas al pie del hotel Montarto situado en lo que antaño era el guardaesquís del propio hotel. Aquí se nos juntaron unos cuantos amigos, entre ellos, el carismático Chapu que nos habló de las bondades de la estación y con el que pasamos una agradable tarde de apreskí entre cervezas y risas.
Al día siguiente, misma operación. Subida en caravana multicolor, equipación en Ruda, subida al telecabina y a comenzar la jornada.
Decidimos, que esta vez iríamos a la zona de Beret, por lo que el siguiente enlace era el telesilla del Mirador. Según llegamos vimos una terrorífica cola que nos hacía temernos lo peor. Afortunadamente, estaba habilitado un carril para cola rápida, lo que nos permitió alcanzar la silla en menos de dos minutos. Todo un invento que no entiendo que no se extienda en otras estaciones patrias, como sí es habitual verlas en estaciones alpinas.
Al llegar a Orri se nos juntó Chema, un conocido de nuestras conocidas, y auténtico embajador de Baqueira, visitante habitual desde hace ya varios años con forfait de temporada.
Un pedazo de esquiador que me enseñó alguno de los mejores rincones de Baqueira, probablemente desconocidos para la gran mayoría, a juzgar por la poca gente que se aventuraba a los fuera pistas por los que me paseó.
^^Panorámica desde Banhiblar
^^Inicio del fuera pista.
^^Chema me indica de donde venimos
^^Pues de ahí es de donde venimos.
^^Y esta es la cara que se te queda después de bajar el intinerario.
Este día andamos por la zona de Beret, y me enseñó unos fuera pista muy divertidos y no muy difíciles de realizar en buenas condiciones de nieve. El día de autos la nieve no se encontraba en su mejor momento, al estar costra, lo que dificultaba la bajada y se notaba, porque estábamos solos en estos parajes y sólo esporádicamente encontrábamos algún intrépido aventurero que también se adentraba en las entrañas de estos intinerarios.
^^Vistas al valle desde la cresta del fuera pistas
^^Vistas a Bagergue
^^Entrando de nuevo al dominio de la estación
El estilo de Chema era impecable, es que ni despeinarse, gran nivel “esquiatriz” de este personaje, que desde aquí le doy mi más profundo agradecimiento por enseñarme estos maravillosos secretos y mi más profunda admiración por mostrarme su calidad como esquiador y como persona.
Incluso ejerció de guía turístico para mostrarle a las damas las impresionantes vistas que se pueden contemplar del valle en el que se encuentran el pueblo de Bagergue, Unha y Arties.
^^Vistas al valle
Aunque nuestras acompañantes tuvieron que sufrir un poco para poder disfrutar de este regalo para los sentidos, pues no les gustan los fuera pistas y, probablemente, tampoco tienen nivel suficiente para bajarlos al menos disfrutando de los mismos.
^^El esfuerzo tiene su recompensa
^^Y se la cobran.
^^Un auténtico tesoro.
Otra de las cosas que me sorprendió es la impresionante pista de esquí de fondo, bien soleada, amplia y larga, con sus binarios (marcas en la nieve) incluidos. Se veía buen ambiente de esquí de fondo.
^^Pista de esquí de fondo.
En esta sección de la estación, las pistas que rodean al telesilla Dera Reina estaban en muy buen estado y poco saturadas, aunque sus colas a la entrada del remonte indicaban lo contrario, lo que permitía desmelenarse y lucirse ante la concurrencia.
Tanto aquí como en Blanhiblar, existían colas rápidas, de a uno, que agilizaba bastante la entrada, por lo que no tuvimos que esperar bastante en estos embotellamientos, que alcanzaban a ciertas horas un tamaño interesante.
El día lo acabamos en lo que ya hacía tiempo que no hacía, es decir, la bajada “relajadita” de última hora, y es que nos metimos en la pista del Tubo Nere, que estaba cerrada porque el inicio parecía impracticable para el esquí debido a las piedras que asomaban, pero superado este primer escollo, el resto estaba perfecto, con su nieve costra, eso sí, pero se podía disfrutar bastante.
^^Pista negra Orri - Tredós
Una de las cosas de las que se queja mucho la gente es la falta de tornos a la entrada de los remontes. Estos tornos, son sustituidos por personal de la estación que con unas pistolas lectoras de códigos de barras, leían los forfaits validándolos para permitirte el paso. Esto se me antojaba algo incómodo si, como yo, no enganchas el forfait a la chaqueta de esquí, teniéndolo que enseñar a cada momento. También hay que decir, que esto sólo ocurría en aquellos remontes a los que se puede acceder a pie desde los diversos aparcamientos, pero no se solicitaban en los remontes situados a mitad de ladera.
En cuanto a calidad de nieve, la sección que rodeaba al remonte Dera Reina estaba en muy buen estado y era muy disfrutable, la zona de Blanhiblar tenía una nieve más húmeda pero sin ser impracticable, no llegaba a ser nieve primavera aunque en las cotas bajas enganchaba algo el esquí, y lo mismo ocurría con la zona de Jesus Serra y Tredós y, por último, comentar que la zona de Dossau estaba con nieve primavera, diría que hasta nieve podrida y con piedras agazapadas esperando a la víctima adecuada.
El lunes repetimos zona y fue prácticamente un calco del día anterior por lo que no os cansaré más de lo que ya lo estoy haciendo repitiendo las mismas cosas.
^^Mercedes esquiando
^^Panorámica desde la pista del mirador
^^Ahí va, que se me escapan.
Este día, eso sí, decidimos no hacer apreskí y nos fuimos directamente al hotel para asearnos y bajar rápidamente a Vielha, lo rápido que se puede bajar en una caravana, y pasar allí la tarde-noche.
He decir que me gustó y mucho el ambiente de Vielha. Nada de “pijerías” y “lujeríos”. Más bien un pueblo pirenaico con mucho ambiente y, eso sí, demasiada gente, lógico pues estamos en un puente.
Ambiente de tapas, bueno más bien de pintxos, cervecero y de “chatos”, de restaurante, de copas y que aquí, de nuevo se nos unió Chema y nuestros amigos trabajador de la estación él y del valle ella, que nos mostraron el mejor ambiente del pueblo y del que acabé encantado, lo que definitivamente ha hecho borrar de mi mente ese estereotipo de ambiente elitista que recae sobre el valle como una losa.
Si que es verdad que de vez en cuando ves a gente pudiente y, en algunos casos, con un aspecto rozando el ridículo, pero el ambiente general que se respira no es ése sino más bien el que puedes encontrar en los pueblos grandes del resto del Pirineo, como puede ser Jaca, Benasque, etc.
Ahora que he conocido bien la estación, puedo decir que me ha gustado mucho y que a buen seguro repetiré, aunque para ello esperaré a algún puente largo, ya que para mi gusto, está más lejos de Madrid de lo que me gustaría.
Disculpar que no ponga los nombres pues no sé si nuestras acompañantes o nuestros amigos desean aparecer en él.
