Ruda-Saboredo-Tredós
Salimos de Barcelona a mediodía, y empezamos a darle sobre las 5:45 desde la Bonaigua, con un cielo cubierto y viento en calma. Remontamos hacia la llegada de Peulla, y a media pista ya salimos para ir flanqueando hasta encontrar una de las palas que bajan hasta fondo valle de Ruda
Nieve podrida de las últimas nevedas (unos buenos 40cms. y que el sol ha transformado). Ojo con este flanqueo si la nieve está dura!
En este tubo, hay una Go-Pro enterrada que se me cayó. Si a alguien le interesa, está por la parte media con unas correas...
Llegados al fondo de l valle, toca la subida hasta el refugio entre bosques y praderas cargadas hasta los topes.
Finalmente se nos hace de noche y en la parte alta empieza a soplar un viento de narices. Agradecemos encontrar el refugio, sinceramente. Una noche con este viento ahí fuera hubiese sido de aúpa...
El refu sigue teniendo el aire de los viejos refugios de montaña, pequeños, y que no se han transformado en hostales rurales... Todo sigue siendo pequeño, pero ahora es muy digno, y la sala nueva es impresionante en forma y aislamiento. Aunque no esta ni mucho menos acabado, ya se ve el gran paso dado. Una buena cena, y a la piltra!
Durante la noche se ha oído un viento infernal, cosa que ya nos indica lo que se anunciaba en los partes, mucho viento en altura.
Por la mañana, decidimos subir al Sendrosa por el coll del mismo nombre, y volver por Tredós.
Nos preparamos en las cuevas de nieve que hay que a la entrada y que a través de los túneles sirven para entrar y salir del enterrado refguio:
Y nos vamos hacia el collado con un viento de mil demonios que levanta una nieve polvo de gran calidad:
El final del collado presenta una gran cornisa de unos 4 metros que superaremos por la izquierda:
La subida al pisco se hace por el cordal, pero el viento, con rachas que te mueven de lado a lado, nos hace desestimar para otro día hacer la cumbre. Sacamos pieles y nos vamos para abajo buscando los mejores tubos y acabando en el bosque en medio de un laberinto de pinos, abetos y agujeros de río de 3 metros:
Finalmente llegamos a la pista que sube de Banhos de Tredòs, y tras pasar al lado de algún resto de alud de purga de los corredores que acaba teniendo una medida de preocupar... pasamos los Banhos y llegamos al parquing.
Cervecita en la terraza del restaurante y pateada hasta la presa. Allí nos viene a recoger nuestro buen amigo Alberto, local del valle, con quien nos vamos a comer y luego nos devuelve a Bonaigua.
En fin, un día y medio bien aprovechado dada la climatología complicada, con una cantidad de nieve espectacular, y en un entorno que realmente te deja impactado cada vez que lo ves.
Un abrazo.