Una 'Volta a la Cerdanya'

Hace unos días tuve el placer de ser guiado por Eduard, padre de Kilian Jornet, por alguna de las zonas donde se disputa la Volta a la Cerdanya. No se trata de una competición de ciclismo, sino de una de las tantas carreras de montaña que estos años están creciendo como setas por toda nuestra geografía. Lo que la hace diferente del resto, es que es la más larga de la península, con una duración de tres días. Los corredores pueden parar a dormir, o simplemente parar un rato y seguir. Eduard me comentaba que los que ganaron el año pasado no durmieron.

Con Eduard Jornet, todo un mundo de conocimientos en su cabeza

Tres días corriendo, uno puede pensar que recorrerán varias comarcas, e incluso podrían hasta cambiar de provincia. Pero no, toda la Volta discurre por la Cerdanya, dividida desde 1659 por el Tratado de los Pirineos, de manera que España y Francia se repartían los pueblos de esta comarca y sus tierras a partes iguales, el 50,3% para nosotros, y el 49,7% para ellos. Las poblaciones que quedaban de un lado solo hablarían francés, y los de este lado español. Eso sí, con el catalán como lengua común, un idioma ampliamente hablado por los mas de 35.00 habitantes con los que cuenta actualmente. Como dato curioso, el caso de Llivia, que pese a estar en lado francés, nos la quedamos nosotros gracias a que no era un pueblo, sino que tenía la categoría de Villa, y en el Tratado solo se repartían pueblos...

Y es que estamos ante una gran comarca, que de hecho, acoge uno de los valles mas grandes de Europa. Si comenzáramos a andar del lado francés y acabáramos en la punta del español, recorreríamos 55 kilómetros en linea recta. Si por el contrario quisiéramos ir por las montañas, tendríamos nada menos que... 1.000 kilómetros de senderos! Así, no es de extrañar que la Volta entera se pueda hacer dentro de la Comarca de la Cerdanya.

Eduard Jornet montrando un mapa de la Cerdanya

Sirva esta 'pequeña' introducción de tres párrafos para darnos cuenta de las dimensiones de la Cerdanya, y podamos entender que se puedan hacer tantas actividades deportivas y pueda acoger una excelente gastronomía, que tiene incluso platos únicos de esta comarca que no encontraremos en otros lugares, como es el caso del Trinxat, una suerte de mezcla de col de invierno y patata mezclada hasta formar una pasta a la que se le añaden otras especies. El resultado es excelente y no hay restaurante que no lo tenga en su carta, sino es que se ha acabado antes, ya que también tiene mucho éxito entre los turistas y locales. Tuve la ocasión de probarlo en Casa Patxi, en pleno centro de Alp, donde no solo estaba todo delicioso, sino que el personal es muy amable y atento.

Y es que es precisamente de los turistas de donde llega el principal motor económico de la Cerdanya. Senderismo, montaña y sobretodo, el esquí. Principales deportes al aire libre que se practica, además del Hockey sobre hielo. gracias al Club de Gel Puigcerdà, equipo que ha ganado varias ligas nacionales y varias Copa de España.

Si nos centramos en el esquí, encontramos que aquí tenemos la estación mas grande de España. A algunos les puede parecer sorprendente, pero en la Cerdanya encontramos Alp 2500, con 135 kilómetros esquiables, la gran mayoría entre zonas boscosas y pistas para todos los niveles. Un verdadero gigante que solo supera en la península la andorrana Grandvalira, y que cada año acoge a mas de medio millón de esquiadores, pero si sumamos la afluencia de las 8 estaciones de la Cerdanya francesa mas la de nuestro lado de la frontera, se venden mas de 1,8 millones de días de esquí por temporada, eso es mas que lo que se vende en todo Aragón, por ejemplo.

Entre las ofertas únicas que podemos encontrar aquí está el esquí nocturno, que si bien se puede practicar en otras estaciones de nuestro país, aquí no se trata de una mera pistas, sino de 10 kilómetros esquiables repartidos en 13 pistas, e iluminadas todas perfectamente por 200 potentes farolas de última generación. Lo podemos encontrar en Masella desde el mes de Diciembre hasta Marzo.

En La Molina por su parte destaca la gran amplitud de su área esquiable, y su restaurante-refugio del Niu de l'Aliga, un lugar al que hay que llegar caminando unos metros una vez se deja el telesquí 7 Fonts o el telesilla Jumbo de Masella, y donde puedes comer platos de alta gastronomía observando una de las mejores panorámicas de nuestro Pirineo. Si esto fuera Suiza, ya hubieran montado un restaurante giratorio, porque las vistas son alucinantes!!. Otra manera de llegar es practicando esquí de montaña. Una manera de hacer realmente deporte con el esquí, y de admirar el paisaje centímetro a centímetro.

Preparándonos para subir al Niu de l'Aguila haciendo esquí de montaña con los hermanos Nil y Oriol Cardona.

Haciendo paradas mientras subimos la pista Montanya Sagrada.

De todas maneras ahora que ya entramos en la primavera, el consejo de estos días es llegar bien pronto a esquiar,y después darse una vuelta por los diferentes pueblos de la comarca, Puigcerdà a la cabeza, con su centro comercial repleto de tiendas y su gran estanque artificial, donde incluso podremos pasear en barca, y sin olvidar a Llívia, localidad que no se ha visto influenciada por la sosa arquitectura del Pirineo francés, sino que sus casas siguen mostrando la piedra de la Cerdanya y sus calles están repletas de vida hasta altas horas de la noche. Entre las cosas que hacer aquí, sería pecado perderse una visita a la farmacia mas antigua de Europa, y no comer en algunos de sus restaurantes.

Tampoco se quedan atrás los pueblos que salpican las montañas. Hay mas de 33, así que cada uno tiene su particularidad. Yo estuve en el de Meranges, donde pude visitar un mas que interesante Museo del Zueco. Allí podremos conocer de primera mano la historia de este calzado, y la importancia que tuvo esta industria en la población, e incluso en otras vecinas. Aún así, el Zueco de Meranges, era el mas apreciado. Y una vez finalizada la visita, como no, comer en Can Borrell, sin duda uno de los mejores restaurantes, no de la zona, sino de la Cerdanya entera. Su fama incluso traspasa fronteras.... y de nuevo, tenemos a un personal la mar de atentos.

Interior del Restaurante Can Borrell, donde también tienen un par de habitaciones de alojamiento

Museo del Zueco de Meranges