En vez de despegar la oreja de la almohada por el sonido del despertador, es el del incesante mar que cae en la calle el que lo hace. Solo con eso deberían dar ganas de darse media vuelta, pero hay quien ni con esas y una vez tapados de nuevo de pies a cabeza salimos al desapacible ambiente . Con un escenario que a cambiado drásticamente en apenas días, pasando de un color blanco puro a los alegres multicolores del otoño ...
Crónica:
Circular blancas cumbres de Roncesvalles