Elegir un destino de esquí para el fin de semana de Reyes no fue una tarea sencilla. En un inicio de temporada tan escaso de precipitaciones como este, tanto Pirineos como Alpes funcionan bajo mínimos.
Por las fotos y los comentarios en los foros, la sensación era que ir a esquiar sería algo así:
Lo único que teníamos claro era que esquiaríamos, lo de no esquiar no estaba en los planes. La elección del destino la hicimos un par de días antes de viajar, en base a la oferta hotelera disponible. Y lo que mejor encontramos de precio fue a través de una de la agencias que se anuncian en esta web, un paquete de alojamiento con media pensión en Pla de l'Ermita y forfait en Boi Taüll.
Sospecho que en la agencia reciben muchas reservas a través de Nevasport, tantas como para que aparezca como una opción aparte en el formulario final.
La tarde nos encontró aún en la carretera, pero llegamos a tiempo para la cena.
El hotel que habíamos reservado estaba cerrado, así que nos reubicaron en un apart hotel vecino. La habitación podría perfectamente alojar a cuatro personas. Y tenía unas vistas fantásticas.
Pero las vistas de nuestra habitación palidecen ante las vistas de los que optaron por aparcar la caravana en el propio parking de la estación!
Ya con los esquís puestos, comenzamos a redescubrir una estación que no habíamos visitado en años. La parte baja, con su zona de principiantes, siempre activa.
Al avanzar la mañana, la terraza se convertía en el punto de reunión, aprovechando el sol. El viento y las zonas umbrías daban alguna pista de que estamos ya en pleno invierno, porque sino, el resto parecía de primavera.
Muy poca gente en pistas, supongo que la falta de nevadas desincentivó a muchos. La nieve que encontramos fue en general muy buena, con algunos momentos estelares como los parches de nieve polvo que había por Vaques, y los 700m de desnivel de la bajada por Vista Aran.
Eso sí, el comienzo de Vista Aran tenía un cartel que intimidaba un poco.
El snow park era uno de los sitios más concurridos. Nosotros pasamos, pero sólo para hacer fotos desde una distancia prudencial.
En la cafetería de cota 2.400 la gente aprovechaba para tomar el aperitivo al sol.
Comer dentro era un agobio de gente, jaja!
Por las tardes, los "verdaderos" locales reclamaban su espacio.
Lo cual estaba perfecto para nosotros, que teníamos otro aspecto del viaje que cubrir... el gastro-esquí!
Las comidas en general estuvieron bastante bien. Costilla de cerdo, cordero, espárragos, pizza.
En lo que se nota que tanto la estación como la urbanización pertenecen a la misma empresa es en la falta de variedad al momento de pedir cerveza... San Miguel o San Miguel tostada. En las cafeterías de la estación, San Miguel, en el restaurante del hotel, San Miguel, en los bares, San Miguel.
Tuve suerte y encontré una (sólo una, se les acabó cuando volvimos a por otra) cerveza artesanal muy buena, hecha con agua del Balenario de Panticosa.
Y eso ha sido todo! Hasta la próxima!
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