En principio, había pensado que esta entrega (II) de mi asistencia a la KDD.11, la dividiría en tres apartados: Uno a comentar de forma más o menos pormenorizada (*), las “Sensaciones” que viví durante los fascinantes acontecimientos que se fueron sucediendo en los tres días que duró tan magno evento. Otro, destinado al significado que tuvo para mi poder participar en la “Carrera”. Y el último, dedicado a los “Agradecimientos” debidos a todos los que he conocido.
Pero debido a que, mi participación en la Carrera ha supuesto un hito importante en mi dilatada trayectoria como practicante del esquí -eso si, en modo turista-, he decidido dedicar exclusivamente esta entrega (II) a la misma.
(*) Matizo lo del termino pormenorizada, ya que más de uno habrá pensado al leerlo -“
Buenooo, se nos avecina una generosa batallita de las del Abuelo”-. Pues no, no os preocupeís, que aunque poseo una evidente verborrea literaria, sere comedido, y prudentemente me limitaré.
Bien, concluido el preámbulo, me meto en harina.
EL ORIGEN
Todo comenzó cuando nuestro insigne PPeinado publicó en el foro el Programa de Actividades de la KDD, donde se mencionaba lo siguiente: “
11.45 a 13.00. Carrera Trofeo Nevasport en pista “Les Canals” de Vallnord Arcalís. Entrega de dorsales en la salida.”
El término Carrera Trofeo Nevasport, me pareció tan sugerente, que pensé.
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Aunque nunca he concebido -ni tenido la oportunidad-, de participar en una prueba alpina, este es el momento para una nueva experiencia. Además, seguro que el Trofeo es el tan comentado jamón de pata negra.
Me pareció también el momento idóneo para demostrarme a mi mismo, que la técnica y experiencia adquirida durante tantos años practicando el esquí, eran suficientes para bajar por un trazado predeterminado. Y así mismo, que los demás foreros asistentes se percataran de que, aunque casi setentón y canoso, las dos horas de gimnasio diario -guerreando con esos diabólicos aparatos-, y de las que tanto he hecho gala, me mantienen en una exultante forma física. En una palabra, fardar y superlativar mi acentuado ego. Dicho queda.
Así que, rápidamente accedí al plano de pistas de la web de Vallnord, para ver de que categoría es la susodicha pista “Les Canals”. Visto que era de color azul me dije.
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Esto está chupado. Por esas me deslizo yo como la gloria.
La cruda realidad es que, con esas y con las verdes, son con las únicas que me atrevo en los últimos años. Bueno, si me encuentro -por casualidad, eso si-, que en mi camino, las buenas gentes de la estación, han incluido un tramo rojillo, saco a relucir mis amplios recursos derrapantes y consigo superarlo decentemente. Osadía que no me agradecen en absoluto, mis cuadriceps ni mis rodillas.
Menos mal que, mi Pepito Grillo particular, me apeó rápidamente de mi euforia senil, haciéndome recapacitar.
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Machote, tu ya no estás para meterte, a pecho descubierto, en esos follónes.
Conclusión, decidí no presentarme, y así lo expresé en en el foro dedicado a la Carrera.
Pero he aquí, que en la acreditación, se encontraba el incansable David_rd, que sentado delante de un ordenador, estaba tomando nota de los que querían participar en la Carrera. Él, y mi amigo Nico52 -al que acababa de conocer-, me incitaron de manera insistente a participar. De tal forma, que no me quedó más remedio -por orgullo-, que sucumbir. Eso sí, me apuntaba, pero con una condición: Yo vería el trazado previamente, y si lo consideraba inoportuno para mí, me echaba atrás en la decisión (Es que yo no lo tenía claro. Con tantos avezados esquiadores, cualquiera sabe que infernal recorrido habían planeado). David me comentó que no había problema en ello. Dicho y hecho. Ya estaba inscrito.
LOS PREVIOS Y LA CARRERA
Antes que nada, voy a hacer un inciso para reseñar algo que tiene relación con lo que a continuación expondré.
Como devoto del esquí, he visto muchas pruebas en TV. Dado que siempre me ha gustado esquiar haciendo giros cortos y medios -puro estilo wedeln-, la únicas pruebas que he visionado han sido las de “salom especial”. Como bien sabéis, consiste en sortear habilmente unos “palitos” verticales, situados muy próximos entre si. En la actualidad, esos “palitos” son totalmente elásticos, de tal forma, que si te despistas y pasas por encima de ellos, se arquean totalmente hasta tocar la nieve, y no hay peligro alguno.
Comentado esto, retomo el tema principal.
El sábado por la mañana, ya en Arcalis, y con nuestro admirable amigo Nico52 como cicerone (y que además, habia tenido la cortesía de llevarnos en su coche hasta la estación), nos dedicamos la Abuela; él y yo, a disfrutar de las pistas de la zona alta, que él conocía a la perfección. Así además, hacíamos tiempo hasta la hora de la Carrera.
A eso de las 11,15, bajamos hacia la zona de meta de la carrera, para desde allí, tomar un remonte hacia la zona de salida. Preguntámos a un esquiador que estaba por allí, cual era el remonte para acceder hasta la parte alta de la pista de “Les Canals”. Amablemente nos respondió.
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¿Véis ese telesquí que está ahí abajo?, pues después de él, teneis otro que os subirá hasta el comienzo de la prueba.
Bajámos hacia donde nos había indicado. Pero los telesquis estaban muy próximos el uno del otro, y nos pasamos. Así que, bajamos hasta un telesilla que te llevaba algo más arriba de la zona de salida de la prueba.
Una vez arriba, y después de sortear una serie de incomodas vallas, conseguimos llegar a la zona alta de “Les Canals”. Una vez cerca de la cabina de salida, comenzaron a surgir una serie de hechos singulares.
David estaba repartiendo los dorsales. A mi me dió el del número 19. Como su nombre indica, pensé que el dorsal sería una pegatina para adosarla a mi espalda. Pues no, era una especie de funda sin mangas, y de una talla más bien infantil. Introduzco la cabeza por la abertura correspondiente. Hasta ahí todo correcto. Pero cuando intento efectuar lo mismo con los brazos, comenzó el problema, aquello era imposible realizarlo. Gracias a David, y a otro forero compasivo, consigueron a base de improbos esfuerzos, encajar en mi atlético tórax tan diminuta prenda. En aquel momento solo se me ocurrió pensar.
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Esta misma sensación, es la que debían sufrir las mujeres cuando se enfundaban un Wanderbra.
Para los más jovenes, que puedan desconocerlo, el Wandrebra era la marca comercial de una prenda de lencería femenina (léase, sujetador), seguramente diseñada por algún misógino de mente retorcida, que mediante una desmesurada presión sobre el busto, conseguía elevar los senos prácticamente hasta la barbillla. De tal forma que, a la vista de los demás, los mismos parecían haber triplicado su volumen. Formidable.
A todo esto, la Abuela y Nico52, habían bajado hasta la meta para disfrutar de mi triunfal entrada. Arriba, estabamos todos pendientes del inminente comienzo de la prueba, puesto que ya se había cumplido la hora prevista. Pero, para no quebrantar la arraigada tradición de la impuntualidad patria, nos dijeron que nos fuéramos con viento fresco, y que volviéramos en aproximadamente media hora.
Mientras estábamos a la espera, observé el principio del trazado, viendo que, los mencionados anteriormente “palitos” del slalom, estaban de dos en dos con una tela superior que los unía, y eran más cortos que los que yo había visto por la TV. Me extrañó, pero como la tela tenía impresa una marca comercial, pensé.
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Esto es cosa de los del marketing, que no tienen límite. Seguro que antes de comenzar, retiran la tela y podremos bajar entre los “palitos”.
Terminado mi razonamiento, escuché que alguien de mi entorno decía.
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Las “puertas” están situadas convenientemente en todo el trazado.
Solo oír mencionar la palabra “puertas”, me dije.
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¿Puertas?. Pues si, ahora mismo la forma es de puerta, y las puertas son para atravesárlas. Pero estas son muy bajitas. ¿Como voy yo a agacharme hasta el punto de pasar entre los palitos y por debajo del trapo?. Nada, me quito el Wanderbra, y desisto.
Yá. A ver quien era el guapo que tiraba la toalla después de los efusivos ánimos (Bien Abuelo; tu puedes Abuelo; fantástico Abuelo; encantado que te presentes Abuelo; etc.), de todos mis compañeros foreros. Perdería toda mi reputación de súper sexagenario, y mi orgullo quedaría por los suelos. Así que, a buscar soluciones.
Como nos habían mandado con viento fresco hasta que comenzara la prueba, bajé por el lateral del trazado, escudriñándolo para ver si se me ocurría otra cosa que no fuera atravesar esas diminutas “puertas”. Me dí cuenta, que al lado de cada puerta, había una trazada en curva rodeando parte de la misma, y ligeramente peraltada. Inmediatamente pensé.
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Táte. Aquí está la solución. Esto es que, estas “puertas” están de forma permanente, y ha habido otros seniles veteranos, que al no estar ya capacitados para agacharse y atravesárlas -como yo-, las han salvado pasando lateralmente a ellas. Una por la izquierda, y la siguiente por la derecha. Y de tanto pasar, se han originado esas huellas peraltadas. Eureka, descubrí la forma. Aplicando mi “WedCarve” (*) bajaré como un campeón.
(*) WedCarve: Técnica propia, que no es más que un atípico híbrido entre el Wedeln y el Carver, derrapando y conduciendo al mismo tiempo.
Mi Wedeln es cuasi perfecto -después de años con él-, y el excelso Carver, todavía cuesta que entre del todo en mi dura mollera.
Más contento que nada, bajé hasta la meta, y comenté a la Abuela y a Nico52 lo del retraso. Visto lo cual, decidieron hacer una bajadas por otras pistas. Que considerados fueron, me dejaron solo para que yo pudiera concentrarme convenientemente, y no, porque mi participación les importara tres pitos. ¿O si?.
Como estaba hasta el moño de tomar el fresco, me dirigí a tomar el telesquí de subida a la salida -qué ya sabía donde estaba-. Y aquí apareció mi siguiente sufrimiento. Como no podía ser de otra manera, me tocó la percha “cabreada”. Me puse el plato entre las piernas, y de pronto, metió un arreón de tal calibre, que menos mal que instintivamente, presioné las barra hacia abajo para salvar mis viriles partes. Gracias a ello, toda la fuerza de tal brutal embestida, se desplazó a mis nalgas, que están mulliditas y lo soportaron. Si no llega a ser así, desde ese momento, hubiera pasado a formar parte del colectivo de los eunucos. Qué barbaridad, que arremetida.
Llegado el momento de mi partida, surge otra dificultad. La zona de acceso a la puerta del cubículo de lona de la salida (mira que era reducido el puñetero, y por tanto su puerta), estaba en cuesta, por lo que, había que bajar en cuña. Pero como la puerta era tan reducida, tenías que cerrar la cuña para pasar por ella, y entonces, te embalarías. Menos mal que David, hizo de parapeto frontal, y me frenó. Más nervios a sumar.
Después de hacerme esperar un tiempo, por no se qué motivos del puñetero cronómetro, me dio la salida. Pasé las puertas por el exterior según mi estudiada estrategia. Y oye, el peralte de las trazadas, funcionaba, y anulaba la fuerza centrifuga. Eso si, en algunas “puertas”, y debido a la alta velocidad con la que me deslizaba, el peralte fallaba, y tuve que meter cantos como un poseso, inclinándome lateralmente hasta casi tocar el hombro con la nieve. Lo digo tal y como fue, sin exagerar un ápice, eh.
El final fue el previsto. Crucé la meta, mientras recibía los aplausos de un nutrido grupo de entusiastas seguidores. O así me lo pareció a mi.
Esperando que me descalificaran, por haber pasado las “puertas” de una forma totalmente arbitraria, escuché a alguien que me decía: - “Bien Abuelo, así se hace”. Toma ya. Después de tanta angustia, las dichosas puertas se pasan como yo lo hice. En ese instante, fui consciente de lo ignorante que soy todavía en esto del esquí.
Conclusión: Todo lo expuesto, es auténticamente veraz. Bueno, casi todo. Fue una extraordinaria experiencia para mi, gracias a vosotros, y a la KDD.
Os vais a enterar en las próximas 34 KDD´s. ¡¡¡¡Ya se como se pasan las “puertas”!!!!.
DOCUMENTOS GRÁFICOS (Que corroboran que estaba allí. Por si alguien duda)
Estas 3 fotografías, las tomó nuestro amigo Jairo, que amablemente me dio permiso para publicarlas aquí. Yo soy el bajito con look ochentero, dorsal 19, rodeado de imponentes jovenzuelos ávidos de derrotarme.
¿Donde está Wally?.
Estas otras, fueron tomadas por mí.
¿Quienes sois?. Embozados de esa guisa, no soy capaz de identificaros.
CADA DÍA QUE SUBO A ESQUIAR, NO ME OLVIDO DE IR ACOMPAÑADO POR LA PRUDENCIA.