Me gustaría sólo tener dos minutos de vuestro tiempo para hacer una reflexión conjunta sobre un deporte que nos apasiona a todos, el esquí.
Se puede decir que empecé a caminar con unos esquís en los pies hace 37 años. Desde muy pequeño, tanto mis padres, como mis hermanos, familiares y profesores de escuela, me enseñaron una serie de valores ligados al esquí, a la montaña y fundamentados en el respeto, a ti y a los demás, a los peligros del deporte en si, de la montaña y, sobre todo, de la nieve. Me he criado en un pueblo que está a 500 metros escasos de una estación de esquí. Me he pasado toda mi infancia entre montañas y nieve. He tenido el esquí incluso como asignatura en la escuela. Y es por ello que creo que tengo suficiente base y conocimiento para poder hacer esta reflexión abiertamente.
Todos estos valores que me inculcaron los he visto durante gran parte de mi vida. Pero de unos diez años para aquí, compruebo a diario que se han perdido y me aterroriza cada día más comprobar cosas como las que compruebo.
El respeto hacia el resto de esquiadores se ha perdido por completo. Ni se mira ni se respeta. Si se te cruzan por delante, te sale alguien de la nada, e incluso, si te tiran al suelo, ni se paran ni mucho menos hay un perdón en la boca. Lamentablemente, he visto hasta palabras mayores y amenazas.
La gente se calza unos esquís o una tabla, con una experiencia muy pequeña y se lanzan a la aventura de manera temeraria emulando al grandísimo Alberto Tomba o a la gran Carolina Calvé. A veces te salen de fuera de una pista marcada, los ves en otras ocasiones bajando por sitios con alto riesgo de aludes y riesgo para su integridad física, etc…
Además, se adentran a realizar este tipo de aventuras temerarias sin el material adecuado y sin saber si el material que llevan es, sin duda alguna, el adecuado.
Parece mentira que aún no se sea consciente de los peligros que conlleva el esquí para tu salud y para la salud del resto de esquiadores. Parece mentira que aún no seamos conscientes que el esquí es un deporte familiar, donde existen diferentes niveles y edades entre los participantes, y que el respeto y la educación, deben premiar ante todo.
Parece mentira que no seamos conscientes que el esquí conlleva muchas cosas. Permitidme que utilice un símil y lo compare con la conducción de un vehículo. Si corres, conduces temerariamente y te metes por terrenos abruptos, el índice de siniestro y mortalidad aumenta. Si se desea correr, existen profesiones y circuitos especializados para esto.
En el esquí pasa lo mismo. El esquiar sin respeto y educación, no siendo conscientes del terreno y del material y, sobre todo, no siendo conscientes del nivel que se posee, conlleva a un riesgo para ti y para los demás.
Así que, desde estas líneas, sólo pido un poco más de consciencia y respeto, para poder disfrutar todos de este deporte que tanto nos apasiona.
Saludos y gracias,
