¿¡Dos mil...; nada más!? Pa´mí que hay bastantes más y, ciertamente, si se contasen los repeshos y la dentadura de más de uno (el Señor nos libre de todo mal), desperdigada por los tajos que se ven en el vídreo, esta bajada es de lirondírico campeonato, ¡sentencio!
¡Genial, eurídico, ecúmbrico y taldelcuéndito total..., sigo sentenciando y norabuenando a sus grandes facedores!
Gracias, joven Ernesto.
Por otra parte, joven Tonis: ¿De que nos enteramos, pisha...de que has pasado por el quirófano y no mus has disho na´de na´, fiera betetera? Confiamos, y a los Cielos rogamos, que ese menisco se recupere totalmente. Rezo por ello, que aparte de la planta de los pieses, ya no te queda casi na´por operar; ¡campeón, que estás hesho un campeón!
Abrassotes, compañeros.
P.S.: Estoy encendiendo una vela, que conste. ¿Que a qué santo...? Estoy en ello, afirmo.