Bueno, pues voy a hacer una crónica de la excursioncilla del pasado domingo, que consistió en la subida con esquís a Dos Hermanas (1996 m), yo diría que por primera vez (que yo sepa nadie lo ha hecho antes), y le tenía muchas ganas, así que le voy a llamar:

¡Por fin! Dos Hermanas con esquís (29 1 2017)

En este invierno estamos teniendo mucha nieve en Almería. En esta última ola de frío ha nevado mucho por toda la provincia, incluso en cotas bajas. Pero la zona más al sur no ha recibido tanto frío ni tanta nieve. Por eso, cuando el sábado amaneció sin nubes, fue una gran sorpresa ver la sierra de Gádor con una buena nevada:



Así que, nada más verlo, me dije "mañana estoy allí arriba". Así que madrugué, tiré para arriba, esta vez por el camino de Dalías, con la intención de poder hacer cumbre en el pico Dos Hermanas y bajarlo esquiando, tal y como me imaginaba de niño cuando veía la sierra con nieve y yo ni siquiera pensaba que alguna vez tendría esa posibilidad.

Llegué con el coche hasta los 1600 m, donde comenzaba la nieve y el camino estaba bastante impracticable. Había ya varios vehículos, incluso alguno con problemas, que tuvieron que ayudar a dar la vuelta. Esto de que haya gente te da tranquilidad, pero por otro lado le quita un poquito de encanto a las excursiones. Bueno, yo aprovecho para que me tiren fotos



A 10 minutos me salgo del camino y comienzo a subir entre los pinos. Hay bastante nieve, pero no como para bajar esquiando. Ahora eso no me preocupa; trato de ascender lo más rápido posible para llegar más arriba donde habrá más espesor. Al mirar atrás ya se ve la costa y Roquetas:



Eso debe ser un puesto de cazadores. Según voy subiendo cada vez hay más pendiente y mejores vistas:




Incluso en algunos momentos hay pasos complicadillos:



Y justo en un momento delicado, se me suelta una de las pieles y tengo que hacer un apaño:



Continúo y entonces, la otra piel comienza a hacer zuecos de nieve muy incómodos, que cada tres o cuatro pasos se caían y volvían a hacerse; sin embargo la piel que sujeté con cinta no hacía zuecos ¿?

Llego a la zona arbolada y la imagen es bonita (para mí, al menos):



La bahía, Cabo de Gata, la Punta del Río en Almería...

En el collado me encuentro con un grupo que bajaban de Dos Hermanas y después se fueron hacia Nuevo Mundo (antenas). Les pido una foto, y me comentan que si me pesan las botas de esquí....



Sí pesan, pero es lo que hay.... Continúo ahora en dirección sur para remontar y hacer cumbre. Por aquí hay más nieve. Se podrá bajar esquiando. Llego con los esquís a 10 metros de la cumbre:



Y me deleito un rato con las vistas. No hay mejor mirador sobre el mar de plástico almeriense que este pico de casi 2000 metros de altitud. La vista hacia Roquetas:



Lástima de nubecillas. Las tres siguientes forman una panorámica de todo el Campo de Dalías:







Por si estas vistas no son suficiente, mirando hacia el oeste podemos ver Sierra Nevada:



Más de cerca, el Veleta, con sol, el Mulhacén, y la Alcazaba:



Mientras estaba en la cumbre, Loreto me hizo algunas fotos desde casa, para ver si se me veía:



Pero no. La visibilidad no era perfecta, y la calidad de la cámara parece que tampoco. Necesito un teleobjetivo.

Y comienzo la bajada esquiando. Con mucha precaución, por mi escasa pericia en nieves no tratadas, voy bajando más o menos por donde he subido. Firmo:



Me equivoqué de día. Puse 30 y era 29. Por esta zona había bastante nieve:







Pero más abajo comenzaban a aparecer los matojos, y se me hacía difícil esquiar con seguridad. Me da mucho miedo una caída en estos lugares solitarios y que me haga daño y no pueda bajar andando. Sería un marrón muy chungo. Así que, ante todo, prudencia. Además, ¿quién podría esquiar por aquí?:



Por eso me quité los esquís y bajé andando, a pesar de haber una pendiente fuerte y de que la nieve me cubría la bota entera. Bajar por ese terreno con los esquís a cuestas fue una auténtica paliza. Llegué al coche agotado y con prisa por tirar para abajo porque iba a volver a casa a las 3 como mucho y llegué casi dos horas más tarde.

Por la tarde, me daban unos calambres en las piernas que parecía que me las estaban cortando. ¡Qué dolor! Nunca me habían dado unos calambres tan dolorosos.

Pero ya no me duele, y el recuerdo de esta excursión lo tendré para siempre.

Espero que os haya gustado.

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