De " El Mundo", hoy

MÁS DEPORTE Montañismo Dudas en el Piolet de Oro
El máximo galardón del alpinismo que ha recaído en el suizo Ueli Steck, por su escalada en solitario de la cara Sur del Annapurna, despierta muchas dudas sobre su veracidad

Ueli Steck, en la fase de aclimatación en el Annapurna. Ueli Steck, en la fase de aclimatación en el Annapurna.
ALFREDO MERINO Actualizado: 09/04/2014 16:28 horas
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Es difícil entender un deporte en el que los jugadores también son el árbitro y que se practica sin ningún espectador. Hay que ser alpinista para comprenderlo, pues hablamos del deporte de subir montañas. Semejante idiosincrasia, unida al peligroso escenario donde se desarrolla, hacen concluir que fuera de los medios especializados, la escasa información que se ocupa de este deporte cae con frecuencia en el sensacionalismo.

Del mismo modo, los alpinistas cabalgan en un hilo tan fino en el que cada vez menos son los que logran mantenerse fieles a la verdad, de no mentir cuando cuentan sus hazañas. De esto es de lo que se acusa estos días al suizo Ueli Steck, de 38 años, hasta ahora unánimemente considerado el mejor alpinista de la actualidad, y a quien se le acaba de conceder el Piolet de Oro 2014, el máximo galardón internacional del mundo del alpinismo; algo así como el Óscar de las montañas, una medalla de oro olímpica o el primer puesto en un Campeonato del Mundo.

El premio se le ha concedido por su increíble escalada el pasado otoño de la cara Sur del Annapurna (8.091 m), el más mortífero de todos los 'ochomiles'. La Maquina Suiza, que así es conocido por su implacable forma de escalar, realizó la actividad en solitario y sin oxígeno artificial, empleando solo 28 horas para subir y bajar este letal muro de hielo, nieve y rocas que continuamente se precipitan por su abismo vertical de más de tres kilómetros de altura.

Falta de pruebas y contradicciones

Vaya por delante señalar que la mayor parte de la comunidad alpinistíca internacional no cuestiona la escalada del suizo, aunque cada vez son más voces las que la ponen en duda. Desde prensa tan especializada como Bergsteigen, la biblia del alpinismo en los países teutones, a periódicos generalistas como el caso de Le Monde, se preguntan sobre la verdad de una escalada de la que no hay más pruebas que la palabra del propio protagonista y en la que se acumulan las contradicciones.

Pared del Annapurna.
Cristian Trommsdorff, vicepresidente de la Unión Nacional de Guías de Montaña, presidente del Grupo de Alta Montaña de Francia y miembro de la Comisión Técnica de los Piolets de Oro subraya que "las dudas son lógicas, porque Ueli Steck es un alpinista profesional y aunque el galardón no comporta ningún dinero, ganarlo favorece un retorno económico de las casas comerciales y de popularidad en los medios de comunicación".

Todo se ha desencadenado por las contradicciones en las que ha caído el helvético y por no haber aportado ninguna prueba de su escalada. Lo contrario de lo que cada vez es más habitual entre los alpinistas de la élite, precisamente para evitar estas engorrosas dudas. No existe ninguna fotografía de la cumbre (Steck asegura haber perdido la cámara), tampoco trazo de GPS (se le olvidó ponerlo en marcha). No hay declaración de algún testigo y las que hay son contradictorias. Igualmente, no dejó ningún objeto en la cumbre que habría testificado su paso por ella. Este cúmulo de circunstancias han favorecido unas dudas que se están hinchando como la bola de nieve que cae por una ladera.

Ueli Steck se desplazó al Annapurna con un hipotético compañero de escalada, el canadiense Don Griffith, los fotógrafos Dan y Janine Patitucci, el cámara Jonah Matthewson y varios sherpas. El primero abandonó al suizo en la base de la pared, al no ser capaz de continuar la escalada sin cuerdas, como asegura haber subido Steck. El resto permaneció en el campamento base, pero a pesar de ser profesionales, ninguno documentó la escalada por la pared sur del Annapurna. Existen fotos de Steck solo hasta 6.800 metros y alguno de los sherpas asegura haber visto la luz de su lámpara frontal "bajo la cumbre". Es lo único que tiene el suizo.

Horario increíble

Las 28 horas que asegura haber empleado Ueli Steck en su camino ida y vuelta entre la base y la cima del Annapurna también está siendo cuestionado. Se trata de un horario increíble que presenta, según señala Bergstein, contradicciones al emplear mucho menos tiempo en la parte más técnica y difícil, que en la inferior más sencilla. Aparte de la referida falta de pruebas, esta es una de las evidencias que más rechinan según quienes dudan del helvético. Del mismo modo, denuncian, el suizo empleo sólo 4 horas para descender los 1.200 metros superiores de la pared, de gran compromiso y dificultad, y que en la subida le exigieron 6 horas, tiempo bastante poco creíble, señalan, cuando en escalada es mucho más complicado bajar que subir.

La falta de evidencias de otras escaladas anteriores del helvético en el Himalaya, como la cara Sur del Shisha Pangma y la Oeste del Pumori, son razones que aumentan las sombras sobre una escalada que se presentó luminosa y que le ha supuesto a Ueli Steck ganar el apreciado Óscar de los montañeros. Por su parte, el suizo se ha limitado a señalar: "Esto ha ocurrido un poco por mi culpa. No me gusta presumir, porque escalar montañas no aporta nada a la humanidad... yo doy detalles de mis escaladas que se me pregunta y, hasta ahora, nadie me había reprochado con tanta virulenta mi falta de evidencias".

El 19 de Mayo de 2008, Iñaki Ochoa de Olza caía enfermo en el Annapurna, a 7.400 m. Se localizó a Ueli Steck en la zona, aunque muy lejos y a muy baja altura. Sailó de noche con ropa y calzado de trecking y una mochila con lo mínimo. En una subida frenética llegó al campamento base donde se encontró con un compañero de Iñaki, el ruso Alexey Bolotov, que también tenía un edema. Se cambió las botas con él y siguió para arriba apenas sin descanso. Sin cuerdas y con una mochila con lo justo llegó junto a Iñaki, que estaba junto al rumano Horia Colibasanu. Convenció a Horia para bajar, lo que, con toda seguridad le salvó la vida. En apenas 3 días estaba junto a Iñaki. Una expedición normal podría tardar una o dos semanas en llegar allí. Y estaba a 600 m de cumbre.
A mí lo que hace este hombre no me genera el más minimo de duda. Sé que es muy capaz de hacer lo que dice que ha hecho. Para mí la montaña no es una cuestión de récords, en absoluto. Pero si hay un alpinista en el mundo capaz de hacer esto, ése es Ueli.

Cita
kafer
El 19 de Mayo de 2008, Iñaki Ochoa de Olza caía enfermo en el Annapurna, a 7.400 m. Se localizó a Ueli Steck en la zona, aunque muy lejos y a muy baja altura. Sailó de noche con ropa y calzado de trecking y una mochila con lo mínimo. En una subida frenética llegó al campamento base donde se encontró con un compañero de Iñaki, el ruso Alexey Bolotov, que también tenía un edema. Se cambió las botas con él y siguió para arriba apenas sin descanso. Sin cuerdas y con una mochila con lo justo llegó junto a Iñaki, que estaba junto al rumano Horia Colibasanu. Convenció a Horia para bajar, lo que, con toda seguridad le salvó la vida. En apenas 3 días estaba junto a Iñaki. Una expedición normal podría tardar una o dos semanas en llegar allí. Y estaba a 600 m de cumbre.
A mí lo que hace este hombre no me genera el más minimo de duda. Sé que es muy capaz de hacer lo que dice que ha hecho. Para mí la montaña no es una cuestión de récords, en absoluto. Pero si hay un alpinista en el mundo capaz de hacer esto, ése es Ueli.

Mejor no se podía explicar

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Cita
kafer
El 19 de Mayo de 2008, Iñaki Ochoa de Olza caía enfermo en el Annapurna, a 7.400 m. Se localizó a Ueli Steck en la zona, aunque muy lejos y a muy baja altura. Sailó de noche con ropa y calzado de trecking y una mochila con lo mínimo. En una subida frenética llegó al campamento base donde se encontró con un compañero de Iñaki, el ruso Alexey Bolotov, que también tenía un edema. Se cambió las botas con él y siguió para arriba apenas sin descanso. Sin cuerdas y con una mochila con lo justo llegó junto a Iñaki, que estaba junto al rumano Horia Colibasanu. Convenció a Horia para bajar, lo que, con toda seguridad le salvó la vida. En apenas 3 días estaba junto a Iñaki. Una expedición normal podría tardar una o dos semanas en llegar allí. Y estaba a 600 m de cumbre.
A mí lo que hace este hombre no me genera el más minimo de duda. Sé que es muy capaz de hacer lo que dice que ha hecho. Para mí la montaña no es una cuestión de récords, en absoluto. Pero si hay un alpinista en el mundo capaz de hacer esto, ése es Ueli.

totalmente de acuerdo ..... más claro agua

Totalmente de acuerdo con kafer. Solo una precisión. No es que Ueli convenciera a Horia para bajar. El no quiso dejar solo a Iñaki y estuvo con él hasta que murió. Estaban esperando la ayuda de Denis Urubko que subía junto a un compañero con ayuda sanitaria para Iñaki, pero desgraciadamente no llegó a tiempo. También Ueli se quedó allí, con ellos.

Yo sí me creo esta subida de Ueli. Lo que me parece más increíble es que consiguiera subir hasta el campamento donde estaba Iñaki con su compañero sin material de escalada, sin cuerdas, con botas de treking que intercambió con Bolotov, sin preparar la ruta, sobre la marcha, sólo con dos piolets y crampones...... y eso hay pruebas de que ocurrió. Así que si se aventura en una ruta preparada y con ese objetivo en mente este tío puede hacer cualquier cosa.

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