Cita
Fernando T.
Aqui tienes una prueba de ello Franeto, hace un par de semanas unos amigos subieron a la Maroma y encontraron esto
Cualquier descerebrado puede tener una escopeta y como dices tirar a todo lo que se mueva. La naturaleza es sabia y sabe mantener el equilibrio ecológico pero cuando el hombre, que no es capaz de respetar los minimos derechos de sus semejantes, se interpone que podemos esperar, pues eliminar los competidores de la cadena trófica, ya sean lobos, aguilas reales, Imperiales, delfines, tiburones, etc El mundo es nuestro y para que compartirlo con otras especies si las podemos matar y encima le ponemos el apelativo de deporte, matamos por diversión, no por necesidad. Asi que nunca estaré de acuerdo en que le pongan puertas al campo y menos para ese abyecto fin, una opinión como otra cualquiera.
Por cierto si vais a subir a la Maroma por el Alcazar (Alcaucin) el próximo dia 15 de enero, olvidarlo, estaran cerrados los accesos por Monteria
"Procread y multiplicaos y henchid la tierra; sometedla, dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra" (/Gn/01/28). Con estas palabras se entregó al hombre el dominio sobre la tierra. Debe considerar su dominio como un feudo de Dios y realizarlo sometido a Dios. Lo que Dios dice es a la vez indicativo e imperativo.
"Y se dijo Yavé, Dios: No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda semejante a él. Y Yavé, Dios, trajo ante el hombre todos cuantos animales del campo y cuantas aves del cielo formó de la tierra, para que viese cómo los llamaría, y fuese el nombre de todos los vivientes el que él les diera. Y dio el hombre nombre a todos los ganados y a todas las aves del cielo, y a todas las bestias del campo" (/Gn/02/18-20). En el hecho de poner nombres se expresa la unión del hombre con la naturaleza y su superioridad sobre ella. Dar nombre significa tanto como definir el ser. El hombre determina el ser de las cosas. Lo define válidamente. Lo define con sus palabras humanas, con su medida humana. Introduce su propia medida en las cosas y ella tiene validez para ellas. Al poner nombres crea orden entre las cosas. Al darles nombre determina su rango y su puesto en la eternidad. El mundo es confiado al hombre para que lo administre (Lc. 16, 1-13)
Esta extraña forma de definir la relacion del humano con su entorno natural, ha marcado su comportamiento durante siglos, no es de extrañar que aun haya personas que sucumban a los instintos depredadores y que otros las encubran y promocionen, hay, no lo olvidemos, negocio en ello.
La postura postuma del desdichado animal parece una triste paradoja.
"Siempre preferí conquistar amigos a conquistar cumbres"
