La historia: hace unos meses, un conocido, bastante deportista por cierto, me comentó de pasada que iba a hacer este verano la integral de Sierra Nevada. La pregunta típica de por aquellos entonces: ¿has caminado alguna vez por Sierra Nevada? Y en este/ese caso tan especial, ¿cresteado a caso?. "No, pero voy con unos amigos que sí". Mira tú que aquello no es como lo pintan en las fotografías… “No, pero estoy en forma y creo que preparado para ello”. Punto en boca.
El otro día, el cuñado de ese mismo, me entero de que anda por Sierra Nevada. Otro que de lo mismo: bastante deporte a sus espaldas, bicicleta, maratones, etc.etc. Y uniendo ambos expedientes, salta la liebre. El cuñado que tira de su homónimo y se van los dos a hacer la integral. Por simbiosis y ósmosis, vamos. Y este último, ídem de lo mismo, sin pisar por las pizarras micáceas nevadenses descompuestas, que se apuntó a la cordada crestera sin pensárselo dos veces y media.Descompuesto que se quedó, vamos, cuando ocurrió lo que ocurrió…
Os pongo en antecedentes: salieron con alegría desde Postero Alto, lo típico en estos casos…Y ya, tras dejar atrás la puerta grande del Alhorí, en el nevero dicen de lo más grande, sin crampones que valga, ni herrajes de ná, el del nacimiento del Alhorí efectivamente, antes de la remontada a cielo abierto del Picón de Jérez que picaron algo el anzuelo. El primer sustillo de nada….Y seguimos por la cuerda que iba y venía, subía y bajaba", según decía…la primera noche, la durmieron junto a las lagunas de las Calderetas-Goterón-. Y sin problemas. Bueno con el azote del viento y el zorro que les pasó de largo, la suerte del novato (jejeje). Pero al día siguiente, vendría el plato en menú del día: las de canutas en el canuto de subida a la cumbre de la Alcazaba. “Allí creí que nos matábamos”. La bota del de arriba sobre mi cabeza y eso sin mirar para abajo”. Y así se lo dijo al guía, cuando coronaron. "Porque no nos dijo nada de nada de por dónde andaríamos. ¿En qué lío de rocas nos había metido?" (“os habíais metido”, le dije mejor, o peor, no?). Por suerte no pasó nada. Ningún herido. Sólo el del abandono de unos cuantos de la agrupación (creo que me dijo que iban en total 14), que desde la Cañada de Siete Lagunas se fueron to pabajo, hipando para Trevélez. El cuñado de éste en un gesto de aguante (o machotería) siguió con su amigo el guía, terminando felizmente la Integral junto con otros varios de los expertos responsables.
Y ahora a pensar…¿Quién es el más culpable de todos, de quién o de qué? Así fueron las cosas, y así pasan después. No todas por suerte. Y otras, en el mejor de los casos, terminan tan feliz. Pero éste dice que no sube más a Sierra Nevada. ¿Por qué? No doy nombres, ni pongo fotos, no vayamos… Pero la polémica está servida. ¡Vamos! Y así y por allí que andan tantos otros de idem de lo mismo. Mire usted por dónde.
Porque no habrá camino, ni cumbre, ni horizonte igual, mientras que exista ese infinito al que llamamos mirada
( joseme [
www.caminosdelsur.es] )