No hay que darle vueltas, nunca salimos creyendo que no vamos a volver, no creo que nunca nadie haya ido a la montaña pensando que hay ni una mínima posibilidad de que no va a volver. De otra forma nos quedaríamos en casa.
"Iban perfectamente equipados, casco, arnés, piolets, crampones, clavijas, tornillos (en esta época no hacen falta por las condiciones de nieve) etc, pero ya sabes que los errores no perdonan".
A veces la única diferencia entre la vida o la muerte es la fatalidad. En cualquier ámbito controlamos todo hasta un punto, y a partir de ese punto lo que ocurra ya no está en nuestras manos.
Mi más sentido pésame a toda la familia.