El director comercial del complejo de la Vall d'Arán, Roberto Buil, señaló que a falta de cerrar cifras,
"pensábamos que la Semana Santa sería floja, pero no tanto". En global, la temporada ha estado marcada por un
buen inicio, con la nieve caída en diciembre, y el declive del mes de enero, que dejó de nevar. En febrero y marzo los espesores pudieron recuperarse pero los clientes que dejaron de llegar a las pistas el mes anterior ya no se recuperaron.
La estación de
Port del Comte, que cerró el 7 de abril en plena ola de calor, recibió durante la temporada
82.000 esquiadores, cifra que supone un 25% menos que la campaña anterior, según su portavoz, Alfonso Ferrer. Señaló que este descenso se produjo pese a la nieve artificial, que garantizó
"veinte kilómetros largos" de pistas en buen estado. Pero "la nieve producida no acaba de atraer al esquiador", dijo.
Boí-Taüll, pendientes de un último balance después de cerrar ayer, habrá tenido un descenso de cerca del 8% de esquiadores. El consejero delegado del complejo, Jordi Sabaté, dijo ayer que el mes de abril ha supuesto una inflexión en el desarrollo de una buena temporada.
Mientras tanto, las estaciones de Gran Pallars,
Port-Ainé y
Espot Esquí han recibido unos
174.000 esquiadores, lo que según el portavoz de la empresa, según Cristóbal Pérez, supone
"un 3% más de forfaits, pero no ha supuesto un volumen más alto de ingresos. Este año han funcionado bien las promociones, lo que implica que las rebajas en el forfait han compensado hacia la baja el incremento de pases vendidos.
Si el mes de abril ha declinado la balanza en negativo, la primera (y, de momento, última)
semana blanca escolar dio alas a los complejos de esquí durante dos semanas, por eso coinciden en reivindicar que
no se suspenda.