Por cumplir con la obligación solidaria de asistir a una persona accidentada, un joven zaragozano, Vicente G., quedó atrapado en un laberinto judicial del que ha tardado seis años en salir. El pasado 23 de enero, la Audiencia de Huesca confirmó la sentencia que le absolvía de una falta de imprudencia por la que los familiares del herido pedían una indemnización de 360.000 euros.
Ni Vicente ni su mujer, Cristina, olvidarán la fecha del 11 de febrero del 2001. "Terminábamos de esquiar y vimos a un grupo de personas que rodeaba a un joven tendido en el suelo y me acerqué para ver si podía ayudar", recuerda. Observó que la persona accidentada estaba consciente y que ya se había alertado a los responsables de la pista. Entonces se personó un empleado de la estación y les pidió la identificación. "No nos agradaron las formas y nos sorprendió que solo se nos identificara a nosotros, cuando había varias decenas de personas allí. Discutimos y el empleado dijo que iba a avisar a la Guardia Civil. Me pareció correcto y acepté que me identificaran los agentes, pero no se les avisó. Finalmente, los empleados nos dijeron que nos fuéramos, porque el herido ya estaba atendido por los servicios sanitarios", explica.
La sorpresa llegó días después, cuando unos guardias civiles fueron a buscar a Vicente y a Cristina a la empresa en que trabajaban. Posteriormente imputarían a Vicente una falta de imprudencia. Se suponía que él había provocado el accidente al chocar cuando descendía por la pista a una velocidad desmedida. El herido, hijo de un exalcalde de Huesca, había fallecido días después del accidente como consecuencia de los traumatismos sufridos.
"Me han metido en una movida en la que no tenía nada que ver y ha durado cerca de seis años. Me he visto detenido en algún periódico, aunque nunca fui arrestado, y he sido sospechoso de cometer un delito en el que murió una persona", lamenta el joven.
Vicente relata que ha tenido que correr con los gastos de un abogado, ha sido sometido a una rueda de reconocimiento y se sentó en el banquillo de los acusados del Juzgado de Boltaña en un juicio de seis horas. Pero aún no se sabe si el accidente se produjo por colisión, por caída de la víctima o por cualquier otra causa. El único testigo fue un niño que dudaba de su propia versión, el cual dijo haber visto un choque desde el telesilla. Así lo apreció la jueza de Boltaña, que absolvió a Vicente, el médico y el director de la estación de esquí. Pero los familiares de la víctima recurrieron el fallo, que ahora ha confirmado la Audiencia de Huesca.
Seis años en el laberinto judicial por cumplir con su obligación solidaria
Un esquiador zaragozano ha estado procesado durante todo ese tiempo por intentar ayudar a la víctima de un accidente en Cerler, pero al final ha sido absuelto.
