En cambio el primer salto documentado fue el que el noruego Sondre Norheim realizó en 1860 tras lograr 'volar' durante 30 metros. La marca, que hoy cualquier novato hace en su primer día, se mantuvo durante casi tres décadas. La invención del trampolín y la aparición de la técnica Kongsberger en el que el saltador echa su cuerpo hacia adelante, permitió pasar de los 100 metros en 1936. La mejora del material y hasta de las propias rampas de lanzamiento, permite hoy que muchos competidores alcancen los 200 metros con cierta facilidad, aunque ninguno ha superado por el momento los 253,5 metros del austriaco Stefan Kraft, quien ostenta desde 2017 el récord del mundo.
Pero la competición de los saltos de Trampolín no tiene tantos adeptos como las de esquí alpino, la cual mueve millones de euros, o las de nórdico, donde sus estrellas suelen mover legiones de fans y ocupar portadas en los diarios nórdicos. Los saltadores, aunque con una gran afición en países como Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega e incluso Japón, tienen un número más reducido de espectadores, y además requieren de unas instalaciones que solamente se pueden hacer servir para competir. Una pista de Descenso luego se abre al público comercial. Un trampolín no.
Harrachov abandona su candidatura
No es de extrañar por tanto que para los Mundiales de Saltos de Esquí cueste encontrar una candidata que quiera organizarlos. Para los de 2024 la estación de esquí de Harrachov en la República Checa estaba dispuesta a acogerlos, pero se retiró el pasado 30 de octubre después de no lograr financiación para arreglar sus trampolines de saltos, alguno de ellos literalmente en situación de abandono desde 2014, cuando se organizaron los Mundiales.
Algún trampolín presenta vigas de madera que cuelgan por varios puntos. La maleza se ha hecho acopio de la instalación y requiere mucho dinero para modernizarla conforme a unos requerimientos de competición mundial. Parece como si se hubieran dejado a su suerte después de los Mundiales de esquí de Saltos de 2014.
Además los terrenos son de varios propietarios, lo que crea más complicación.
Así que la Federación Internacional deberá convencer a alguna estación para que se postule antes del 3 de octubre. Ese día comienza el Congreso FIS en Zurich y se tiene que salir de allí con el nombre de las candidatas ganadoras para los distintos Mundiales de 2025, y el de Saltos que se hace un año antes.
Solo hay cuatro localidades más en todo el mundo que tenga trampolines para todas las categorías, aunque ninguna de ellas ha mostrado su intención de presentarse como candidatas:
- Vikersund (Noruega) los acoge en 2022. Dos citas seguidas parecen poco realistas.
- Planica (Eslovenia) organiza los próximos Mundiales de Saltos entre el 11 y el 13 de diciembre próximos. Iba a hacerlo en marzo, pero el coronavirus lo cerró todo.
- Oberstdorf (Alemania) fue la sede de los de 2018.
- Bad Mitterndorf (Austria), fue quien tomó el testigo en 2016 y no esperaba hacerlo hasta 2026 como mínimo.
Otra de las opciones es organizar una especie de Grand Slam (como se hace en tenis) usando las cuatro (o cinco) colinas de trampolines disponibles y no cargando todo el peso de la organización a una sola estación de esquí. Se estaba planteando hacerlo para la temporada 2022-2023, pero dada la situación, igual se acaba confirmando esta fórmula.
Para el de esquí alpino como es habitual, unas cuantas propuestas: Crans Montana (Suiza), Garmisch-Partenkirchen (Alemania) y Saalbach (Austria). Para el Mundial de esquí nórdico solo está Tronsheim (Noruega), por lo que se le otorgarán los derechos de organización sin oposición.
Otro Mundial que tiene problemas es el de Snowboard y Freestyle. Krasnoyarsk (Rusia) es la única dispuesta a organizarlos, pero después del escándalo de Sochi 2014, donde al parecer varios deportistas nacionales habían tomado sustancias prohibidas, la Agencia Mundial Antidopaje impuso hace unos meses, una serie de sanciones contra el país, incluida la prohibición de organizar ningún Mundial ni eventos deportivos internacionales. Los deportistas rusos tampoco pueden participar en competiciones bajo la bandera de su país. Deberán hacerlo con la olímpica.
Elecciones a Presidente de la FIS
El 3 de octubre sabremos como resuelve esto la FIS, o se da un plazo de unos meses más, dejando la patata caliente para el sucesor de Gian Franco Kasper. El actual Presidente de la Federación con sede en Lausanne (Suiza) iba a dejar el cargo el pasado mes de mayo, pero la crisis del coronavirus obligó a postergar la sucesión para octubre, ya que no se podían organizar elecciones.
Mientras tanto el peso de la entidad lo está llevando más personalmente estos días la Secretaria General, la británica Sara Lewis. Una estupenda oportunidad para hacer campaña de cara a su candidatura para ocupar el puesto de Kasper. También optan el sueco Johann Elias, con residencia en Londres, y el suizo Urs Lehmann, máximo mandatario de la Federación de su país.
